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jueves, 4 de diciembre de 2008

El Mensaje del Maestro 49

Condiciones de la “Muerte” en la Vida.
Los sentidos internos están equipados para percibir información que no es física. Ellos no son engañados por las imágenes que proyectas en la realidad tridimensional. Pueden percibir objetos físicos. Tus sentidos físicos son extensiones de estos métodos internos de percepción y después de la muerte es de ellos que dependerás. Son utilizados en las experiencias fuera del cuerpo. Operan constantemente bajo la conciencia normal de vigilia, de tal manera que puedes incluso familiarizarte ahora con la naturaleza de la percepción después de la muerte.
En otras palabras, el entorno, las condiciones y los métodos de percepción no serán extraños. No eres empujado súbitamente a lo desconocido, ya que ese desconocido es una parte tuya ahora. Era una parte tuya antes de este nacimiento físico y lo será después de la muerte física. Sin embargo, estas condiciones han sido borradas de tu conciencia en lo principal, durante toda la historia física. La humanidad ha tenido varias concepciones de su propia realidad, pero parece que a propósito se ha alejado de ella en el último siglo. Hay muchas razones para esto y trataré de cubrir algunas de ellas.
Mientras realizas tus tareas y esfuerzos cotidianos, bajo la conciencia normal de vigilia también estás enfocado constantemente en otras realidades, reaccionando a estímulos de los cuales tu ser físico consciente no está enterado, percibiendo condiciones por medio de los sentidos internos y experimentando eventos que ni siquiera han sido registrados en el cerebro físico.
Después de la muerte, simplemente te enteras de estas dimensiones de actividad que ahora ignoras. Ahora, la existencia física predomina. Después, no será así. La experiencia no se perderá para ti. Por ejemplo, tus recuerdos se retendrán. Simplemente te sales de una estructura de referencia en particular. Bajo ciertas condiciones, tendrás la libertad de utilizar los años que aparentemente se te dieron de diferentes maneras.
Antes te había dicho que el tiempo no consiste en una serie de momentos, uno antes del otro, aunque ahora lo percibas de esa manera. Los eventos no son cosas que te suceden. Son experiencias materializadas formadas por ti de acuerdo con tus expectativas y creencias. Partes internas de tu personalidad se dan cuenta de esto ahora. Después de la muerte no te concentrarás sobre las formas físicas tomadas por el tiempo y por los eventos. Puedes utilizar los mismos elementos, tal como un pintor podría utilizar sus colores.
Quizá el lapso de tu vida sea de setenta y siete años. Después de la muerte puedes, bajo ciertas condiciones y si así lo escoges, experimentar los eventos de esos setenta y siete años a tu antojo, pero no necesariamente en términos de continuidad. Puedes alterar los eventos. Puedes manipular dentro de esa dimensión de actividad en particular que representaba tus setenta y siete años.
Si encuentras serios errores de juicio, puedes corregirlos. En otras palabras, puedes perfeccionar, pero no puedes entrar de nuevo en ese marco de referencia como una conciencia completamente participativa que sigue las tendencias del tiempo, uniéndose a la existencia de alucinación masiva que resulto de la conciencia aplicada por tu ser y por tus “contemporáneos”.
Algunos escogen esto en lugar de reencarnar, o como un estudio antes de una nueva reencarnación. Estas personas con frecuencia son perfeccionistas de corazón. Ellas deben regresar y crear. Deben corregir sus errores. Utilizan su vida pasada inmediatamente anterior como un lienzo, y con el mismo “lienzo” intentan mejorar el cuadro. Este es un ejercicio mental y psíquico llevado a cabo por muchos, que demanda gran concentración y que no es más alucinatorio que cualquier existencia.
Puedes sentir que quieres “revivir” ciertos episodios de tu vida, de manera que puedas comprenderlos mejor. La experiencia de tu vida es tuya. Tales condiciones en realidad no son extrañas. En la vida ordinaria, con frecuencia te imaginas a ti mismo procediendo de una manera diferente a como lo hiciste, o en tu mente reexperimentas los eventos con el fin de lograr una mayor comprensión de ellos. Tu vida es tu propia perspectiva de experiencia personal y cuando al morir la sacas del contexto del tiempo físico masivo, puedes experimentarla de muchas maneras. Recuerda que los eventos y los objetos no son absolutos, sino plásticos. Los eventos se pueden cambiar, tanto antes como después de su ocurrencia. Nunca son estables o permanentes, aunque dentro del contexto de la realidad tridimensional puedan parecer así.

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