Tú reconoces que la tierra tiene una atmósfera. En tu limitado viaje espacial das por sentado el hecho de que se encontrarán diferentes condiciones a aquellas encontradas sobre tu planeta.
Hay alteraciones tenidas en cuenta en tus cálculos, así que los astronautas saben antes de tiempo que pueden esperar encontrar ingravidez, por ejemplo. Tus ideas y experiencias con el espacio y la materia, sin embargo, están determinadas por tu propio aparato sensorial. Lo que es materia para ti podría ser “espacio vacío” para seres equipados de una manera totalmente diferente. Tu mente consciente, tal como la comprendes, es la estructura psicológica que se entiende con las condiciones en una base física. La información sensorial se sirve, por así decirlo, más o menos ya empacada. La más grande realidad interior de la psique, sin embargo, es tan extensa como el espacio exterior parece serlo.
Cuando la información “cae” en tu mente consciente proveniente de esas áreas extensas, ella también es cambiada a medida que viaja a través de los varios niveles de la atmósfera psicológica, hasta que finalmente aterriza o explota en una serie de imágenes o pensamientos.
Eres bombardeado con tales “intrusiones extrañas” constantemente. El enfoque de tu conciencia las borra mientras estás en el estado normal de vigilia. Hay estrellas fugaces por todas partes cayendo del cielo, por ejemplo, aunque solamente ves algunas de éstas en el firmamento nocturno. Es importante que durante el día se utilice un proceso de selección, así que la precisión de tus acciones pueda ser mantenida. Nuevamente, sin embargo, esa sutil precisión se apoya en una infinita cantidad de información que incide en otros niveles de tu realidad psicológica. Esa información se convierte entonces en la materia prima, por así decirlo, de la cual tus eventos físicos se forman.
En el estado del sueño, con tu cuerpo más o menos seguro y en reposo, y sin la necesidad de una acción precisa, estas intrusiones psicológicas se vuelven más evidentes. Muchos de tus sueños son como el extremo de la cola de un cometa: Su vida real está terminada, y ves el destello de su desaparición a medida que golpean tu propia atmosfera mental y explotan en una chispa de imágenes del sueño. Ellos son transformados, por lo tanto, a medida que viajan a través de tu propia atmósfera psicológica. No podrías percibirlos en tu propio estado – ni pueden ellos mantener su propio estado nativo a medida que se sumergen en los confines de la psique. Ellos caen en patrones, formándose ellos mismos naturalmente en el contenido del sueño que se adapta a los contornos de tu propia mente. La estructura resultante del sueño se adapta a tu realidad y no a otra: A medida que esta materia intrusiva cae, se desploma, o cambia, a través de los niveles de tu propia atmósfera psicológica, ella es transformada por las condiciones que encuentra. Los patrones de las gotas de lluvia en un charco siguen ciertas leyes que tienen que ver con los contornos de la tierra, el tiempo, la naturaleza de la lluvia, las nubes, la altura desde la cual caen las gotas de lluvia, y las condiciones que están operando en las partes más cercanas y más lejanas del mundo. Si pudieras comprender apropiadamente todo eso, entonces observando un solo charco podrías decir las condiciones del tiempo pasadas y presentes para la totalidad del planeta, y seguir las probabilidades en términos de tormentas, o erupciones volcánicas. No puedes hacer esto, por supuesto, y sin embargo es posible.
Los sueños golpetean los charcos psicológicos. Ellos siguen los contornos de tu realidad psicológica. Forman patrones psíquicos siempre en movimiento en tu mente, propagándose hacia fuera. La lluvia que golpea tu patio trasero como cálidas gotas, suaves y claras, puede ser granizo en áreas mucho más arriba de tu techo, pero cambia su forma a medida que cae – nuevamente, de acuerdo con las condiciones que encuentra. Así estas “intrusiones extrañas” hacen lo mismo, y los sueños son como gotas de lluvia, ya que a otros niveles “más altos” pueden tener en realidad una forma bastante diferente.
