¡Qué transformación! Encuentra que ahora su volcán le da nacimiento al suelo y al polen, su emoción se despertó en un millón de formas diferentes. Encuentra el espíritu de la primera isla que ha estado viviendo ahí, y dice: “¡Qué cambio! Me gustaría un despliegue todavía más espectacular. Las flores son poco coloridas y no son lo suficientemente silvestres. Es, si me perdonas, demasiado aburrido – sin embargo, en medio de todo, has hecho maravillas. Ahora, sin embargo, me gustaría un intercambio cultural con otras islas todavía desconocidas; y si no te importa, me gustaría que fueras a casa. Esta, después de todo, soy yo y mi tierra. El espíritu de la Isla Uno dice:”Disfruté mi aventura, y aprendí que los grandes impulsos explosivos de la creatividad son buenos – pero, Oh, añoro mis propias playas calmadas y tranquilas; así que, si no te importa, pienso que regresaré allí.” Y así lo hace – para encontrar una tierra en cierta manera transformada. Las arenas todavía se encuentran brillantes, pero la niebla y las neblinas se han ido. Las aves amadas se han multiplicado, y hay en la vieja igualdad familiar un nuevo, apagado pero delicioso estribillo: nuevas especies conservando las viejas, pero más vigorosas. El espíritu de la Isla Uno se da cuenta que encontraría las viejas condiciones bastante aburridas ahora, y que las nuevas alteraciones la llenarían de emoción y desafío. Qué intercambio tan delicioso. Porque el espíritu está convencido que definitivamente mejoró las condiciones de la Isla Dos, y no hay ninguna duda de que el espíritu de la segunda isla mejoró la Isla Uno más allá de grado. Mientras tanto, el espíritu de la Isla Tres ha estado pensando. Los espíritus de las Islas Uno y Dos no recurrieron a ella en absoluto. Estaba determinada a mantener su propia identidad. Sin embargo, ella también se ha vuelto solitaria, y ha visto caminos infinitos de coral saliendo de si misma. Su espíritu siguió uno de tales caminos y llegó a una isla desierta sobre la cual nada crecía. Figurativamente, su imagen estaba horrorizada. “¿Como puedes tolerar tal esterilidad?” clama al espíritu de esta cuarta isla. El espíritu de esa isla responde: “Aun el vigor de tus preguntas me enferma. Siento que vienes de una tierra tan superpoblada y tumultuosa que hace que mis arenas se blanqueen aun más, y los nudillos de mis rocas se vuelvan blancos.” El espíritu de la Isla Tres responde: “Yo soy yo misma. Tú debes ser alguna contraparte, embriagada de sensación, no dándote cuenta de la pureza de mi propia nada desnuda.” Las dos se confrontan lateralmente, ya que ninguna puede mirarse en los ojos de la otra. ¡Qué opuestos, qué contrastes, qué fascinación! Así que hacen un trato. El espíritu de la isla desierta dice: “Estás totalmente equivocada. Iré a tu tierra y lo probaré, y tú puedes permanecer aquí y participar de las alegrías de mi pacífica existencia – y, espero, aprendas el valor de la austeridad.” Así que el espíritu de la Isla Cuatro viaja a esa otra realidad, en donde pululan todos los tipos de vida sobre la playa y la montaña, y el espíritu de la tercera isla visita un mundo de una paz tal que todo movimiento parece acallado. ¡Qué paz! Sin embargo, en la paz, ¡qué poder! Y así poco a poco los cactus crecen en donde no había ninguno, abriéndose delicados capullos, llenos de agua. El espíritu de la tercera isla empieza inmediatamente a transformar la isla desierta. Aparecen grandes cambios, y chaparrones de poder – rápidas ráfagas de lluvia, explosivas inundaciones de energía. Entretanto, el espíritu de la isla desierta está casi abrumado por las formas llenas de vida en la Isla Tres, así que enseguida visita la isla volcánica; y cuando el volcán se asusta de su propia energía, el espíritu de la isla desierta dice: “Paz. Está bien dormir, está bien soñar. No necesitas estar tan preocupado por tu energía. Ella puede fluir rápidamente, o lentamente, en oleadas de sueños que toman eras. Haz lo que quieras. Así que el volcán lanza su energía a la formación de aun más nuevas especies, mientras el espíritu del desierto canta su tranquilidad a través de sus tejidos. Pero esta nueva vida lo confunde también, y añora regresar a casa a su vieja quietud. Allí, el espíritu de la tercera isla ha acelerado las habilidades del desierto de tal manera que florece con flores silenciosas que no estaban presentes antes. Los dos espíritus se encuentran. Cada isla está cambiada. “Somos contrapartes, cada una de la otra, y sin embargo invioladas.” Y el espíritu de la isla volcánica dice al espíritu de la primera isla: “Mi volcán sabe ahora como utilizar mejor su energía. Puede disparar hacia los cielos en gran despliegue, o deslizarse dentro de las pequeñas grietas de la tierra, igualmente poderoso.” Y el espíritu de la primera isla responde: “Le has enseñado a mi isla que la vida no es algo que deba temerse, aunque ella sea traducida a mis propios apacibles términos familiares. Este es el fin de nuestra analogía. El espíritu de cada una de las cuatro islas estaba en si mismo intacto, y los intercambios fueron escogidos. Ustedes no son islas para ustedes mismos, excepto cuando escogen serlo. Cada contraparte visualiza la realidad desde su propio punto de vista, y nunca hay una invasión.
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