En una manera de expresarlo, el sustantivo y el verbo eran uno. El sustantivo no desaparecía, sino que él mismo se expresaba como el verbo.
En una clase de significación emocional desconocida para ti, a las emociones privadas de cada persona se les daba expresión y libertad por medio de los cambios de la naturaleza – una libertad que era entendida, y dada por sentado. En el más profundo de los términos, las condiciones climáticas y las emociones están todavía altamente relacionadas. Las condiciones internas causan los cambios climáticos, aunque, por supuesto, ahora te parece que es todo lo contrario.
Se te robó entonces, o tú mismo te robaste, uno de los más básicos tipos de expresión, puesto que ya no puedes identificarte con las fuerzas de la naturaleza. El hombre quería proseguir un cierto tipo de conciencia, sin embargo. En tus términos, por un período de tiempo, internalizó su conciencia, por así decirlo; ya no se identificaba como lo hacia antes, y comenzó a ver los objetos a través de los objetos de su propio cuerpo. Ya no mezcló más su conciencia, así que aprendió a mirar el árbol como un objeto, cuando antes se habría unido a él, y quizás habría visualizado su propio cuerpo desde el punto de vista del árbol. Fue entonces cuando las imágenes mentales se volvieron importantes, en términos usuales – ya que él había comprendido esto antes, pero en una forma diferente, desde adentro hacia afuera.
Él empezó ahora a dibujar un boceto, y aprendió como construir imágenes en la mente que estuvieran conectadas con los objetos reales exteriores, de la manera aceptada actualmente. Ahora caminaba, no simplemente por placer, sino para obtener la información que quería, para cruzar distancias en las que antes su conciencia había viajado libremente. Necesitó así mapas y signos primitivos. En lugar de utilizar imágenes totales, utilizó imágenes parciales, fragmentos de círculos o líneas, para representar los objetos naturales.
Siempre había emitido sonidos que comunicaban emociones, intención, y exhuberancia pura. Cuando llegó a involucrarse con los bocetos o dibujos de imágenes, comenzó a imitar su forma con la forma de sus labios. La “O” era perfecta, y representaba uno de sus sonidos iniciales deliberados para verbalizar el lenguaje.
Ahora bien, sin importar el lenguaje que hables, los sonidos que emites dependen de tu estructura física, así que el lenguaje humano está compuesto de un cierto número limitado de sonidos. Tu construcción física es el resultado de configuraciones moleculares internas, y los sonidos que emites están relacionados con éstas.
Dije antes que el hombre primitivo sentía una cierta magnificación emocional; que sentía, por ejemplo, la voz del viento como la suya propia. En una forma de expresarlo, tus lenguajes, mientras expresan tus intenciones y comunicaciones individuales, también representan un tipo de amplificación que surge de tus configuraciones moleculares. El viento hace ciertos sonidos que dependen de las características de la tierra. Hay una conexión entre los alfabetos y la estructura molecular que compone tu tejido. Los alfabetos entonces son también claves naturales. Tales claves naturales tienen una historia molecular. Formas estas claves en ciertos patrones de sonido que tienen significados particulares.
Esto te proporciona un cierto tipo de comunicación, pero también permite una expresión molecular que es natural a ese nivel, y es entonces utilizada por ti para tus propios propósitos. No estoy diciendo que las moléculas hablan. Estoy diciendo que ellas se expresan a través de tu discurso, sin embargo – y que tu discurso representa una amplificación de su existencia. A través de tus palabras su realidad es amplificada, de la misma manera como las emociones del hombre encontraron alguna vez amplificación a través de los elementos físicos.
Ciertos sonidos son réplicas verbales de construcciones moleculares, puestas juntas por ti para formar frases, de la misma manera, por ejemplo, como las moléculas se juntan para formar células y tejido.
Hay “sonidos internos” que actúan como capas entre los tejidos, que “recubren” las moléculas, y estos sirven como base para los principios del sonido exterior. Estos también están conectados con los mismos ritmos del cuerpo.
Hasta cierto punto, la puntuación es un sonido que no escuchas, una pausa que implica la presencia de sonido retenido. Hasta cierto punto, el lenguaje depende tanto de lo inexpresado como de lo expresado, y tanto del ritmo del silencio como del sonido. En ese contexto, sin embargo, el silencio involucra meramente una pausa de sonido, en la que el sonido está implícito pero retenido. El sonido interior se entiende primordialmente con ese tipo de relación. El lenguaje es significativo solamente por el ritmo del silencio sobre el cual cabalga.
