Los eventos obviamente no son formados solamente por tu especie, así que, como lo mencioné en nuestras últimas sesiones, hay un nivel del sueño en el que todas las conciencias, de todas las especies y de todos los grados, sintonizadas terrenalmente, se juntan. Desde tu punto de vista, esto representa un profundo estado de creatividad inconsciente – a niveles celulares particularmente – por medio del cual la vida celular comunica y forma una red biológica vital que proporciona la base misma para cualquier experiencia “superior.”
Lo que llamas soñar obviamente depende de esta comunicación celular, la cual distribuye la fuerza de la vida a través del planeta. La formación de cualquier evento psicológico depende por lo tanto de esta relación entre especies.
Los símbolos psicológicos con los que estás familiarizado en términos naturales se elevan como el humo, inherentes en la estructura celular misma. En los términos más profundos, los animales y las plantas también poseen símbolos y reaccionan a ellos.
Los símbolos se pueden llamar códigos psíquicos, que son interpretados de manera infinita, de acuerdo con las circunstancias en que se encuentra la conciencia misma. Los eventos del sueño “vienen juntos,” de la misma manera como lo hace el universo. Los eventos, por consiguiente, no se pueden definir precisamente. Puedes explorar tu propia experiencia de un evento, y esa exploración misma altera la naturaleza del evento, aparentemente separado, que empiezas a investigar. Compartes entonces una experiencia colectiva del sueño, como compartes un mundo de vigilia colectivo. Tu experiencia diaria es privada y exclusivamente tuya, y sin embargo ocurre dentro del contexto de un entorno compartido. Lo mismo aplica para el estado del sueño.
Tus sueños son exclusivamente tuyos, sin embargo ellos ocurren dentro de un contexto compartido, un entorno en el que ocurren los sueños del mundo. En ese contexto, tu propia existencia está asegurada “para siempre.” Tú eres el evento físico de ti mismo puesto dentro de un espacio y tiempo determinados, y por las condiciones de esa estructura, dentro de ella automáticamente excluyes otras experiencias de tu propia individualidad. El evento más grande de ti mismo existe en un contexto que está más allá de tu usual percepción de los eventos. Esa parte más grande de ti mismo, sin embargo, forma el ser que conoces.
En el estado del sueño entras en un contexto más grande, hasta cierto punto. Por esa razón, también pierdes el tipo especial de orientación precisa con la que estás familiarizado. Sin embargo, empiezas a sentir, algunas veces, la forma más grande de los eventos y la naturaleza eterna de tu propia existencia.
Individualmente y en masa, en el estado del sueño cambias la orientación de tu conciencia y te entiendes con el nacimiento de los eventos, que solo más tarde son estructurados en el tiempo y experimentados físicamente.
Primero que todo, los eventos físicos son los productos finales de las propiedades físicas.
La formación de los eventos es inicialmente una función emocional, psíquica, o psicológica. Los eventos son interpretaciones físicas, versiones convencionales de experiencias perceptivas internas que son entonces “incorporadas” al espacio y el tiempo. Los eventos se organizan de acuerdo con leyes que involucran amor, creencia, intención, y las intensidades con las que éstas se tienen.
Los eventos son atraídos o repelidos de acuerdo con tus amores, creencias, intenciones y propósitos. Tu mundo proporciona el teatro en el cual ciertos eventos pueden o no ocurrir. Las guerras, la violencia, los desastres – estos son obviamente compartidos por muchos, y son parte de tu entorno psicológico y físico compartido.
Algunas personas encuentran la guerra directamente, sin embargo, en términos de combate mano a mano, o bombardeo. Otros son solo incomodados por ella. Aquí el entorno colectivo compartido se encuentra como realidad física, de acuerdo con las creencias, el amor y la intención individuales. En un sentido más profundo, no hay cosa tal como una víctima, ya sea de la guerra, la pobreza, o la enfermedad. Esto no quiere decir que la guerra, la pobreza, y la enfermedad no deberían ser combatidas, ya que, en términos de comprensión convencional, ciertamente parece que hombres y mujeres son víctimas en muchos de tales casos. Por lo tanto, ellos se comportan como víctimas, y sus creencias refuerzan tal experiencia.
Ciertamente, por más de cien veces digo: “Tus creencias forman tu realidad,” y esto quiere decir que tus creencias estructuran los eventos de tu experiencia.
Tal experiencia entonces te convence más exhaustivamente de la realidad que percibes, hasta que se forma un círculo vicioso en el que todos los eventos reflejan las creencias tan perfectamente que ningún margen parece presentarse entre los dos.
Si este fuera realmente el caso, sin embargo, la historia de la humanidad nunca cambiaría en ningún verdadero respecto. Caminos alternativos de experiencia – nuevas posibilidades y soluciones intuitivas – aparecen constantemente en el estado del sueño, de tal manera que el aprendizaje del hombre no depende simplemente de un sistema de retroalimentación que no permita la inserción de material creativo. El sueño entonces proporciona a la especie la experiencia del aprendizaje, no disponible de otra manera, en la que el comportamiento y los eventos se pueden juzgar contra una comprensión más desarrollada y más elevada que aquella presente en la realidad diaria convencional a cualquier nivel.
Puede haber, por ejemplo, complicaciones que surgen de las intenciones, amores y deseos de una persona, que hacen que el individuo busque ciertos eventos que sus mismas creencias hacen imposibles. La experiencia corriente proporcionará un dilema en el que una meta deseada parece imposible.
En tales casos, un sueño, o una serie de ellos, con frecuencia alterará las creencias de la persona en una forma que de otra manera no podría ocurrir, proporcionando nueva información. La información misma puede llegar en un estado de inspiración, pero en ningún caso seria el resultado de una adquisición de conocimiento, de otro modo inaccesible. El amor, el propósito, la creencia, y la intención – estos forman tu cuerpo físico y trabajan sobre él y con él, incluso como a otros niveles celulares la conciencia lo forma.
