Te decía que tomaras un momento mientras estabas dentro de un sueño en particular y lo utilizaras para tratar de descubrir que había pasado dentro del sueño antes de que lo experimentaras.
Es verdad que tú creas tus propios sueños, pero también es verdad que solamente te enfocas sobre ciertas partes de tus creaciones del sueño. Incluso en el estado del sueño, cada presente se expande en su propia versión del pasado y del futuro; así, en esos términos, el sueño posee sus propios antecedentes, so propio tipo de pasado histórico, en el momento en que lo construyes.
No necesitas experimentar esos eventos de sueños pasados, aunque, si simplemente vuelves tu atención en esa dirección, entonces el pasado del sueño se volverá evidente. Las impresiones mentales de cualquier tipo por lo tanto no están simplemente impresas, o escritas, por así decirlo, en un medio del espacio y el tiempo. Ellas tienen una dimensionalidad mayor. El pasado y el futuro ondulan hacia fuera desde cualquier evento, haciéndolo “más espeso” de lo que parece ser.
En términos más amplios, el pasado es creado definitivamente desde el presente. En tu sistema de realidad este no parece ser el caso en absoluto, puesto que tus sentidos proyectan hacia adelante un tipo de movimiento hacia afuera sobre los eventos. “Las partículas subatómicas,” sin embargo, aparecen en tu presente, ondeando dentro de tu sistema de dimensiones, creando sus propias “huellas,” que los científicos tratan entonces de observar. En algunos casos, sin saberlo, tus científicos están cerca de observar el nacimiento de los efectos del tiempo dentro de tu sistema. Puesto que tu cerebro está compuesto de células con sus átomos y moléculas, tus recuerdos están ya estructurados por los mecanismos biológicos que los hacen posibles, en tus términos. Después de la muerte, por ejemplo, todavía posees una memoria, aunque ella no opera a través del organismo físico, tal como lo comprendes.
Psicológicamente entonces, mientras estás viviendo, tus recuerdos siguen un patrón de pasado y presente. Parece, por lo tanto, bastante inconcebible que, en ciertos términos, cualquier evento presente pueda producir un recuerdo de un evento similar que ocurrió antes, mientras en cambio todos realmente ocurren a la vez.
En el estado del sueño, la libertad de los eventos en relación al tiempo, tal como lo comprendes, puede ser más evidente. Si estás atento y eres curioso mientras sueñas, y puedes aprender a serlo, entonces tú mismo puedes encontrarte en el acto de crear un pasado y un futuro del sueño a la vez.
Los físicos saben que las ondas pueden aparecer como partículas bajo ciertas condiciones, y que las partículas pueden comportarse como ondas. De esta manera, los momentos, tal como los comprendes, son como ondas experimentadas como “partículas” – como pequeñas burbujas, por ejemplo, cada una rompiéndose y formándose otra. Las partículas subatómicas también se comportan como ondas algunas veces; de hecho, usualmente es solo cuando actúan como partículas cuando son percibidas.
Los físicos piensan de los átomos como partículas. Sus características como de onda no son observadas. A otros niveles de realidad, los átomos se comportan de una manera ondulante. Subjetivamente, pensarás de tus propios pensamientos como ondas más que como partículas. Sin embargo, en el nivel de realidad del sueño esas ondas “se rompen” en partículas, por así decirlo. Ellas forman pseudo objetos, desde tu punto de vista. Mientras estás soñando, aceptas esa realidad como real. Solo al despertar los objetos del sueño parecen ser no-reales, o imaginarios. El sistema nervioso mismo está equipado biológicamente para percibir varias gradaciones de materia física, y hay “en el medio” pasillos de impulso que son utilizados mientras se sueña. Desde tu punto de vista, estos son pasillos alternos, pero en el estado del sueño ellos te permiten percibir como materia física los objetos que en el estado de vigilia no serian observables.
De nuevo, desde el punto de vista de vigilia, estos otros reconocimientos neurológicos podrían concebirse como métodos de percepción fantasmales o de rastro. Despierto, usualmente no los utilizas. Son utilizados hasta cierto punto al soñar despierto, sin embargo, y en ciertas alteraciones de la conciencia mientras percibes como reales, o casi reales, eventos que no están ocurriendo inmediatamente dentro de tu estructura espacio-tiempo.
El mundo del sueño es tan organizado como el tuyo, pero desde el estado de vigilia no te enfocas sobre esa organización interior. Tus imágenes del sueño existen. Ellas son tan reales como una mesa o una silla. Son construidas de partículas, invisibles solamente desde la situación de vigilia.
Los físicos están empezando a estudiar las características de las partículas “invisibles.” Ellas parecen desafiar los principios del espacio y el tiempo. Esto es precisamente por qué ellas forman la base para la realidad del sueño; por qué los objetos en un sueño pueden aparecer y desaparecer.
En tu universo físico tales partículas son componentes invisibles, deducidos pero nunca encontrados directamente. Hasta cierto punto, están latentes. En algunas otras realidades, sin embargo, sus características rigen más que los atributos de las partículas visibles que observas. Las imágenes del sueno, por consiguiente, existen en un rango diferente de la materia.
