Sistemas, Hombres y Dioses Probables
En tu vida diaria, en un momento determinado de tu tiempo, tienes una multitud de opciones para actuar, algunas triviales y otras de la mayor importancia. Puedes, por ejemplo, estornudar o no estornudar, toser o no toser, caminar hasta la ventana o hasta la puerta, rascarte el codo, salvar un niño que se ahoga, aprender una lección, cometer suicidio, herir a otro, o voltear tu mejilla.
Te parece que la realidad está compuesta de aquellas acciones que escogiste tomar. Aquellas acciones que no tomaste, son ignoradas. El camino tomado parece entonces un no-acto y, sin embargo, cada pensamiento es realizado y cada posibilidad explorada. La realidad física está construida de lo que parecen ser una serie de actos físicos. Ya que este es el criterio de la realidad usual para ti, los actos no físicos usualmente escapan a tu atención, discreción y juicio.
Tomemos un ejemplo. Estás leyendo estas palabras cuando suena el teléfono. Un amigo desea encontrarse contigo a las cinco de la tarde. Te detienes a considerarlo. En tu mente te ves a ti mismo (A) diciendo que no y permaneciendo en casa, (B) diciendo que no y yendo para cualquier otra parte, o (C) diciendo que si cumpliendo la cita. Todas estas acciones posibles tienen una realidad en ese punto. Todas están en capacidad de ser realizadas en términos físicos. Antes de que tomes tu decisión, cada una de estas acciones probables es igualmente válida. Escoges una de ellas y con tu decisión haces que sea físico un evento de los tres. Este evento es aceptado debidamente como una parte de la serie de asuntos que componen tu existencia normal.
Sin embargo, las otras acciones probables son tan válidas como siempre fueron, aunque no hubieras escogidos realizarlas físicamente. Ellas se llevan a cabo tan efectivamente como la que aceptaste escoger. Si hubo una fuerte carga emocional detrás de una de las acciones probables rechazadas, ella puede tener una validez mucho mayor como acción que la que escogiste. Todas las acciones son inicialmente actos mentales. Esta es la naturaleza de la realidad. Esta frase no se puede enfatizar suficientemente. Todos los actos mentales son por lo tanto válidos. Ellos existen y no pueden ser negados.
Por lo que no los aceptas a todos ellos como eventos físicos, no percibes su fortaleza y durabilidad. Tu falta de percepción no puede destruir su validez, sin embargo. Si quisiste ser médico y ahora estás en una profesión diferente, en alguna otra realidad probable eres un médico. Si tienes habilidades que no estás utilizando aquí, ellas están siendo utilizadas en otra parte.
Estas ideas pueden parecer de alcance imposible para tu sangre mental por tu propensión al pensamiento serial y a las actitudes tridimensionales.
Estos hechos no niegan la validez del alma, sino que le suman inmensamente. Por esa razón, el alma se puede describir como un acto multidimensional infinito en que cada probabilidad mínima esta siendo traída a la realidad y a la existencia en alguna parte; una infinita acción creativa que crea para si misma dimensiones infinitas en las que la realización es posible.
La tapicería de tu propia existencia es tal que el intelecto tridimensional no puede contemplarla. Estos seres probables, sin embargo, son una parte de tu identidad o alma, y si estás fuera de contacto con ellos es solamente porque te enfocas sobre los eventos físicos y los aceptas como criterio de la realidad.
Desde cualquier punto dado de tu existencia puedes visualizar otras existencias probables y sentir las reverberaciones de acciones probables bajo las decisiones físicas que tomas. Algunas personas han hecho esto espontáneamente, con frecuencia en el estado del sueño. Aquí las asunciones rígidas de la conciencia normal de vigilia se desvanecen y te puedes encontrar ejecutando las actividades físicas rechazadas, nunca dándote cuenta que has escudriñado en una existencia probable propia.
En tu vida diaria, en un momento determinado de tu tiempo, tienes una multitud de opciones para actuar, algunas triviales y otras de la mayor importancia. Puedes, por ejemplo, estornudar o no estornudar, toser o no toser, caminar hasta la ventana o hasta la puerta, rascarte el codo, salvar un niño que se ahoga, aprender una lección, cometer suicidio, herir a otro, o voltear tu mejilla.
Te parece que la realidad está compuesta de aquellas acciones que escogiste tomar. Aquellas acciones que no tomaste, son ignoradas. El camino tomado parece entonces un no-acto y, sin embargo, cada pensamiento es realizado y cada posibilidad explorada. La realidad física está construida de lo que parecen ser una serie de actos físicos. Ya que este es el criterio de la realidad usual para ti, los actos no físicos usualmente escapan a tu atención, discreción y juicio.
Tomemos un ejemplo. Estás leyendo estas palabras cuando suena el teléfono. Un amigo desea encontrarse contigo a las cinco de la tarde. Te detienes a considerarlo. En tu mente te ves a ti mismo (A) diciendo que no y permaneciendo en casa, (B) diciendo que no y yendo para cualquier otra parte, o (C) diciendo que si cumpliendo la cita. Todas estas acciones posibles tienen una realidad en ese punto. Todas están en capacidad de ser realizadas en términos físicos. Antes de que tomes tu decisión, cada una de estas acciones probables es igualmente válida. Escoges una de ellas y con tu decisión haces que sea físico un evento de los tres. Este evento es aceptado debidamente como una parte de la serie de asuntos que componen tu existencia normal.
Sin embargo, las otras acciones probables son tan válidas como siempre fueron, aunque no hubieras escogidos realizarlas físicamente. Ellas se llevan a cabo tan efectivamente como la que aceptaste escoger. Si hubo una fuerte carga emocional detrás de una de las acciones probables rechazadas, ella puede tener una validez mucho mayor como acción que la que escogiste. Todas las acciones son inicialmente actos mentales. Esta es la naturaleza de la realidad. Esta frase no se puede enfatizar suficientemente. Todos los actos mentales son por lo tanto válidos. Ellos existen y no pueden ser negados.
Por lo que no los aceptas a todos ellos como eventos físicos, no percibes su fortaleza y durabilidad. Tu falta de percepción no puede destruir su validez, sin embargo. Si quisiste ser médico y ahora estás en una profesión diferente, en alguna otra realidad probable eres un médico. Si tienes habilidades que no estás utilizando aquí, ellas están siendo utilizadas en otra parte.
Estas ideas pueden parecer de alcance imposible para tu sangre mental por tu propensión al pensamiento serial y a las actitudes tridimensionales.
Estos hechos no niegan la validez del alma, sino que le suman inmensamente. Por esa razón, el alma se puede describir como un acto multidimensional infinito en que cada probabilidad mínima esta siendo traída a la realidad y a la existencia en alguna parte; una infinita acción creativa que crea para si misma dimensiones infinitas en las que la realización es posible.
La tapicería de tu propia existencia es tal que el intelecto tridimensional no puede contemplarla. Estos seres probables, sin embargo, son una parte de tu identidad o alma, y si estás fuera de contacto con ellos es solamente porque te enfocas sobre los eventos físicos y los aceptas como criterio de la realidad.
Desde cualquier punto dado de tu existencia puedes visualizar otras existencias probables y sentir las reverberaciones de acciones probables bajo las decisiones físicas que tomas. Algunas personas han hecho esto espontáneamente, con frecuencia en el estado del sueño. Aquí las asunciones rígidas de la conciencia normal de vigilia se desvanecen y te puedes encontrar ejecutando las actividades físicas rechazadas, nunca dándote cuenta que has escudriñado en una existencia probable propia.
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