Debes recordar que el mundo objetivo también es una proyección desde la psique. Por lo que te enfocas en él primordialmente, comprendes las normas lo suficientemente bien para que funcione. Un viaje en el mundo físico meramente representa la decisión de caminar, o de escoger un particular tipo de vehiculo – un automóvil no te llevará a través del océano, así que tomas un barco o un avión. No te asombras de ver que la tierra súbitamente le da paso al agua. Encuentras esa alteración natural bastante normal. Esperas que el tiempo permanezca en su lugar, sin embargo. La tierra puede cambiar al agua, por ejemplo, pero el hoy no debe cambiar al ayer de la misma manera, o al mañana, al comenzar la tarde de hoy.
Caminando por la avenida, esperas que los árboles permanezcan en sus sitios, y ellos mismos no se transformen en edificios. Todas estas asunciones se dan por sentado en tus viajes físicos. Puedes encontrar diferentes costumbres y lenguajes, y sin embargo aun estos serán aceptados en las inmensas, generales, básicas asunciones dentro de las cuales ocurren los límites de la vida física. Estás muy ciertamente viajando a través de la psique privada y colectiva cuando caminas por la calle. El mundo físico parece objetivo y por fuera de ti mismo, sin embargo. La idea de tal exterioridad es una de las asunciones sobre las cuales construyes tu existencia. El viaje interior no es mas subjetivo, entonces, que un viaje de Nueva York a San Francisco. Estas acostumbrado a proyectar todos los destinos por fuera de ti mismo. La idea de varios destinos internos, implicando movimiento a través del tiempo y el espacio, parece por lo tanto extraña.
Hablando generalmente, has explorado el planeta físico lo suficiente, así que tienes una buena idea de que esperar a medida que viajas de país a país.
Antes de un viaje, puedes producir carpetas de viaje que resaltan las atracciones y características de un cierto lugar. No estás viajando a ciegas, por lo tanto, y mientras cualquier determinado viaje puede ser nuevo para ti, no eres realmente un pionero: La tierra ha sido trazada en mapas y hay pocas sorpresas básicas.
Las tierras interiores no han sido tan bien exploradas. Para decir lo menos, ellas permanecen en territorio virgen hasta donde le concierne a tu mente consciente. Otros han viajado a algunos de estos lugares interiores, pero puesto que ellos eran en realidad exploradores, tenían que aprender a medida que proseguían.
Algunos, al regresar, proporcionan guías o carpetas de viaje, diciéndote lo que podría esperarse. Tú formas tu propia realidad. Si fueras de una tierra extranjera y le pidieras a una persona que te diera una descripción de la ciudad de Nueva York, podrías tomar su descripción como realidad. La persona podría decir “La ciudad de Nueva York es un lugar espantoso en el que el crimen es rampante, las pandillas deambulan por las calles, los asesinatos y las violaciones son la norma, y la gente es no solamente descortés sino lista para atacarte en cualquier momento. No hay árboles. El aire está polucionado, y solo puedes esperar violencia.” Si le preguntas a alguien más, este individuo puede en cambio decir: “La ciudad de Nueva York tiene los mejores museos, tiene conciertos al aire libre en algunos de los parques, finas esculturas y teatros, y probablemente la colección de libros más grande fuera del Vaticano. Tiene un buen clima general, una gran mezcla de culturas. En ella, millones de personas siguen su camino en libertad.” Ambas personas estarían hablando del mismo lugar. Sus descripciones variarían por sus creencias privadas, y estarían coloreadas por el enfoque individual desde el cual cada persona visualiza esa ciudad.
Una persona estaría en capacidad de darte la localización precisa de la ciudad en términos de latitud y longitud. La otra podría no tener tal conocimiento, y decir en cambio: “Tomo un avión en tal y tal lugar, a tal y tal tiempo, dando la ciudad de Nueva York como mi destino, y si tomo el avión apropiado, siempre llegare allí.”
Los exploradores viajando hacia las realidades interiores, sin embargo, no tienen el mismo tipo de puntos de referencia, para empezar. Muchos han estado tan excitados con sus descubrimientos que escribieron guías mucho antes de que empezaran a explorar el paisaje. Ellos no comprendieron que encontraron lo que querían encontrar, o que los fenómenos aparentemente objetivos se originaron en las reflexiones de la psique.
