Considero mi propio libro, “La Naturaleza de la Realidad Personal, Un Libro de Seth”, como un prerrequisito para los ejercicios dados aquí en este volumen.
En ese libro previo, discutí las maneras en las que formas tu experiencia privada a través de tus creencias. Tienes ciertas ideas mascota, por lo tanto, y las utilizas para estructurar tu propia visión del mundo de la realidad que conoces. Es importante que comprendas lo que son tus propias creencias. Muchas de ellas podrían funcionar bastante bien “en casa,” pero cuando empiezas a viajar lejos de tu estación casera, puedes encontrar que esas mismas ideas impiden tu progreso.
Otros conceptos no son realmente factibles, aun en tu propia realidad física. Un concepto rígido, dogmático, del bien y el mal, te forzará a percibir la existencia física como un campo de batalla de fuerzas opuestas, con la pobre alma incauta casi como un amortiguador. O pensarás de la pobre alma como un borrador de tablero, golpeada por dos manos – una buena y otra mala.
Sobre el tablero, en esta analogía hogareña, estarían escritas las experiencias terrenales del alma. Con el borrador la “mano mala” trataría de borrar todo el bien, y al mismo tiempo la “mano buena” trataría de borrar todo el mal. En tal caso, toda tu experiencia se vuelve sospechosa. Tendrás la tendencia a considerar malo el cuerpo con sus apetitos naturales, y negarlos, mientras al mismo tiempo tu parte física mirara tus “buenas intenciones” como malas, y como infracciones sobre su propia existencia.
Si no comprendes la gracia natural de tu ser, entonces cuando pruebas algunos de los ejercicios dados aquí, puedes automáticamente traducirlos a un grupo de creencias muy limitado.
Estás familiarizado con tu propia visión del mundo. A medida que dejas tu orientación usual, sin embargo, alterando el enfoque de tu conciencia, puedes muy bien estructurar tu nueva experiencia como lo haces con tu experiencia física. Al mismo tiempo, eres más libre. Tienes mayor libertad de acción. Estás acostumbrado a proyectar tus creencias sobre los objetos y los eventos físicos. Cuando dejas tu estación casera, esos mismos objetos y eventos ya no se presentan más en la misma forma.
A menudo te vez a ti mismo encontrando tus propias estructuras, ya no más ocultas en el tipo de experiencia con la que estás familiarizado. Estas pueden aparecer entonces a una luz bastante diferente. Puedes estar convencido de que eres malo, simplemente porque eres físico. Puedes creer que el alma “desciende” dentro del cuerpo, y por consiguiente que el cuerpo es más bajo, que es inferior, y que es una versión degradada “de lo que tú eres realmente.” Al mismo tiempo, tu propio ser físico sabe más, y básicamente no puede aceptar tal concepto. Así, en la vida diaria, puedes proyectar esta idea de falta de merito al exterior, hacia otra persona, quien parece ser tu enemigo; o sobre otra nación. En general, podrías seleccionar los animales para que jueguen la parte del enemigo, o los miembros de otra religión, u otros partidos políticos.
En cualquier caso, en tu vida privada difícilmente puedes encontrar tu creencia en tu propia falta de merito, o maldad. No te darás cuenta que realmente tú mismo te consideras el enemigo. Estarás tan convencido de que tu proyección sobre otros es el enemigo, que no habrá ninguna holgura para asumir, ya que todos tus sentimientos de odio a si mismo o de miedo a si mismo serán dirigidos al exterior.
Cuando empiezas a dejar tu estación casera y a alterar tu propio enfoque, sin embargo, dejas atrás tus particulares receptores familiares para tus proyecciones. Utilizando la tabla Ouija o la escritura automática, te puedes encontrar a ti mismo confrontándote inmediatamente con este material que has suprimido en el pasado. Cuando él sale a flote, entonces puedes proyectarlo de nuevo al exterior, pero en diferente manera. En lugar de pensar que estás en contacto con un gran filosofo o con un “un alma antigua,” puedes creer en cambio que estás visitando un demonio o un diablo, o que estás poseído por un espíritu maligno.
En tal caso, ya habrás estado convencido del poder del mal. Tus sentimientos naturales, denegados, también llevarán la gran carga de la represión. Puedes estar pleno de sentimiento de que estás en medio de una gran lucha cósmica entre las fuerzas del bien y del mal – y de hecho, esto a menudo representa una imagen válida de tu propia visión del mundo.
Nada de esto es necesario. No hay ningún peligro en los ejercicios que sugiero. Estás en mucho mayor peligro entre más inhibas tus sentimientos naturales, y las alteraciones de la conciencia con frecuencia te presentan una estructura en la que estos llegan a la luz. Si ellos, en una u otra forma, no llegan a tu atención, es entonces muy posible que la energía negada detrás de ellos erupcionará en relaciones rotas o en enfermedades.