Lo que llamas soñar obviamente depende de esta comunicación celular, la cual distribuye la fuerza de la vida a través del planeta. La formación de cualquier evento psicológico depende por lo tanto de esta relación entre especies.
Los símbolos psicológicos con los que estás familiarizado en términos naturales se elevan como el humo, inherentes en la estructura celular misma. En los términos más profundos, los animales y las plantas también poseen símbolos y reaccionan a ellos.
Los símbolos se pueden llamar códigos psíquicos, que son interpretados de manera infinita, de acuerdo con las circunstancias en que se encuentra la conciencia misma. Los eventos del sueño “vienen juntos,” de la misma manera como lo hace el universo. Los eventos, por consiguiente, no se pueden definir precisamente. Puedes explorar tu propia experiencia de un evento, y esa exploración misma altera la naturaleza del evento, aparentemente separado, que empiezas a investigar. Compartes entonces una experiencia colectiva del sueño, como compartes un mundo de vigilia colectivo. Tu experiencia diaria es privada y exclusivamente tuya, y sin embargo ocurre dentro del contexto de un entorno compartido. Lo mismo aplica para el estado del sueño.
Tus sueños son exclusivamente tuyos, sin embargo ellos ocurren dentro de un contexto compartido, un entorno en el que ocurren los sueños del mundo. En ese contexto, tu propia existencia está asegurada “para siempre.” Tú eres el evento físico de ti mismo puesto dentro de un espacio y tiempo determinados, y por las condiciones de esa estructura, dentro de ella automáticamente excluyes otras experiencias de tu propia individualidad. El evento más grande de ti mismo existe en un contexto que está más allá de tu usual percepción de los eventos. Esa parte más grande de ti mismo, sin embargo, forma el ser que conoces.
En el estado del sueño entras en un contexto más grande, hasta cierto punto. Por esa razón, también pierdes el tipo especial de orientación precisa con la que estás familiarizado. Sin embargo, empiezas a sentir, algunas veces, la forma más grande de los eventos y la naturaleza eterna de tu propia existencia.
Individualmente y en masa, en el estado del sueño cambias la orientación de tu conciencia y te entiendes con el nacimiento de los eventos, que solo más tarde son estructurados en el tiempo y experimentados físicamente.
Primero que todo, los eventos físicos son los productos finales de las propiedades físicas.
La formación de los eventos es inicialmente una función emocional, psíquica, o psicológica. Los eventos son interpretaciones físicas, versiones convencionales de experiencias perceptivas internas que son entonces “incorporadas” al espacio y el tiempo. Los eventos se organizan de acuerdo con leyes que involucran amor, creencia, intención, y las intensidades con las que éstas se tienen.
Los eventos son atraídos o repelidos de acuerdo con tus amores, creencias, intenciones y propósitos. Tu mundo proporciona el teatro en el cual ciertos eventos pueden o no ocurrir. Las guerras, la violencia, los desastres – estos son obviamente compartidos por muchos, y son parte de tu entorno psicológico y físico compartido.
Algunas personas encuentran la guerra directamente, sin embargo, en términos de combate mano a mano, o bombardeo. Otros son solo incomodados por ella. Aquí el entorno colectivo compartido se encuentra como realidad física, de acuerdo con las creencias, el amor y la intención individuales. En un sentido más profundo, no hay cosa tal como una víctima, ya sea de la guerra, la pobreza, o la enfermedad. Esto no quiere decir que la guerra, la pobreza, y la enfermedad no deberían ser combatidas, ya que, en términos de comprensión convencional, ciertamente parece que hombres y mujeres son víctimas en muchos de tales casos. Por lo tanto, ellos se comportan como víctimas, y sus creencias refuerzan tal experiencia.
Ciertamente, por más de cien veces digo: “Tus creencias forman tu realidad,” y esto quiere decir que tus creencias estructuran los eventos de tu experiencia.
Tal experiencia entonces te convence más exhaustivamente de la realidad que percibes, hasta que se forma un círculo vicioso en el que todos los eventos reflejan las creencias tan perfectamente que ningún margen parece presentarse entre los dos.
Si este fuera realmente el caso, sin embargo, la historia de la humanidad nunca cambiaría en ningún verdadero respecto. Caminos alternativos de experiencia – nuevas posibilidades y soluciones intuitivas – aparecen constantemente en el estado del sueño, de tal manera que el aprendizaje del hombre no depende simplemente de un sistema de retroalimentación que no permita la inserción de material creativo. El sueño entonces proporciona a la especie la experiencia del aprendizaje, no disponible de otra manera, en la que el comportamiento y los eventos se pueden juzgar contra una comprensión más desarrollada y más elevada que aquella presente en la realidad diaria convencional a cualquier nivel.
Puede haber, por ejemplo, complicaciones que surgen de las intenciones, amores y deseos de una persona, que hacen que el individuo busque ciertos eventos que sus mismas creencias hacen imposibles. La experiencia corriente proporcionará un dilema en el que una meta deseada parece imposible.
En tales casos, un sueño, o una serie de ellos, con frecuencia alterará las creencias de la persona en una forma que de otra manera no podría ocurrir, proporcionando nueva información. La información misma puede llegar en un estado de inspiración, pero en ningún caso seria el resultado de una adquisición de conocimiento, de otro modo inaccesible. El amor, el propósito, la creencia, y la intención – estos forman tu cuerpo físico y trabajan sobre él y con él, incluso como a otros niveles celulares la conciencia lo forma.
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