Tú puedes, por ejemplo, haber leído libros enumerando los “reinos interiores,” y diciéndote lo que puedes esperar encontrar en cada uno. Muchos de estos hablan de Lores o dioses del reino, o de demonios. De una manera extraña, estos libros proporcionan un servicio, ya que a ciertos niveles encontraras tus propias ideas materializadas; y si crees en demonios, entonces, en esos términos, los encontrarás. Los autores, sin embargo, suponen que los diablos tienen una realidad por fuera de tus creencias en ellos, y tal no es el caso. Los demonios simplemente representan un estado de tu propia mente que está aparentemente ahí afuera, objetivizado. Por consiguiente, cualesquiera que sean los métodos que el autor utilice para triunfar sobre estos demonios, es con frecuencia dado como prueba, no solo de la realidad de los demonios, sino de la efectividad de cada método.
Ahora bien, si lees tales libros, con frecuencia puedes programar tu actividad en ese sentido, de la misma manera como un visitante de la ciudad de Nueva York podría programar su experiencia de la ciudad en términos de lo que se le ha dicho existía allí.
Ese tipo de estructuración también presta un mal servicio, sin embargo, ya que te impide ponerte en contacto con tus propios conceptos originales. No hay ninguna razón, por ejemplo, para encontrar demonios o diablos en algún trance o condición fuera-del-cuerpo. En tales casos, tus propias alucinaciones te ciegan al entorno dentro del cual han sido proyectadas. Cuando tu conciencia no está directamente enfocada en la realidad física, entonces, a la gran creatividad de la psique se le da completo juego. Todas sus dimensiones son fielmente e instantáneamente producidas como experiencia, cuando aprendes a llevar contigo tu mente consciente “normalmente alerta”; y cuando te has liberado de tales ideas limitantes, entonces a esos niveles puedes vislumbrar los poderes internos de tu propia psique, y observar la interacción de creencias y símbolos a medida que son manifestados ante tus ojos. Hasta que aprendas a hacer esto, muy ciertamente tendrás dificultades, ya que no estarás en capacidad de distinguir la diferencia entre tus proyecciones y lo que está sucediendo en el entorno interior.
Cualquier exploración de la realidad interior debe implicar necesariamente un viaje a través de la psique, y se puede pensar de estos efectos como condiciones atmosféricas, naturales en cierta etapa, a través de las cuales pasas a medida que continúas.
Caminando por la avenida, esperas que los árboles permanezcan en sus sitios, y ellos mismos no se transformen en edificios. Todas estas asunciones se dan por sentado en tus viajes físicos. Puedes encontrar diferentes costumbres y lenguajes, y sin embargo aun estos serán aceptados en las inmensas, generales, básicas asunciones dentro de las cuales ocurren los límites de la vida física. Estás muy ciertamente viajando a través de la psique privada y colectiva cuando caminas por la calle. El mundo físico parece objetivo y por fuera de ti mismo, sin embargo. La idea de tal exterioridad es una de las asunciones sobre las cuales construyes tu existencia. El viaje interior no es mas subjetivo, entonces, que un viaje de Nueva York a San Francisco. Estas acostumbrado a proyectar todos los destinos por fuera de ti mismo. La idea de varios destinos internos, implicando movimiento a través del tiempo y el espacio, parece por lo tanto extraña.
Hablando generalmente, has explorado el planeta físico lo suficiente, así que tienes una buena idea de que esperar a medida que viajas de país a país.
Antes de un viaje, puedes producir carpetas de viaje que resaltan las atracciones y características de un cierto lugar. No estás viajando a ciegas, por lo tanto, y mientras cualquier determinado viaje puede ser nuevo para ti, no eres realmente un pionero: La tierra ha sido trazada en mapas y hay pocas sorpresas básicas.
Las tierras interiores no han sido tan bien exploradas. Para decir lo menos, ellas permanecen en territorio virgen hasta donde le concierne a tu mente consciente. Otros han viajado a algunos de estos lugares interiores, pero puesto que ellos eran en realidad exploradores, tenían que aprender a medida que proseguían.
