Opciones después de la Muerte y Mecánica de la Transición
La mecánica de la transición es muy variable, así como la mecánica de la vida física es muy variable. Muchos de los impedimentos que he mencionado impiden el progreso, no solo después de la muerte, sino también durante tu propia existencia física. Esto ciertamente debería tomarse en consideración. Una identificación demasiado fuerte con las características sexuales también puede impedir el progreso. Si un individuo considera la identidad muy fuertemente en términos de masculino y femenino, puede rehusarse a aceptar el hecho de los cambios sexuales que ocurren en las existencias reencarnacionales. Sin embargo, este tipo de identificación sexual también impide los desarrollos de la personalidad durante la vida física.
Si bien los asuntos que acabo de mencionar operan como impedimentos, siempre hay excepciones. Una creencia en el cielo, que no sea una creencia obsesiva, puede utilizarse como una estructura útil, como una base de operación en la que un individuo aceptará fácilmente la nueva explicación que se le ofrecerá.
Aun una creencia en el “Día del Juicio” es una estructura útil en muchos casos, ya que, aunque no hay un castigo establecido, en tus términos, el individuo está preparado para alguna clase de examen o evaluación espiritual.
Quienes comprenden completamente que la realidad es creada por el mismo ser, tendrán menos dificultad. Quienes han aprendido a entender y a operar la mecánica del estado del sueño, tendrán una gran ventaja. Una creencia en demonios, es sumamente desventajosa después de la muerte, como también lo es en la existencia física. Una teología sistematizada de opuestos también es perjudicial. Por ejemplo, si crees que todo bien debe estar balanceado por el mal, tú mismo te atas a un sistema de realidad que es muy limitado y que contiene dentro de si las semillas de gran tormento.
En un sistema como éste, aun el bien se vuelve sospechoso, porque se ve como lo sigue un mal igual. Dios y el diablo, Ángeles y demonios, el abismo entre animales y Ángeles, todas estas distorsiones son impedimentos. En tu sistema de realidad estableces grandes contrastes y factores opuestos. Ellos operan como asunciones básicas dentro de tu realidad. Son extremadamente superficiales y son en gran medida el resultado de habilidades intelectuales mal empleadas. El intelecto solo no puede comprender lo que las intuiciones saben con mayor certeza. Intentando que la existencia física tenga sentido, en sus términos, el intelecto ha establecido estos factores opuestos. El intelecto dice, “Si existe el bien, debe existir el mal”, puesto que desea que las cosas se expliquen en paquetes ordenados. Si existe un arriba, debe haber un abajo. Debe haber un balance. El ser interior, sin embargo, se da cuenta que, en términos mucho más amplios, el mal es simplemente ignorancia, y que “arriba” y “abajo” son términos aplicados al espacio, que no conoce tales direcciones.
Una fuerte creencia en estas fuerzas opuestas es muy perjudicial, ya que evita una comprensión de los hechos y los hechos son de unidad interior, de interconexiones y de cooperación. Una creencia obsesiva en estos factores opuestos es quizá el elemento más perjudicial, no solo después de la muerte, sino durante cualquier existencia.
Hay algunos individuos que nunca han experimentado durante la vida física la sensación de unidad y armonía en la que tales factores opuestos se mezclan. Tales individuos tienen que atravesar por muchas etapas después de la transición y usualmente tienen por “delante” muchas otras vidas físicas.
Así como formas tu existencia física individual y colectivamente, así también después del tiempo de escoger te unes con otros que se han decidido por el mismo tipo general de experiencia. Se inicia entonces una fuerte aventura cooperativa mientras se hacen los preparativos. Estos cambiaran de acuerdo con el tipo de existencia escogida. Por lo tanto, hay unos patrones generales. Ninguna realidad individual es idéntica a la de otro, pero hay agrupaciones generales.
La mecánica de la transición es muy variable, así como la mecánica de la vida física es muy variable. Muchos de los impedimentos que he mencionado impiden el progreso, no solo después de la muerte, sino también durante tu propia existencia física. Esto ciertamente debería tomarse en consideración. Una identificación demasiado fuerte con las características sexuales también puede impedir el progreso. Si un individuo considera la identidad muy fuertemente en términos de masculino y femenino, puede rehusarse a aceptar el hecho de los cambios sexuales que ocurren en las existencias reencarnacionales. Sin embargo, este tipo de identificación sexual también impide los desarrollos de la personalidad durante la vida física.
Si bien los asuntos que acabo de mencionar operan como impedimentos, siempre hay excepciones. Una creencia en el cielo, que no sea una creencia obsesiva, puede utilizarse como una estructura útil, como una base de operación en la que un individuo aceptará fácilmente la nueva explicación que se le ofrecerá.
Aun una creencia en el “Día del Juicio” es una estructura útil en muchos casos, ya que, aunque no hay un castigo establecido, en tus términos, el individuo está preparado para alguna clase de examen o evaluación espiritual.
Quienes comprenden completamente que la realidad es creada por el mismo ser, tendrán menos dificultad. Quienes han aprendido a entender y a operar la mecánica del estado del sueño, tendrán una gran ventaja. Una creencia en demonios, es sumamente desventajosa después de la muerte, como también lo es en la existencia física. Una teología sistematizada de opuestos también es perjudicial. Por ejemplo, si crees que todo bien debe estar balanceado por el mal, tú mismo te atas a un sistema de realidad que es muy limitado y que contiene dentro de si las semillas de gran tormento.
En un sistema como éste, aun el bien se vuelve sospechoso, porque se ve como lo sigue un mal igual. Dios y el diablo, Ángeles y demonios, el abismo entre animales y Ángeles, todas estas distorsiones son impedimentos. En tu sistema de realidad estableces grandes contrastes y factores opuestos. Ellos operan como asunciones básicas dentro de tu realidad. Son extremadamente superficiales y son en gran medida el resultado de habilidades intelectuales mal empleadas. El intelecto solo no puede comprender lo que las intuiciones saben con mayor certeza. Intentando que la existencia física tenga sentido, en sus términos, el intelecto ha establecido estos factores opuestos. El intelecto dice, “Si existe el bien, debe existir el mal”, puesto que desea que las cosas se expliquen en paquetes ordenados. Si existe un arriba, debe haber un abajo. Debe haber un balance. El ser interior, sin embargo, se da cuenta que, en términos mucho más amplios, el mal es simplemente ignorancia, y que “arriba” y “abajo” son términos aplicados al espacio, que no conoce tales direcciones.
Una fuerte creencia en estas fuerzas opuestas es muy perjudicial, ya que evita una comprensión de los hechos y los hechos son de unidad interior, de interconexiones y de cooperación. Una creencia obsesiva en estos factores opuestos es quizá el elemento más perjudicial, no solo después de la muerte, sino durante cualquier existencia.
Hay algunos individuos que nunca han experimentado durante la vida física la sensación de unidad y armonía en la que tales factores opuestos se mezclan. Tales individuos tienen que atravesar por muchas etapas después de la transición y usualmente tienen por “delante” muchas otras vidas físicas.
Así como formas tu existencia física individual y colectivamente, así también después del tiempo de escoger te unes con otros que se han decidido por el mismo tipo general de experiencia. Se inicia entonces una fuerte aventura cooperativa mientras se hacen los preparativos. Estos cambiaran de acuerdo con el tipo de existencia escogida. Por lo tanto, hay unos patrones generales. Ninguna realidad individual es idéntica a la de otro, pero hay agrupaciones generales.
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