Quiero discutir las conexiones entre la creatividad, los sueños, y la formación real de los eventos físicos. Al mismo tiempo, comprendo tu necesidad de algún tipo de terminología precisa, incluso mientras sé que en ciertos términos lo más “preciso” que me vuelva para tu beneficio, más me puedo perder de asuntos mayores que se escapan a tales límites. También deseo evitar muchos prejuicios que están conectados con ciertas palabras.
No obstante, en los sueños estás íntimamente conectado con los procesos por medio de los cuales se forman los eventos físicos. Los eventos, de nuevo, obtienen sus características de aquellas significaciones que pones sobre el universo, a medida que tu propio ser lo impresiona con tus creencias, deseos, y naturaleza individual.
Así como un continente no existe solo, sino también en relación con otras formaciones físicas, así, en tus términos, tú mismo formas los eventos de tal manera que se ajusten a una estructura colectiva. Tú formas tu propia realidad. No la formas aislada y solitaria, sin embargo. Estás enterado de otros eventos, y los tomas en consideración, por ejemplo, a pesar de las apariencias. No puedes obligar a otra persona a experimentar un evento que rechaza. Ni nadie puede actuar de una manera semejante contra ti. Los así llamados eventos buenos o malos siguen fielmente la mecánica interior.
Con el fin de volverse físicos, los eventos probables deben satisfacer ciertas condiciones, por así decirlo. Ellos deben caer dentro de sus propias franjas de tiempo y espacio. Debe haber también un ajuste psicológico, deben alcanzarse ciertas intensidades en términos de deseo, creencia, o intención. Por intensidad no quiero decir necesariamente esfuerzo, deseo vehemente, o una determinada intención consciente. Quiero decir en cambio recolección de ciertas cualidades intangibles, enfocadas precisamente hacia la actividad física.
Los eventos físicos implican la recolección de fuerzas básicamente físicas dentro de una organización, que existe inicialmente fuera del contexto del espacio y el tiempo. Ésta es una organización psicológica, que consiste en una selección de eventos probables preferidos. Estos esperan en las alas, por así decirlo, para la realización física. El activador final para esa realización puede venir de los estados de vigilia y del sueño, sin embargo representará el factor final necesario – el aceleramiento de la inspiración, del deseo, o del propósito – que repentinamente activará la organización psicológica inicial como una ocurrencia física.
Las unidades de Energía Electromagnética, que he mencionado en otro material, son importantes porque ellas existen en una esfera de actividad electromagnética, y ellas activan ciertas respuestas en el cerebro y en el sistema nervioso. Los eventos mismos involucran una condición estable de campos de actividad altamente relacionados, sin embargo, que existe entre las Unidades Electromagnéticas, por así decirlo.
Estos campos involucran reacciones psicológicas, no perceptibles físicamente, y sin embargo tan explosivas a su manera como una detonación nuclear. Es decir, estas actividades psicológicas “explotan” en eventos físicos en virtud de una transformación y una carga que permite a acciones puramente mentales “romper la barrera del espacio-tiempo” y surgir como realidades en un mundo físico. En una forma, las unidades de Energía Electromagnética ocurren en los más apartados alcances de esta actividad. Si un evento fuera una nave física, tal como una nave espacial, las unidades de Energía Electromagnética le permitirían aterrizar en tu mundo, pero no serian los propulsantes originales. Esos propulsantes son campos psíquicos de interrelación.
Utilicemos una analogía. Pretendamos que eres un planeta, lo que en realidad eres en ciertos términos. Existes en un universo altamente complicado y sofisticado. Sabes que el espacio está lleno de todo tipo de habitantes, y compararemos estos habitantes espaciales con eventos probables. Como planeta, tienes ciertas características. Algunos habitantes espaciales no estarían en capacidad, en absoluto, de aterrizar bajo esas condiciones. Las condiciones representan tu propia individualidad psicológica. Envías mensajes a las estrellas porque estás solitario, y los eventos o los visitantes son unos de los principales métodos para obtener experiencia y conocimiento. Para aterrizar sus propias naves espaciales, los viajeros del espacio deben entrar en tu atmósfera y utilizar sus condiciones, mientras mantienen su propia integridad. Ellos deben tener también sus propias razones para tal visita.
