Civilizaciones Reencarnacionales, Probabilidades y más del Dios Multidimensional
Físicamente, la civilización simplemente desapareció. Algunos pocos de los niños mutantes formaron después un pequeño grupo que viajó por el área como itinerante en el siglo siguiente con grandes manadas de animales. Se cuidaban mutuamente y muchas de las viejas leyendas relacionadas con los hombres mitad hombre y mitad bestia, vinieron a través de las eras simplemente por el recuerdo de estas viejas asociaciones.
Esta gente, como remanentes de la primera gran civilización, siempre llevó dentro de si fuertes recuerdos subconscientes de su origen. Estoy hablando ahora de los lumanianos. Esto fue lo que ocasionó su rápido avance, hablando tecnológicamente. Pero como su propósito era único – evitar la violencia – más bien que el desarrollo constructivo y pacifico del potencial creativo, su experiencia fue muy parcializada. Estaban tan impulsados por el temor a la violencia que no se atrevieron a permitirle al sistema físico aun la libertad para expresarlo.
La vitalidad de la civilización fue por lo tanto débil, no porque la violencia no existiera, sino porque la libertad de la energía y la expresión fue automáticamente bloqueada en líneas especificas, y desde el exterior físicamente. Entendieron bien los males de la violencia en términos terrenales, pero habían negado el derecho del individuo a aprender esto a su manera, y así impidieron que el individuo utilizara sus propios métodos creativamente para convertir la violencia en áreas constructivas. En esto el libre albedrío fue descartado.
Así como un niño es protegido físicamente de algunas enfermedades por un tiempo mientras sale del útero de su madre, así mismo por un breve periodo al niño se le protege contra algunos desastres psíquicos por un breve periodo después del nacimiento, y lleva con él, aun para su confort, recuerdos de existencias y lugares pasados. Así por algunas generaciones los lumanianos fueron apoyados por profundos recuerdos subconscientes de la civilización que se había ido antes. Finalmente, esto empezó a debilitarse. Se habían protegido contra la violencia, pero no contra el miedo. Por consiguiente, estuvieron sujetos a todos los temores humanos ordinarios, que entonces se habían exagerado, puesto que físicamente no podían responder con violencia, ni siquiera a la naturaleza. Si eran atacados, tenían que huir. El principio de pelear o huir no aplicaba. No tenían sino un solo recurso.
Su símbolo de dios era masculino – una figura masculina fuerte y físicamente poderosa que los protegería, ya que no se podían proteger a si mismos. Dios evolucionó a través de las eras, en la medida en que sus creencias lo hicieron, y en él proyectaron aquellas cualidades que ellos mismos no podían expresar.
Mucho más tarde apareció como el viejo Jehová, el Dios de la Ira que protegió al Pueblo Escogido. El temor a las fuerzas naturales fue inicialmente muy fuerte en ellos por las razones dadas y trajo un sentimiento de separación entre el hombre y las fuerzas naturales que lo nutrían. No podían confiar en la tierra, ya que no se les permitía protegerse a si mismos de las fuerzas violentas dentro de ella.
Su inmensa tecnología y su gran civilización fueron en gran medida subterráneas. En esos términos, ellos fueron los hombres de las cavernas originales y salían de sus ciudades también a través de cavernas. Las cavernas no solo eran lugares de protección en los que los nativos inexpertos se acuclillaban. Con frecuencia eran portales para entrar y salir de las ciudades de los lumanianos. Mucho tiempo después que las ciudades fueron abandonadas, los siguientes nativos, no civilizados, encontraron estas cavernas y sus aperturas.
En el periodo que concibes como la Edad de Piedra, los hombres que piensas eran tus ancestros, los hombres de las cavernas, con frecuencia encontraban refugio no en toscas cavernas formadas naturalmente, sino en los canales creados mecánicamente que estaban detrás de ellas y en las ciudades abandonadas en las que alguna vez los lumanianos habitaron. Algunas de las herramientas elaboradas por los hombres de las cavernas eran versiones distorsionadas de aquellas que encontraron.