Su significado viene de las pausas entre los sonidos, tanto como de los sonidos mismos. El flujo de la respiración obviamente es importante, regulando el ritmo y la espaciada de las palabras. La integridad de la respiración surge directamente de la apropiada toma y daca entre las células, del funcionamiento de los tejidos; y de todo lo que es expresión de competencia molecular. Esa competencia obviamente es responsable por el lenguaje, pero más allá de eso, está íntimamente conectada con los patrones mismos del lenguaje, con la construcción de la sintaxis, e incluso con las figuras del discurso utilizadas.
Nuevamente, tú hablas por ti mismo; sin embargo, al hacerlo hablas un lenguaje que no es solamente tuyo, sino el resultado de comunicaciones demasiado rápidas para que las sigas, involucrando por igual realidades corporales y subjetivas. Por esta razón tus lenguajes tienen significado a varios niveles. Los sonidos que produces tienen efectos físicos en tu propio cuerpo y en otros cuerpos. Hay un valor del sonido, aparte de un sentido de valor.
Las palabras que le hablas a alguien más son en ciertos términos descompuestas en los componentes básicos por el que escucha, y son comprendidas a diferentes niveles. Se hacen interpretaciones psicológicas y moleculares. Los sonidos y sus pausas expresarán estados emocionales, y las reacciones a estos alterarán las condiciones del cuerpo en cualquier grado.
Quien escucha entonces descompone el lenguaje. Construye su propia respuesta. Tienes así conectadas palabras e imágenes en las que el lenguaje parece consistir de un sonido que sugiere una imagen. Sin embargo, algunos lenguajes han tenido sonidos para sentimientos y estados subjetivos, y ellos no tienen sujetos o predicados, ni aun una estructura que reconocerías.
Tu lenguaje debe seguir a tu percepción, aunque la estructura del sonido subyacente no lo necesita. Dices: “Yo soy hoy, Yo fui ayer, y Yo seré mañana,” sin embargo algunos lenguajes encontrarían tales expresiones incomprensibles, y las palabras, “Yo soy” serian utilizadas en todas las instancias.
En una clase de significación emocional desconocida para ti, a las emociones privadas de cada persona se les daba expresión y libertad por medio de los cambios de la naturaleza – una libertad que era entendida, y dada por sentado. En el más profundo de los términos, las condiciones climáticas y las emociones están todavía altamente relacionadas. Las condiciones internas causan los cambios climáticos, aunque, por supuesto, ahora te parece que es todo lo contrario.
Se te robó entonces, o tú mismo te robaste, uno de los más básicos tipos de expresión, puesto que ya no puedes identificarte con las fuerzas de la naturaleza. El hombre quería proseguir un cierto tipo de conciencia, sin embargo. En tus términos, por un período de tiempo, internalizó su conciencia, por así decirlo; ya no se identificaba como lo hacia antes, y comenzó a ver los objetos a través de los objetos de su propio cuerpo. Ya no mezcló más su conciencia, así que aprendió a mirar el árbol como un objeto, cuando antes se habría unido a él, y quizás habría visualizado su propio cuerpo desde el punto de vista del árbol. Fue entonces cuando las imágenes mentales se volvieron importantes, en términos usuales – ya que él había comprendido esto antes, pero en una forma diferente, desde adentro hacia afuera.
Él empezó ahora a dibujar un boceto, y aprendió como construir imágenes en la mente que estuvieran conectadas con los objetos reales exteriores, de la manera aceptada actualmente. Ahora caminaba, no simplemente por placer, sino para obtener la información que quería, para cruzar distancias en las que antes su conciencia había viajado libremente. Necesitó así mapas y signos primitivos. En lugar de utilizar imágenes totales, utilizó imágenes parciales, fragmentos de círculos o líneas, para representar los objetos naturales.
Siempre había emitido sonidos que comunicaban emociones, intención, y exhuberancia pura. Cuando llegó a involucrarse con los bocetos o dibujos de imágenes, comenzó a imitar su forma con la forma de sus labios. La “O” era perfecta, y representaba uno de sus sonidos iniciales deliberados para verbalizar el lenguaje.