Ahora bien, cualquier evento físico es algo como el impacto de una nave espacial entrando en tu mundo, procedente de “alguna parte.” Los pensamientos a menudo parecen nadar dentro y fuera de tu sistema de conciencia, y apenas lo notas. Los eventos a menudo aparecen y desaparecen de la misma manera, y sin embargo han impresionado tu realidad. Los has atraído, en una u otra forma, y ellos han sido atraídos hacia ti. Momentáneamente, se establece un campo de relación que está altamente cargado, uno que proporciona un camino interior por medio del cual los eventos probables pueden fluir hacia tu área de eventos reconocidos.
Este camino existe a niveles psicológicos, y activa tus mecanismos perceptivos, los que por supuesto reaccionan entonces y perciben obedientemente. Tu intención, o propósito, o creencia, es una de las atracciones primordiales. Estos sirven como rayos explorando el universo, pero las condiciones de manifestación también existen. Debe haber un ajuste apropiado.
Primero que todo, tu propio universo no está aislado tampoco. Es simplemente el que percibes.
Hay, en un sentido básico, otros universos dentro del que reconoces, y ocurriendo constantemente en esos universos están otros eventos de los que no estás enterado. Los universos existen uno dentro del otro, por así decirlo, y sus eventos también están uno dentro del otro, así que mientras un determinado evento parece ser él mismo solo en los términos que reconoces, él es parte de otros sin fin que existen uno dentro del otro, y es imposible a ciertos niveles separar las “porciones.”
Tu vida diaria parece darte poca evidencia de esto. Tus sueños, sin embargo, con frecuencia contienen este tipo de interrelación. Por lo que percibes los eventos en la forma que lo haces, por supuesto, ves el universo físico familiar. Los eventos del sueño, no tan precisos en el espacio y el tiempo, con frecuencia sirven como una estructura a través de la cual se puede vislumbrar alguna evidencia de otros universos. Ningún sistema es cerrado, así que hay interacciones, por así decirlo, entre todos los universos. Ningún sistema psicológico es cerrado tampoco, aun mientras retiene una naturaleza inviolable que es indestructible.
Los sueños operan entonces como inmensas redes de comunicación masiva, mucho más efectivas a ciertos niveles de la psique de lo que, por ejemplo, la televisión lo es a nivel físico.
El estado del sueño puede ser utilizado entonces como una plataforma psicológica o psíquica para visualizar otras realidades, y para vislumbrar los mecanismos internos por medio de los cuales los eventos no físicos llegan a ser realizados en tu mundo.
No obstante, en los sueños estás íntimamente conectado con los procesos por medio de los cuales se forman los eventos físicos. Los eventos, de nuevo, obtienen sus características de aquellas significaciones que pones sobre el universo, a medida que tu propio ser lo impresiona con tus creencias, deseos, y naturaleza individual.
Así como un continente no existe solo, sino también en relación con otras formaciones físicas, así, en tus términos, tú mismo formas los eventos de tal manera que se ajusten a una estructura colectiva. Tú formas tu propia realidad. No la formas aislada y solitaria, sin embargo. Estás enterado de otros eventos, y los tomas en consideración, por ejemplo, a pesar de las apariencias. No puedes obligar a otra persona a experimentar un evento que rechaza. Ni nadie puede actuar de una manera semejante contra ti. Los así llamados eventos buenos o malos siguen fielmente la mecánica interior.
Con el fin de volverse físicos, los eventos probables deben satisfacer ciertas condiciones, por así decirlo. Ellos deben caer dentro de sus propias franjas de tiempo y espacio. Debe haber también un ajuste psicológico, deben alcanzarse ciertas intensidades en términos de deseo, creencia, o intención. Por intensidad no quiero decir necesariamente esfuerzo, deseo vehemente, o una determinada intención consciente. Quiero decir en cambio recolección de ciertas cualidades intangibles, enfocadas precisamente hacia la actividad física.
Los eventos físicos implican la recolección de fuerzas básicamente físicas dentro de una organización, que existe inicialmente fuera del contexto del espacio y el tiempo. Ésta es una organización psicológica, que consiste en una selección de eventos probables preferidos. Estos esperan en las alas, por así decirlo, para la realización física. El activador final para esa realización puede venir de los estados de vigilia y del sueño, sin embargo representará el factor final necesario – el aceleramiento de la inspiración, del deseo, o del propósito – que repentinamente activará la organización psicológica inicial como una ocurrencia física.
