Tan pronto como tú mismo te etiquetas, estás estableciendo limitaciones, poniendo límites y definiendo la realidad de tu psique – usualmente de acuerdo con creencias bastante limitadas. Piensas que el ser debe empezar y terminar en algún lugar. Que debe haber una valla a su alrededor, un patio de identidad en el que puedas sentirte seguro. He dicho muchas veces que no hay limitaciones para el ser. Pareces estar temeroso de que el ser se desangrará y se perderá “él mismo” en un laberinto en el que la identidad está perdida. Sin embargo, reconoces que tu ser es una dimensión mucho más grande de lo que usualmente supones, así que hablas en términos de reencarnación. Esto te permite imaginar reinos de identidad mayores, mientras todavía mantienes tus conceptos de individualidad intactos. Piensas que eres un ser después de otro, cada identidad estando pulcramente separada de las otras por el paso de los años, por una muerte obvia y un obvio nacimiento. La idea de contrapartes rompe un poco ese viejo concepto, y sin embargo todavía quieres definiciones para el ser, de tal manera que sepas en donde “te encuentras.” Están tan agarrados a la idea de etiquetas, que muchos siguen la astrología “ciegamente.” Has nacido en cierto tiempo, en cierto lugar, bajo ciertas condiciones – pero la conciencia siempre forma las condiciones. Si ella es afectada hasta cierto punto por esas condiciones, es entonces porque los efectos vienen después, de la misma manera como un pintor es afectado por el paisaje que él mismo ha creado. Así que decides nacer, digamos, en un cierto mes, cuando los planetas están así y asá. Antes de tiempo, escoges las estaciones de tu nacimiento. En el más simple de los términos, tú estás decidiendo sobre el entorno. Una violeta brota a la vida en el patio trasero, pero la violeta debe permanecer ahí. Su total crecimiento depende de las condiciones del tiempo en esa área en particular, aun cuando resulten esas mismas condiciones de la actividad planetaria general. Caminas fuera del lugar y el tiempo de tu nacimiento, sin embargo, como no puede hacerlo la flor. Ahora bien, en términos más amplios, las probabilidades operan hasta un punto que no puedes sospechar. Por un lado, todo punto de enfoque de la vida física es causado por la fusión de probabilidades. Nuestra sesión está siendo presenciada por un estudiante, un joven muy inteligente. El también le ayuda a Ruburt con la correspondencia. Temprano esta noche, él le escribió a una mujer que tenia la misma fecha de nacimiento de Ruburt. En nuestra ultima sesión, comparé un año con una plataforma sobre una montaña. Dije que las estaciones llegaban y se iban, y que muchos cultivos de flores de primavera crecieron allí por un periodo de tiempo. Así que cada año, en esos términos, es como una plataforma. Digamos, nuevamente, que el año es 1940. Todos aquellos nacidos en una fecha en particular en 1940, no nacerán necesariamente “al mismo tiempo” en absoluto. Lo que concibes como 1940 no es más que una estación sobre esa plataforma, la estación que tú reconoces. Las flores de la primavera de un año “no ven” o se mezclan con las flores de la siguiente primavera, o con las de la primavera anterior. De la misma manera, aquellos nacidos en 1940 “en una estación,” en un contexto más grande, no se mezclan tampoco con aquellos nacidos en el mismo año. La palabra “estación” aquí puede ser engañosa. Cada año es como una plataforma, sin embargo, dando a luz innumerables variaciones de la “flora” característica creciendo ahí. Cada uno de esos años separados, digamos, cada uno de esos años cuarentas, o de esos veintes, o de esos cincuentas, lleva a cabo su propia línea de desarrollo. El tiempo se expande interiormente y exteriormente, en esos términos – él no tiene que ir solamente hacia delante. De nuevo, tu realidad es como una plataforma brillante, como una superficie que se apoya en probabilidades. Tú sigues éstas tan inconscientemente y tan hermosamente, nadas a través de ellas tan fácilmente, que no se te ocurre cuestionar su origen, o el medio en el cual tu experiencia tiene su existencia. Todos aquellos que comparten una determinada fecha de nacimiento, sin embargo, compartiendo incluso el lugar así como el tiempo, no tienen el mismo “destino”; más aun, ellos no comparten las mismas condiciones necesariamente. Cada uno es afectado por su propio sistema de probabilidades al nacer, y esas condiciones alteran drásticamente la naturaleza de su desarrollo. La práctica misma de localización del tiempo del nacimiento físico en el momento de la concepción, es errónea. No hay ningún punto en el que puedas decir, en términos básicos, que un individuo está vivo, aunque encuentras más práctico aceptar ciertos puntos de la vida o de la muerte. Es verdad que surges dentro del espacio y el tiempo en cierto punto en tu percepción. Tu conciencia ha sido ella misma mucho antes, sin embargo. En un contexto aun mayor, que sé es difícil de seguir para ti, el hijo es el padre de su padre, de una manera tan válida como es su hijo, y viceversa. Una vez que liberas tu conciencia de conceptos limitados del tiempo y del ser, puedes empezar entonces a explorar la realidad desconocida que es el ser no reconocido. .
No hay comentarios:
Publicar un comentario