En ese libro previo, discutí las maneras en las que formas tu experiencia privada a través de tus creencias. Tienes ciertas ideas mascota, por lo tanto, y las utilizas para estructurar tu propia visión del mundo de la realidad que conoces. Es importante que comprendas lo que son tus propias creencias. Muchas de ellas podrían funcionar bastante bien “en casa,” pero cuando empiezas a viajar lejos de tu estación casera, puedes encontrar que esas mismas ideas impiden tu progreso.
Otros conceptos no son realmente factibles, aun en tu propia realidad física. Un concepto rígido, dogmático, del bien y el mal, te forzará a percibir la existencia física como un campo de batalla de fuerzas opuestas, con la pobre alma incauta casi como un amortiguador. O pensarás de la pobre alma como un borrador de tablero, golpeada por dos manos – una buena y otra mala.
Sobre el tablero, en esta analogía hogareña, estarían escritas las experiencias terrenales del alma. Con el borrador la “mano mala” trataría de borrar todo el bien, y al mismo tiempo la “mano buena” trataría de borrar todo el mal. En tal caso, toda tu experiencia se vuelve sospechosa. Tendrás la tendencia a considerar malo el cuerpo con sus apetitos naturales, y negarlos, mientras al mismo tiempo tu parte física mirara tus “buenas intenciones” como malas, y como infracciones sobre su propia existencia.
Si no comprendes la gracia natural de tu ser, entonces cuando pruebas algunos de los ejercicios dados aquí, puedes automáticamente traducirlos a un grupo de creencias muy limitado.
Estás familiarizado con tu propia visión del mundo. A medida que dejas tu orientación usual, sin embargo, alterando el enfoque de tu conciencia, puedes muy bien estructurar tu nueva experiencia como lo haces con tu experiencia física. Al mismo tiempo, eres más libre. Tienes mayor libertad de acción. Estás acostumbrado a proyectar tus creencias sobre los objetos y los eventos físicos. Cuando dejas tu estación casera, esos mismos objetos y eventos ya no se presentan más en la misma forma.
A menudo te vez a ti mismo encontrando tus propias estructuras, ya no más ocultas en el tipo de experiencia con la que estás familiarizado. Estas pueden aparecer entonces a una luz bastante diferente. Puedes estar convencido de que eres malo, simplemente porque eres físico. Puedes creer que el alma “desciende” dentro del cuerpo, y por consiguiente que el cuerpo es más bajo, que es inferior, y que es una versión degradada “de lo que tú eres realmente.” Al mismo tiempo, tu propio ser físico sabe más, y básicamente no puede aceptar tal concepto. Así, en la vida diaria, puedes proyectar esta idea de falta de merito al exterior, hacia otra persona, quien parece ser tu enemigo; o sobre otra nación. En general, podrías seleccionar los animales para que jueguen la parte del enemigo, o los miembros de otra religión, u otros partidos políticos.
En cualquier caso, en tu vida privada difícilmente puedes encontrar tu creencia en tu propia falta de merito, o maldad. No te darás cuenta que realmente tú mismo te consideras el enemigo. Estarás tan convencido de que tu proyección sobre otros es el enemigo, que no habrá ninguna holgura para asumir, ya que todos tus sentimientos de odio a si mismo o de miedo a si mismo serán dirigidos al exterior.
Cuando empiezas a dejar tu estación casera y a alterar tu propio enfoque, sin embargo, dejas atrás tus particulares receptores familiares para tus proyecciones. Utilizando la tabla Ouija o la escritura automática, te puedes encontrar a ti mismo confrontándote inmediatamente con este material que has suprimido en el pasado. Cuando él sale a flote, entonces puedes proyectarlo de nuevo al exterior, pero en diferente manera. En lugar de pensar que estás en contacto con un gran filosofo o con un “un alma antigua,” puedes creer en cambio que estás visitando un demonio o un diablo, o que estás poseído por un espíritu maligno.
En tal caso, ya habrás estado convencido del poder del mal. Tus sentimientos naturales, denegados, también llevarán la gran carga de la represión. Puedes estar pleno de sentimiento de que estás en medio de una gran lucha cósmica entre las fuerzas del bien y del mal – y de hecho, esto a menudo representa una imagen válida de tu propia visión del mundo.
Nada de esto es necesario. No hay ningún peligro en los ejercicios que sugiero. Estás en mucho mayor peligro entre más inhibas tus sentimientos naturales, y las alteraciones de la conciencia con frecuencia te presentan una estructura en la que estos llegan a la luz. Si ellos, en una u otra forma, no llegan a tu atención, es entonces muy posible que la energía negada detrás de ellos erupcionará en relaciones rotas o en enfermedades.
1 comentario:
Me gusta lo que sientes,... bueno o malo,todo tiene una particular proporción.
Tú sabes estar alerta,sé que no demasiado lejos de la realidad (incluso desconocida).
El alma es transmigrable y sabe de proporciones.
Gracias por tu expresa perspectiva,te sabes mover.
Un abrazo emplumado y versátil.
Publicar un comentario