Hay barrancos, cerros, montañas, valles, grandes continentes, pequeñas islas sobre la tierra, y la lluvia que cae se ajusta ella misma a esos contornos. Tus propios pensamientos, sueños, intenciones, emociones, creencias, son las características naturales de tu mente, así que la información, incidiendo sobre tu mundo mental, también sigue esos contornos.
Si hay un barranco en tu patio trasero, siempre recogerá la lluvia que cae. Tus creencias son como áreas receptivas – cuencas abiertas – que utilizas para recoger información. La información intrusiva con frecuencia caerá en tales cuencas, tomando sus contornos, por supuesto. Las creencias son maneras de estructurar la realidad. Si estructuras demasiado la realidad, sin embargo, terminarás con un jardín mental formal – cuya visualización precisa puede ser tan rígidamente estructurada que el aspecto natural de la plantas y de las flores se oscurece completamente. Incluso la información del sueño fluirá en patrones estructurados.
Sabes que el mundo natural cambia su forma constantemente. Los objetos, sin embargo, siguen ciertas leyes de naturaleza física a medida que los experimentas, justamente como las violetas sobre el suelo no cambian súbitamente a rocas.
Estas condiciones, sin embargo, solamente existen al nivel consciente de tu percepción. La psique más grande se entiende con las dimensiones más grandes de los eventos, y el estado mismo del sueño es como un laboratorio en el cual se construye tu realidad de vigilia. La tierra física es bombardeada de la misma manera por fenómenos importantes para tu supervivencia. En el laboratorio de los sueños se procesa esta información, es recogida, y finalmente se forma en sueños que puedes recordar o no recordar; sueños que son ya traducciones de otros eventos, concebidos en formas que reconozcas.
Cada sueño que recuerdas es bastante legítimo en la forma que lo recuerdas, ya que la información se ha desglosado, por así decirlo, adaptándose a los contornos de tus propias intenciones y propósitos. Sin embargo, tal sueño es también un símbolo de otro evento no recordado, es una “estrella fugaz” no recordada conscientemente, y un indicio de cómo se forma cualquier entorno.
Hay alteraciones tenidas en cuenta en tus cálculos, así que los astronautas saben antes de tiempo que pueden esperar encontrar ingravidez, por ejemplo. Tus ideas y experiencias con el espacio y la materia, sin embargo, están determinadas por tu propio aparato sensorial. Lo que es materia para ti podría ser “espacio vacío” para seres equipados de una manera totalmente diferente. Tu mente consciente, tal como la comprendes, es la estructura psicológica que se entiende con las condiciones en una base física. La información sensorial se sirve, por así decirlo, más o menos ya empacada. La más grande realidad interior de la psique, sin embargo, es tan extensa como el espacio exterior parece serlo.
Cuando la información “cae” en tu mente consciente proveniente de esas áreas extensas, ella también es cambiada a medida que viaja a través de los varios niveles de la atmósfera psicológica, hasta que finalmente aterriza o explota en una serie de imágenes o pensamientos.
Eres bombardeado con tales “intrusiones extrañas” constantemente. El enfoque de tu conciencia las borra mientras estás en el estado normal de vigilia. Hay estrellas fugaces por todas partes cayendo del cielo, por ejemplo, aunque solamente ves algunas de éstas en el firmamento nocturno. Es importante que durante el día se utilice un proceso de selección, así que la precisión de tus acciones pueda ser mantenida. Nuevamente, sin embargo, esa sutil precisión se apoya en una infinita cantidad de información que incide en otros niveles de tu realidad psicológica. Esa información se convierte entonces en la materia prima, por así decirlo, de la cual tus eventos físicos se forman.
