La mente consciente está para alinear todas tus capacidades de acuerdo con sus creencias acerca de la naturaleza de la realidad. Esos recursos son considerables, ya que ellos incluyen los aspectos más profundos de tu creatividad, y poderes muy por debajo de la conciencia, de los cuales solo estás tenuemente enterado.
No puedes desear ser feliz mientras creas que no tienes derecho a la felicidad, o que no eres merecedor de ella. No te puedes decir a ti mismo que liberes los pensamientos agresivos si piensas que está mal liberarlos, así que debes hacerle frente a tus creencias en todas las instancias.
Si se te ha dicho que el espíritu es bueno, en realidad perfecto, y que debes ser perfecto en todas las formas, mientras al mismo tiempo crees en la imperfección del cuerpo, siempre estarás en conflicto contigo mismo.
Si te parece que el alma está degradada por su alianza con la carne, entonces no estarás en capacidad de disfrutar tu propio sentimiento de gracia, ya que no lo consideras posible. Tus creencias determinarán tu misma interpretación de los diversos tipos de emociones. Muchas personas, por ejemplo, están convencidas de que la ira es siempre negativa. Ella puede ser la emoción más excitante y terapéutica bajo ciertas circunstancias. Puedes entonces darte cuenta que te has acobardado ante creencias contradictorias por años, levantarte en ira contra ellas, y muy literalmente empezar una nueva vida de libertad. La agresividad normal es básicamente un tipo natural de comunicación, particularmente en ordenes sociales; es una manera de permitir que otra persona sepa que ella ha transgredido, y por lo tanto es un método de prevenir la violencia, no de causarla.
En los animales la agresión natural es utilizada con la más grande integridad biológica. Por una parte, ella está ritualizada, y por la otra, es perfectamente espontánea. Sus señales son comprendidas. Los diversos grados, posturas e indicaciones de la agresividad natural animal son todos pasos en una serie de comunicaciones en las que los encuentros de los animales se hacen claros.
En gran medida, una serie de acciones simbólicas altamente involucradas se llevan a cabo mucho antes de que tenga lugar una pelea, si finalmente ocurre. La demostración de un comportamiento agresivo, sin embargo, previene mucho más frecuentemente una situación de conflicto. El hombre tiene actitudes contradictorias altamente cargadas acerca de la agresión, y sus creencias acerca de ella causan muchos de sus problemas personales y colectivos.
Hasta cierto grado, vamos a tocar estos dilemas. En tu sociedad y hasta cierto grado en otras, la comunicación de la agresión natural se ha roto. Confundes violencia con agresión y no comprendes la actividad creativa de la agresión, o su propósito como método de comunicación para prevenir la violencia.
Haces un gran esfuerzo deliberadamente para restringir los elementos comunicativos de la agresión, mientras ignoras sus muchos valores positivos, hasta que su poder natural llega a represarse, explotando finalmente en violencia. La violencia es una distorsión de la agresión.
El nacimiento es una acción agresiva – el impulso al exterior con gran ímpetu de un ser desde el interior de un cuerpo hacia un nuevo entorno. Toda idea creativa es agresiva. La violencia no es agresiva. Es en cambio una entrega pasiva a la emoción, la cual no es comprendida o evaluada, solamente temida, y al mismo tiempo buscada.
La violencia es básicamente una entrega abrumadora, y en toda violencia existe un grado grande de emoción suicida, que es la antitesis de la creatividad. Por ejemplo, en una guerra tanto el homicida como la victima están atrapados en el mismo tipo de pasión, pero la pasión no es agresiva. Es su opuesto – el deseo de destrucción.
Tomemos un ejemplo muy simple que involucra un hombre bueno y bondadoso en un entorno bastante ordinario dentro de tu sociedad. Se le ha enseñado que es varonil ser agresivo, pero él cree que esto significa pelear. Como adulto, desaprueba la lucha. No puede golpear a su jefe, aunque puede querer hacerlo. Al mismo tiempo su iglesia le puede decir que ponga la otra mejilla cuando está disgustado, y que sea bondadoso, gentil y comprensivo.
Su sociedad le dice que tales cualidades son femeninas. Gasta su vida tratando de esconder lo que piensa es un comportamiento agresivo y violento, y tratando de ser en cambio comprensivo y bondadoso. El estereotipo es por supuesto no realista, que tiene que ver con conceptos distorsionados relacionados con lo masculino y lo femenino, pero aquí solo estamos considerando los aspectos de la agresividad. Por lo que está tratando de ser tan comprensivo, nuestro hombre inhibe la expresión de muchas de las irritaciones normales que le servirían como un sistema natural de comunicación entre, por ejemplo, su superior y él mismo en el trabajo, o quizás con los miembros de su familia en el hogar.
Simultáneamente, todas estas reacciones inhibidas buscan liberarse, ya que la manifestación de sentimientos agresivos establece equilibrios naturales dentro del cuerpo mismo, como sirve también de sistema de comunicación con otros. Cuando su sistema ha tenido lo suficiente, nuestro amigo puede entonces reaccionar con un comportamiento violento. Repentinamente se puede encontrar en una pelea – iniciando una – y el más pequeño incidente puede servirle como activador. El mismo se puede herir seriamente, o herir a alguien más.
Como norma, los animales tienen un mejor sentido. Tu mente y tu cuerpo, por consiguiente, están equipados para manejar la agresión. La violencia ocurre solamente cuando la expresión natural de la agresión ha estado en corto circuito. La sensación de poder sentido durante tales episodios es el resultado de energía reprimida repentinamente liberada, pero el individuo está siempre a merced de esa energía, inmerso dentro de ella y llevado pasivamente con ella.