Físicamente, la civilización simplemente desapareció. Algunos pocos de los niños mutantes formaron después un pequeño grupo que viajó por el área como itinerante en el siglo siguiente con grandes manadas de animales. Se cuidaban mutuamente y muchas de las viejas leyendas relacionadas con los hombres mitad hombre y mitad bestia, vinieron a través de las eras simplemente por el recuerdo de estas viejas asociaciones.
Esta gente, como remanentes de la primera gran civilización, siempre llevó dentro de si fuertes recuerdos subconscientes de su origen. Estoy hablando ahora de los lumanianos. Esto fue lo que ocasionó su rápido avance, hablando tecnológicamente. Pero como su propósito era único – evitar la violencia – más bien que el desarrollo constructivo y pacifico del potencial creativo, su experiencia fue muy parcializada. Estaban tan impulsados por el temor a la violencia que no se atrevieron a permitirle al sistema físico aun la libertad para expresarlo.
La vitalidad de la civilización fue por lo tanto débil, no porque la violencia no existiera, sino porque la libertad de la energía y la expresión fue automáticamente bloqueada en líneas especificas, y desde el exterior físicamente. Entendieron bien los males de la violencia en términos terrenales, pero habían negado el derecho del individuo a aprender esto a su manera, y así impidieron que el individuo utilizara sus propios métodos creativamente para convertir la violencia en áreas constructivas. En esto el libre albedrío fue descartado.
Así como un niño es protegido físicamente de algunas enfermedades por un tiempo mientras sale del útero de su madre, así mismo por un breve periodo al niño se le protege contra algunos desastres psíquicos por un breve periodo después del nacimiento, y lleva con él, aun para su confort, recuerdos de existencias y lugares pasados. Así por algunas generaciones los lumanianos fueron apoyados por profundos recuerdos subconscientes de la civilización que se había ido antes. Finalmente, esto empezó a debilitarse. Se habían protegido contra la violencia, pero no contra el miedo. Por consiguiente, estuvieron sujetos a todos los temores humanos ordinarios, que entonces se habían exagerado, puesto que físicamente no podían responder con violencia, ni siquiera a la naturaleza. Si eran atacados, tenían que huir. El principio de pelear o huir no aplicaba. No tenían sino un solo recurso.
Su símbolo de dios era masculino – una figura masculina fuerte y físicamente poderosa que los protegería, ya que no se podían proteger a si mismos. Dios evolucionó a través de las eras, en la medida en que sus creencias lo hicieron, y en él proyectaron aquellas cualidades que ellos mismos no podían expresar.
Mucho más tarde apareció como el viejo Jehová, el Dios de la Ira que protegió al Pueblo Escogido. El temor a las fuerzas naturales fue inicialmente muy fuerte en ellos por las razones dadas y trajo un sentimiento de separación entre el hombre y las fuerzas naturales que lo nutrían. No podían confiar en la tierra, ya que no se les permitía protegerse a si mismos de las fuerzas violentas dentro de ella.
Su inmensa tecnología y su gran civilización fueron en gran medida subterráneas. En esos términos, ellos fueron los hombres de las cavernas originales y salían de sus ciudades también a través de cavernas. Las cavernas no solo eran lugares de protección en los que los nativos inexpertos se acuclillaban. Con frecuencia eran portales para entrar y salir de las ciudades de los lumanianos. Mucho tiempo después que las ciudades fueron abandonadas, los siguientes nativos, no civilizados, encontraron estas cavernas y sus aperturas.
En el periodo que concibes como la Edad de Piedra, los hombres que piensas eran tus ancestros, los hombres de las cavernas, con frecuencia encontraban refugio no en toscas cavernas formadas naturalmente, sino en los canales creados mecánicamente que estaban detrás de ellas y en las ciudades abandonadas en las que alguna vez los lumanianos habitaron. Algunas de las herramientas elaboradas por los hombres de las cavernas eran versiones distorsionadas de aquellas que encontraron.
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