Ahora bien, sin importar el lenguaje que hables, los sonidos que emites dependen de tu estructura física, así que el lenguaje humano está compuesto de un cierto número limitado de sonidos. Tu construcción física es el resultado de configuraciones moleculares internas, y los sonidos que emites están relacionados con éstas.
Dije antes que el hombre primitivo sentía una cierta magnificación emocional; que sentía, por ejemplo, la voz del viento como la suya propia. En una forma de expresarlo, tus lenguajes, mientras expresan tus intenciones y comunicaciones individuales, también representan un tipo de amplificación que surge de tus configuraciones moleculares. El viento hace ciertos sonidos que dependen de las características de la tierra. Hay una conexión entre los alfabetos y la estructura molecular que compone tu tejido. Los alfabetos entonces son también claves naturales. Tales claves naturales tienen una historia molecular. Formas estas claves en ciertos patrones de sonido que tienen significados particulares.
Esto te proporciona un cierto tipo de comunicación, pero también permite una expresión molecular que es natural a ese nivel, y es entonces utilizada por ti para tus propios propósitos. No estoy diciendo que las moléculas hablan. Estoy diciendo que ellas se expresan a través de tu discurso, sin embargo – y que tu discurso representa una amplificación de su existencia. A través de tus palabras su realidad es amplificada, de la misma manera como las emociones del hombre encontraron alguna vez amplificación a través de los elementos físicos.
Ciertos sonidos son réplicas verbales de construcciones moleculares, puestas juntas por ti para formar frases, de la misma manera, por ejemplo, como las moléculas se juntan para formar células y tejido.
Hay “sonidos internos” que actúan como capas entre los tejidos, que “recubren” las moléculas, y estos sirven como base para los principios del sonido exterior. Estos también están conectados con los mismos ritmos del cuerpo.
Hasta cierto punto, la puntuación es un sonido que no escuchas, una pausa que implica la presencia de sonido retenido. Hasta cierto punto, el lenguaje depende tanto de lo inexpresado como de lo expresado, y tanto del ritmo del silencio como del sonido. En ese contexto, sin embargo, el silencio involucra meramente una pausa de sonido, en la que el sonido está implícito pero retenido. El sonido interior se entiende primordialmente con ese tipo de relación. El lenguaje es significativo solamente por el ritmo del silencio sobre el cual cabalga.
Su significado viene de las pausas entre los sonidos, tanto como de los sonidos mismos. El flujo de la respiración obviamente es importante, regulando el ritmo y la espaciada de las palabras. La integridad de la respiración surge directamente de la apropiada toma y daca entre las células, del funcionamiento de los tejidos; y de todo lo que es expresión de competencia molecular. Esa competencia obviamente es responsable por el lenguaje, pero más allá de eso, está íntimamente conectada con los patrones mismos del lenguaje, con la construcción de la sintaxis, e incluso con las figuras del discurso utilizadas.
Nuevamente, tú hablas por ti mismo; sin embargo, al hacerlo hablas un lenguaje que no es solamente tuyo, sino el resultado de comunicaciones demasiado rápidas para que las sigas, involucrando por igual realidades corporales y subjetivas. Por esta razón tus lenguajes tienen significado a varios niveles. Los sonidos que produces tienen efectos físicos en tu propio cuerpo y en otros cuerpos. Hay un valor del sonido, aparte de un sentido de valor.
Las palabras que le hablas a alguien más son en ciertos términos descompuestas en los componentes básicos por el que escucha, y son comprendidas a diferentes niveles. Se hacen interpretaciones psicológicas y moleculares. Los sonidos y sus pausas expresarán estados emocionales, y las reacciones a estos alterarán las condiciones del cuerpo en cualquier grado.
Quien escucha entonces descompone el lenguaje. Construye su propia respuesta. Tienes así conectadas palabras e imágenes en las que el lenguaje parece consistir de un sonido que sugiere una imagen. Sin embargo, algunos lenguajes han tenido sonidos para sentimientos y estados subjetivos, y ellos no tienen sujetos o predicados, ni aun una estructura que reconocerías.
Tu lenguaje debe seguir a tu percepción, aunque la estructura del sonido subyacente no lo necesita. Dices: “Yo soy hoy, Yo fui ayer, y Yo seré mañana,” sin embargo algunos lenguajes encontrarían tales expresiones incomprensibles, y las palabras, “Yo soy” serian utilizadas en todas las instancias.