Es verdad que tú creas tus propios sueños, pero también es verdad que solamente te enfocas sobre ciertas partes de tus creaciones del sueño. Incluso en el estado del sueño, cada presente se expande en su propia versión del pasado y del futuro; así, en esos términos, el sueño posee sus propios antecedentes, so propio tipo de pasado histórico, en el momento en que lo construyes.
No necesitas experimentar esos eventos de sueños pasados, aunque, si simplemente vuelves tu atención en esa dirección, entonces el pasado del sueño se volverá evidente. Las impresiones mentales de cualquier tipo por lo tanto no están simplemente impresas, o escritas, por así decirlo, en un medio del espacio y el tiempo. Ellas tienen una dimensionalidad mayor. El pasado y el futuro ondulan hacia fuera desde cualquier evento, haciéndolo “más espeso” de lo que parece ser.
En términos más amplios, el pasado es creado definitivamente desde el presente. En tu sistema de realidad este no parece ser el caso en absoluto, puesto que tus sentidos proyectan hacia adelante un tipo de movimiento hacia afuera sobre los eventos. “Las partículas subatómicas,” sin embargo, aparecen en tu presente, ondeando dentro de tu sistema de dimensiones, creando sus propias “huellas,” que los científicos tratan entonces de observar. En algunos casos, sin saberlo, tus científicos están cerca de observar el nacimiento de los efectos del tiempo dentro de tu sistema. Puesto que tu cerebro está compuesto de células con sus átomos y moléculas, tus recuerdos están ya estructurados por los mecanismos biológicos que los hacen posibles, en tus términos. Después de la muerte, por ejemplo, todavía posees una memoria, aunque ella no opera a través del organismo físico, tal como lo comprendes.
Psicológicamente entonces, mientras estás viviendo, tus recuerdos siguen un patrón de pasado y presente. Parece, por lo tanto, bastante inconcebible que, en ciertos términos, cualquier evento presente pueda producir un recuerdo de un evento similar que ocurrió antes, mientras en cambio todos realmente ocurren a la vez.
En el estado del sueño, la libertad de los eventos en relación al tiempo, tal como lo comprendes, puede ser más evidente. Si estás atento y eres curioso mientras sueñas, y puedes aprender a serlo, entonces tú mismo puedes encontrarte en el acto de crear un pasado y un futuro del sueño a la vez.
Los físicos saben que las ondas pueden aparecer como partículas bajo ciertas condiciones, y que las partículas pueden comportarse como ondas. De esta manera, los momentos, tal como los comprendes, son como ondas experimentadas como “partículas” – como pequeñas burbujas, por ejemplo, cada una rompiéndose y formándose otra. Las partículas subatómicas también se comportan como ondas algunas veces; de hecho, usualmente es solo cuando actúan como partículas cuando son percibidas.
Los físicos piensan de los átomos como partículas. Sus características como de onda no son observadas. A otros niveles de realidad, los átomos se comportan de una manera ondulante. Subjetivamente, pensarás de tus propios pensamientos como ondas más que como partículas. Sin embargo, en el nivel de realidad del sueño esas ondas “se rompen” en partículas, por así decirlo. Ellas forman pseudo objetos, desde tu punto de vista. Mientras estás soñando, aceptas esa realidad como real. Solo al despertar los objetos del sueño parecen ser no-reales, o imaginarios. El sistema nervioso mismo está equipado biológicamente para percibir varias gradaciones de materia física, y hay “en el medio” pasillos de impulso que son utilizados mientras se sueña. Desde tu punto de vista, estos son pasillos alternos, pero en el estado del sueño ellos te permiten percibir como materia física los objetos que en el estado de vigilia no serian observables.
De nuevo, desde el punto de vista de vigilia, estos otros reconocimientos neurológicos podrían concebirse como métodos de percepción fantasmales o de rastro. Despierto, usualmente no los utilizas. Son utilizados hasta cierto punto al soñar despierto, sin embargo, y en ciertas alteraciones de la conciencia mientras percibes como reales, o casi reales, eventos que no están ocurriendo inmediatamente dentro de tu estructura espacio-tiempo.
El mundo del sueño es tan organizado como el tuyo, pero desde el estado de vigilia no te enfocas sobre esa organización interior. Tus imágenes del sueño existen. Ellas son tan reales como una mesa o una silla. Son construidas de partículas, invisibles solamente desde la situación de vigilia.
Los físicos están empezando a estudiar las características de las partículas “invisibles.” Ellas parecen desafiar los principios del espacio y el tiempo. Esto es precisamente por qué ellas forman la base para la realidad del sueño; por qué los objetos en un sueño pueden aparecer y desaparecer.
En tu universo físico tales partículas son componentes invisibles, deducidos pero nunca encontrados directamente. Hasta cierto punto, están latentes. En algunas otras realidades, sin embargo, sus características rigen más que los atributos de las partículas visibles que observas. Las imágenes del sueno, por consiguiente, existen en un rango diferente de la materia.
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