El temor a tus propias emociones pueden hacer mucho más daño que su expresión, porque la aprehensión acumula una carga que intensifica la energía detrás de ellas.
No puedes desear ser feliz mientras creas que no tienes derecho a la felicidad, o que no eres merecedor de ella. No te puedes decir a ti mismo que liberes los pensamientos agresivos si piensas que está mal liberarlos, así que debes hacerle frente a tus creencias en todas las instancias.
Si se te ha dicho que el espíritu es bueno, en realidad perfecto, y que debes ser perfecto en todas las formas, mientras al mismo tiempo crees en la imperfección del cuerpo, siempre estarás en conflicto contigo mismo.
Si te parece que el alma está degradada por su alianza con la carne, entonces no estarás en capacidad de disfrutar tu propio sentimiento de gracia, ya que no lo consideras posible. Tus creencias determinarán tu misma interpretación de los diversos tipos de emociones. Muchas personas, por ejemplo, están convencidas de que la ira es siempre negativa. Ella puede ser la emoción más excitante y terapéutica bajo ciertas circunstancias. Puedes entonces darte cuenta que te has acobardado ante creencias contradictorias por años, levantarte en ira contra ellas, y muy literalmente empezar una nueva vida de libertad. La agresividad normal es básicamente un tipo natural de comunicación, particularmente en ordenes sociales; es una manera de permitir que otra persona sepa que ella ha transgredido, y por lo tanto es un método de prevenir la violencia, no de causarla.
En los animales la agresión natural es utilizada con la más grande integridad biológica. Por una parte, ella está ritualizada, y por la otra, es perfectamente espontánea. Sus señales son comprendidas. Los diversos grados, posturas e indicaciones de la agresividad natural animal son todos pasos en una serie de comunicaciones en las que los encuentros de los animales se hacen claros.
En gran medida, una serie de acciones simbólicas altamente involucradas se llevan a cabo mucho antes de que tenga lugar una pelea, si finalmente ocurre. La demostración de un comportamiento agresivo, sin embargo, previene mucho más frecuentemente una situación de conflicto. El hombre tiene actitudes contradictorias altamente cargadas acerca de la agresión, y sus creencias acerca de ella causan muchos de sus problemas personales y colectivos.
Hasta cierto grado, vamos a tocar estos dilemas. En tu sociedad y hasta cierto grado en otras, la comunicación de la agresión natural se ha roto. Confundes violencia con agresión y no comprendes la actividad creativa de la agresión, o su propósito como método de comunicación para prevenir la violencia.
Haces un gran esfuerzo deliberadamente para restringir los elementos comunicativos de la agresión, mientras ignoras sus muchos valores positivos, hasta que su poder natural llega a represarse, explotando finalmente en violencia. La violencia es una distorsión de la agresión.
El nacimiento es una acción agresiva – el impulso al exterior con gran ímpetu de un ser desde el interior de un cuerpo hacia un nuevo entorno. Toda idea creativa es agresiva. La violencia no es agresiva. Es en cambio una entrega pasiva a la emoción, la cual no es comprendida o evaluada, solamente temida, y al mismo tiempo buscada.
La violencia es básicamente una entrega abrumadora, y en toda violencia existe un grado grande de emoción suicida, que es la antitesis de la creatividad. Por ejemplo, en una guerra tanto el homicida como la victima están atrapados en el mismo tipo de pasión, pero la pasión no es agresiva. Es su opuesto – el deseo de destrucción.
Tomemos un ejemplo muy simple que involucra un hombre bueno y bondadoso en un entorno bastante ordinario dentro de tu sociedad. Se le ha enseñado que es varonil ser agresivo, pero él cree que esto significa pelear. Como adulto, desaprueba la lucha. No puede golpear a su jefe, aunque puede querer hacerlo. Al mismo tiempo su iglesia le puede decir que ponga la otra mejilla cuando está disgustado, y que sea bondadoso, gentil y comprensivo.
Su sociedad le dice que tales cualidades son femeninas. Gasta su vida tratando de esconder lo que piensa es un comportamiento agresivo y violento, y tratando de ser en cambio comprensivo y bondadoso. El estereotipo es por supuesto no realista, que tiene que ver con conceptos distorsionados relacionados con lo masculino y lo femenino, pero aquí solo estamos considerando los aspectos de la agresividad. Por lo que está tratando de ser tan comprensivo, nuestro hombre inhibe la expresión de muchas de las irritaciones normales que le servirían como un sistema natural de comunicación entre, por ejemplo, su superior y él mismo en el trabajo, o quizás con los miembros de su familia en el hogar.
Simultáneamente, todas estas reacciones inhibidas buscan liberarse, ya que la manifestación de sentimientos agresivos establece equilibrios naturales dentro del cuerpo mismo, como sirve también de sistema de comunicación con otros. Cuando su sistema ha tenido lo suficiente, nuestro amigo puede entonces reaccionar con un comportamiento violento. Repentinamente se puede encontrar en una pelea – iniciando una – y el más pequeño incidente puede servirle como activador. El mismo se puede herir seriamente, o herir a alguien más.
Como norma, los animales tienen un mejor sentido. Tu mente y tu cuerpo, por consiguiente, están equipados para manejar la agresión. La violencia ocurre solamente cuando la expresión natural de la agresión ha estado en corto circuito. La sensación de poder sentido durante tales episodios es el resultado de energía reprimida repentinamente liberada, pero el individuo está siempre a merced de esa energía, inmerso dentro de ella y llevado pasivamente con ella.
El temor a tus propias emociones pueden hacer mucho más daño que su expresión, porque la aprehensión acumula una carga que intensifica la energía detrás de ellas.
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