Las unidades de Energía Electromagnética, que he mencionado en otro material, son importantes porque ellas existen en una esfera de actividad electromagnética, y ellas activan ciertas respuestas en el cerebro y en el sistema nervioso. Los eventos mismos involucran una condición estable de campos de actividad altamente relacionados, sin embargo, que existe entre las Unidades Electromagnéticas, por así decirlo.
Estos campos involucran reacciones psicológicas, no perceptibles físicamente, y sin embargo tan explosivas a su manera como una detonación nuclear. Es decir, estas actividades psicológicas “explotan” en eventos físicos en virtud de una transformación y una carga que permite a acciones puramente mentales “romper la barrera del espacio-tiempo” y surgir como realidades en un mundo físico. En una forma, las unidades de Energía Electromagnética ocurren en los más apartados alcances de esta actividad. Si un evento fuera una nave física, tal como una nave espacial, las unidades de Energía Electromagnética le permitirían aterrizar en tu mundo, pero no serian los propulsantes originales. Esos propulsantes son campos psíquicos de interrelación.
Utilicemos una analogía. Pretendamos que eres un planeta, lo que en realidad eres en ciertos términos. Existes en un universo altamente complicado y sofisticado. Sabes que el espacio está lleno de todo tipo de habitantes, y compararemos estos habitantes espaciales con eventos probables. Como planeta, tienes ciertas características. Algunos habitantes espaciales no estarían en capacidad, en absoluto, de aterrizar bajo esas condiciones. Las condiciones representan tu propia individualidad psicológica. Envías mensajes a las estrellas porque estás solitario, y los eventos o los visitantes son unos de los principales métodos para obtener experiencia y conocimiento. Para aterrizar sus propias naves espaciales, los viajeros del espacio deben entrar en tu atmósfera y utilizar sus condiciones, mientras mantienen su propia integridad. Ellos deben tener también sus propias razones para tal visita.
Ahora bien, cualquier evento físico es algo como el impacto de una nave espacial entrando en tu mundo, procedente de “alguna parte.” Los pensamientos a menudo parecen nadar dentro y fuera de tu sistema de conciencia, y apenas lo notas. Los eventos a menudo aparecen y desaparecen de la misma manera, y sin embargo han impresionado tu realidad. Los has atraído, en una u otra forma, y ellos han sido atraídos hacia ti. Momentáneamente, se establece un campo de relación que está altamente cargado, uno que proporciona un camino interior por medio del cual los eventos probables pueden fluir hacia tu área de eventos reconocidos.
Este camino existe a niveles psicológicos, y activa tus mecanismos perceptivos, los que por supuesto reaccionan entonces y perciben obedientemente. Tu intención, o propósito, o creencia, es una de las atracciones primordiales. Estos sirven como rayos explorando el universo, pero las condiciones de manifestación también existen. Debe haber un ajuste apropiado.
Primero que todo, tu propio universo no está aislado tampoco. Es simplemente el que percibes.
Hay, en un sentido básico, otros universos dentro del que reconoces, y ocurriendo constantemente en esos universos están otros eventos de los que no estás enterado. Los universos existen uno dentro del otro, por así decirlo, y sus eventos también están uno dentro del otro, así que mientras un determinado evento parece ser él mismo solo en los términos que reconoces, él es parte de otros sin fin que existen uno dentro del otro, y es imposible a ciertos niveles separar las “porciones.”
Tu vida diaria parece darte poca evidencia de esto. Tus sueños, sin embargo, con frecuencia contienen este tipo de interrelación. Por lo que percibes los eventos en la forma que lo haces, por supuesto, ves el universo físico familiar. Los eventos del sueño, no tan precisos en el espacio y el tiempo, con frecuencia sirven como una estructura a través de la cual se puede vislumbrar alguna evidencia de otros universos. Ningún sistema es cerrado, así que hay interacciones, por así decirlo, entre todos los universos. Ningún sistema psicológico es cerrado tampoco, aun mientras retiene una naturaleza inviolable que es indestructible.
Los sueños operan entonces como inmensas redes de comunicación masiva, mucho más efectivas a ciertos niveles de la psique de lo que, por ejemplo, la televisión lo es a nivel físico.
El estado del sueño puede ser utilizado entonces como una plataforma psicológica o psíquica para visualizar otras realidades, y para vislumbrar los mecanismos internos por medio de los cuales los eventos no físicos llegan a ser realizados en tu mundo.
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