En el estado del sueño, con tu cuerpo más o menos seguro y en reposo, y sin la necesidad de una acción precisa, estas intrusiones psicológicas se vuelven más evidentes. Muchos de tus sueños son como el extremo de la cola de un cometa: Su vida real está terminada, y ves el destello de su desaparición a medida que golpean tu propia atmosfera mental y explotan en una chispa de imágenes del sueño. Ellos son transformados, por lo tanto, a medida que viajan a través de tu propia atmósfera psicológica. No podrías percibirlos en tu propio estado – ni pueden ellos mantener su propio estado nativo a medida que se sumergen en los confines de la psique. Ellos caen en patrones, formándose ellos mismos naturalmente en el contenido del sueño que se adapta a los contornos de tu propia mente. La estructura resultante del sueño se adapta a tu realidad y no a otra: A medida que esta materia intrusiva cae, se desploma, o cambia, a través de los niveles de tu propia atmósfera psicológica, ella es transformada por las condiciones que encuentra. Los patrones de las gotas de lluvia en un charco siguen ciertas leyes que tienen que ver con los contornos de la tierra, el tiempo, la naturaleza de la lluvia, las nubes, la altura desde la cual caen las gotas de lluvia, y las condiciones que están operando en las partes más cercanas y más lejanas del mundo. Si pudieras comprender apropiadamente todo eso, entonces observando un solo charco podrías decir las condiciones del tiempo pasadas y presentes para la totalidad del planeta, y seguir las probabilidades en términos de tormentas, o erupciones volcánicas. No puedes hacer esto, por supuesto, y sin embargo es posible.
Los sueños golpetean los charcos psicológicos. Ellos siguen los contornos de tu realidad psicológica. Forman patrones psíquicos siempre en movimiento en tu mente, propagándose hacia fuera. La lluvia que golpea tu patio trasero como cálidas gotas, suaves y claras, puede ser granizo en áreas mucho más arriba de tu techo, pero cambia su forma a medida que cae – nuevamente, de acuerdo con las condiciones que encuentra. Así estas “intrusiones extrañas” hacen lo mismo, y los sueños son como gotas de lluvia, ya que a otros niveles “más altos” pueden tener en realidad una forma bastante diferente.
Hay barrancos, cerros, montañas, valles, grandes continentes, pequeñas islas sobre la tierra, y la lluvia que cae se ajusta ella misma a esos contornos. Tus propios pensamientos, sueños, intenciones, emociones, creencias, son las características naturales de tu mente, así que la información, incidiendo sobre tu mundo mental, también sigue esos contornos.
Si hay un barranco en tu patio trasero, siempre recogerá la lluvia que cae. Tus creencias son como áreas receptivas – cuencas abiertas – que utilizas para recoger información. La información intrusiva con frecuencia caerá en tales cuencas, tomando sus contornos, por supuesto. Las creencias son maneras de estructurar la realidad. Si estructuras demasiado la realidad, sin embargo, terminarás con un jardín mental formal – cuya visualización precisa puede ser tan rígidamente estructurada que el aspecto natural de la plantas y de las flores se oscurece completamente. Incluso la información del sueño fluirá en patrones estructurados.
Sabes que el mundo natural cambia su forma constantemente. Los objetos, sin embargo, siguen ciertas leyes de naturaleza física a medida que los experimentas, justamente como las violetas sobre el suelo no cambian súbitamente a rocas.
Estas condiciones, sin embargo, solamente existen al nivel consciente de tu percepción. La psique más grande se entiende con las dimensiones más grandes de los eventos, y el estado mismo del sueño es como un laboratorio en el cual se construye tu realidad de vigilia. La tierra física es bombardeada de la misma manera por fenómenos importantes para tu supervivencia. En el laboratorio de los sueños se procesa esta información, es recogida, y finalmente se forma en sueños que puedes recordar o no recordar; sueños que son ya traducciones de otros eventos, concebidos en formas que reconozcas.
Cada sueño que recuerdas es bastante legítimo en la forma que lo recuerdas, ya que la información se ha desglosado, por así decirlo, adaptándose a los contornos de tus propias intenciones y propósitos. Sin embargo, tal sueño es también un símbolo de otro evento no recordado, es una “estrella fugaz” no recordada conscientemente, y un indicio de cómo se forma cualquier entorno.
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