Los varios Estados de Conciencia, el Simbolismo y el Enfoque Múltiple
Los símbolos deben ser fluidos, siempre cambiantes en su forma. Algunos pueden utilizarse como marcos para albergar experiencias originales, como métodos de engaño, más que de iluminación. Cuando esto sucede, el miedo siempre está involucrado.
El miedo, llevado a varios estados de conciencia, actúa como la distorsión de una lente, ocultando las dimensiones naturales de todos los símbolos y actuando como barrera e impedimento para el libre flujo. Los símbolos de una naturaleza explosiva sirven como agentes liberadores, dejando suelto aquello que ha estado encerrado. Sin las tormentas físicas, todos enloquecerían.
La naturaleza agresiva de los símbolos es poco comprendida y tampoco se comprende la relación entre la agresión y la creatividad. Están lejos de ser características opuestas, y sin un empuje agresivo, los símbolos carecerían de su altísima movilidad. Existirían en una especie de entorno permanente.
Son los aspectos creativos y agresivos de la conciencia los que le permiten la utilización de los símbolos y moverse a través de varios niveles de experiencia; y es la naturaleza agresiva del pensamiento la que la impulsa, a pesar de tu conocimiento, dentro de realidades que no comprendes.
Tanto la agresividad como la pasividad están detrás de los símbolos del nacimiento, ya que ambas se necesitan. Ambas están bajo los símbolos de la muerte, aunque esto no es comprendido. Cuando la agresividad y la creatividad no están en las proporciones apropiadas, el resultado es la inercia. Cuando la conciencia se inclina muy seriamente en una u otra dirección y cuando el flujo de los símbolos es muy rápido, o muy lento, para el entorno psicológico en el cual te encuentras, el resultado es la inercia.
Entonces se presentan pausas. Para ponerlo tan sencillamente como sea posible, hay un momento casi inconcebible en el que ocurre una no-realidad, en el que un símbolo está atrapado entre el movimiento y el no-movimiento; es un tiempo de incertidumbre. Esto por supuesto se traduce y se refleja de muchas maneras. En tales periodos, ciertos símbolos se pueden perder para todos los intentos y propósitos, desapareciendo de la experiencia de un individuo y dejando vacíos de inercia.
Estos vacíos existen literalmente en muchos sistemas. Los encuentras en muchos niveles. Te puedes encontrar a ti mismo experimentando un estado de conciencia, por ejemplo, en el que nada parece suceder y en el que no se presenta ningún panorama psicológico, o un símbolo reconocible. Estos existen, no solo psicológicamente, o físicamente, sino también como áreas en blanco, en términos de espacio. Los espacios finalmente se pueden llenar con nuevos símbolos. Si eres lo suficientemente perceptivo, te puedes sorprender encontrándote tales estados de realidad en los que nada aparece y en los que no hay signos de alguna otra conciencia, fuera de la tuya, que sea evidente.
Tales puntos en blanco se pueden sembrar con nuevos símbolos, y con frecuencia se utilizan como canales a través de los cuales se insertan nuevas ideas e invenciones creativas. Estos vacíos los reconocen otros, por lo tanto, y son visualizados como espacios oscuros. Ellos también representan áreas de no-resistencia para aquellos viajeros de la mente que están explorando realidades internas. Representan áreas no repletas, pero también canales abiertos, inactivos en si mismos, pero esperando pasivamente. Algunos símbolos también esperan de tal manera pasiva para ser activados.
Ellos representan la experiencia futura, en tus términos, que actualmente permanecen latentes. Estos puntos de inercia en blanco son creativos en cierto grado, en el sentido de que estos otros símbolos pueden nadar a la vista dentro de ellos
Los símbolos deben ser fluidos, siempre cambiantes en su forma. Algunos pueden utilizarse como marcos para albergar experiencias originales, como métodos de engaño, más que de iluminación. Cuando esto sucede, el miedo siempre está involucrado.
El miedo, llevado a varios estados de conciencia, actúa como la distorsión de una lente, ocultando las dimensiones naturales de todos los símbolos y actuando como barrera e impedimento para el libre flujo. Los símbolos de una naturaleza explosiva sirven como agentes liberadores, dejando suelto aquello que ha estado encerrado. Sin las tormentas físicas, todos enloquecerían.
La naturaleza agresiva de los símbolos es poco comprendida y tampoco se comprende la relación entre la agresión y la creatividad. Están lejos de ser características opuestas, y sin un empuje agresivo, los símbolos carecerían de su altísima movilidad. Existirían en una especie de entorno permanente.
Son los aspectos creativos y agresivos de la conciencia los que le permiten la utilización de los símbolos y moverse a través de varios niveles de experiencia; y es la naturaleza agresiva del pensamiento la que la impulsa, a pesar de tu conocimiento, dentro de realidades que no comprendes.
Tanto la agresividad como la pasividad están detrás de los símbolos del nacimiento, ya que ambas se necesitan. Ambas están bajo los símbolos de la muerte, aunque esto no es comprendido. Cuando la agresividad y la creatividad no están en las proporciones apropiadas, el resultado es la inercia. Cuando la conciencia se inclina muy seriamente en una u otra dirección y cuando el flujo de los símbolos es muy rápido, o muy lento, para el entorno psicológico en el cual te encuentras, el resultado es la inercia.
Entonces se presentan pausas. Para ponerlo tan sencillamente como sea posible, hay un momento casi inconcebible en el que ocurre una no-realidad, en el que un símbolo está atrapado entre el movimiento y el no-movimiento; es un tiempo de incertidumbre. Esto por supuesto se traduce y se refleja de muchas maneras. En tales periodos, ciertos símbolos se pueden perder para todos los intentos y propósitos, desapareciendo de la experiencia de un individuo y dejando vacíos de inercia.
Estos vacíos existen literalmente en muchos sistemas. Los encuentras en muchos niveles. Te puedes encontrar a ti mismo experimentando un estado de conciencia, por ejemplo, en el que nada parece suceder y en el que no se presenta ningún panorama psicológico, o un símbolo reconocible. Estos existen, no solo psicológicamente, o físicamente, sino también como áreas en blanco, en términos de espacio. Los espacios finalmente se pueden llenar con nuevos símbolos. Si eres lo suficientemente perceptivo, te puedes sorprender encontrándote tales estados de realidad en los que nada aparece y en los que no hay signos de alguna otra conciencia, fuera de la tuya, que sea evidente.
Tales puntos en blanco se pueden sembrar con nuevos símbolos, y con frecuencia se utilizan como canales a través de los cuales se insertan nuevas ideas e invenciones creativas. Estos vacíos los reconocen otros, por lo tanto, y son visualizados como espacios oscuros. Ellos también representan áreas de no-resistencia para aquellos viajeros de la mente que están explorando realidades internas. Representan áreas no repletas, pero también canales abiertos, inactivos en si mismos, pero esperando pasivamente. Algunos símbolos también esperan de tal manera pasiva para ser activados.
Ellos representan la experiencia futura, en tus términos, que actualmente permanecen latentes. Estos puntos de inercia en blanco son creativos en cierto grado, en el sentido de que estos otros símbolos pueden nadar a la vista dentro de ellos
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