Algunos, al regresar, proporcionan guías o carpetas de viaje, diciéndote lo que podría esperarse. Tú formas tu propia realidad. Si fueras de una tierra extranjera y le pidieras a una persona que te diera una descripción de la ciudad de Nueva York, podrías tomar su descripción como realidad. La persona podría decir “La ciudad de Nueva York es un lugar espantoso en el que el crimen es rampante, las pandillas deambulan por las calles, los asesinatos y las violaciones son la norma, y la gente es no solamente descortés sino lista para atacarte en cualquier momento. No hay árboles. El aire está polucionado, y solo puedes esperar violencia.” Si le preguntas a alguien más, este individuo puede en cambio decir: “La ciudad de Nueva York tiene los mejores museos, tiene conciertos al aire libre en algunos de los parques, finas esculturas y teatros, y probablemente la colección de libros más grande fuera del Vaticano. Tiene un buen clima general, una gran mezcla de culturas. En ella, millones de personas siguen su camino en libertad.” Ambas personas estarían hablando del mismo lugar. Sus descripciones variarían por sus creencias privadas, y estarían coloreadas por el enfoque individual desde el cual cada persona visualiza esa ciudad.
Una persona estaría en capacidad de darte la localización precisa de la ciudad en términos de latitud y longitud. La otra podría no tener tal conocimiento, y decir en cambio: “Tomo un avión en tal y tal lugar, a tal y tal tiempo, dando la ciudad de Nueva York como mi destino, y si tomo el avión apropiado, siempre llegare allí.”
Los exploradores viajando hacia las realidades interiores, sin embargo, no tienen el mismo tipo de puntos de referencia, para empezar. Muchos han estado tan excitados con sus descubrimientos que escribieron guías mucho antes de que empezaran a explorar el paisaje. Ellos no comprendieron que encontraron lo que querían encontrar, o que los fenómenos aparentemente objetivos se originaron en las reflexiones de la psique.
Tú puedes, por ejemplo, haber leído libros enumerando los “reinos interiores,” y diciéndote lo que puedes esperar encontrar en cada uno. Muchos de estos hablan de Lores o dioses del reino, o de demonios. De una manera extraña, estos libros proporcionan un servicio, ya que a ciertos niveles encontraras tus propias ideas materializadas; y si crees en demonios, entonces, en esos términos, los encontrarás. Los autores, sin embargo, suponen que los diablos tienen una realidad por fuera de tus creencias en ellos, y tal no es el caso. Los demonios simplemente representan un estado de tu propia mente que está aparentemente ahí afuera, objetivizado. Por consiguiente, cualesquiera que sean los métodos que el autor utilice para triunfar sobre estos demonios, es con frecuencia dado como prueba, no solo de la realidad de los demonios, sino de la efectividad de cada método.
Ahora bien, si lees tales libros, con frecuencia puedes programar tu actividad en ese sentido, de la misma manera como un visitante de la ciudad de Nueva York podría programar su experiencia de la ciudad en términos de lo que se le ha dicho existía allí.
Ese tipo de estructuración también presta un mal servicio, sin embargo, ya que te impide ponerte en contacto con tus propios conceptos originales. No hay ninguna razón, por ejemplo, para encontrar demonios o diablos en algún trance o condición fuera-del-cuerpo. En tales casos, tus propias alucinaciones te ciegan al entorno dentro del cual han sido proyectadas. Cuando tu conciencia no está directamente enfocada en la realidad física, entonces, a la gran creatividad de la psique se le da completo juego. Todas sus dimensiones son fielmente e instantáneamente producidas como experiencia, cuando aprendes a llevar contigo tu mente consciente “normalmente alerta”; y cuando te has liberado de tales ideas limitantes, entonces a esos niveles puedes vislumbrar los poderes internos de tu propia psique, y observar la interacción de creencias y símbolos a medida que son manifestados ante tus ojos. Hasta que aprendas a hacer esto, muy ciertamente tendrás dificultades, ya que no estarás en capacidad de distinguir la diferencia entre tus proyecciones y lo que está sucediendo en el entorno interior.
Cualquier exploración de la realidad interior debe implicar necesariamente un viaje a través de la psique, y se puede pensar de estos efectos como condiciones atmosféricas, naturales en cierta etapa, a través de las cuales pasas a medida que continúas.
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