Las respuestas a los orígenes del universo y las especies se encuentran, lo siento, en reinos que en gran parte has ignorado – precisamente en aquellos dominios que has considerado los menos científicos, y en aquellos que parecía producirían los menores resultados prácticos.
Tus métodos actuales simplemente te traerán resultados y respuestas fáciles y manufacturadas. Ellos no satisfarán ni al intelecto ni al alma. Puesto que tu universo surge de uno interior, y puesto que ese interior impregna cada rincón de tu propia existencia, debes mirar en donde no lo has hecho antes – en la realidad de tu propia mente y de tus emociones. Debes mirar al universo natural que conoces. Debes mirar con tus intuiciones e instintos creativos a las criaturas a tu alrededor, viéndolas, no como otras especies con ciertos hábitos, no como propiedades inferiores de la tierra, para ser diseccionadas, sino como ejemplos vivientes de la naturaleza del universo, en existencia y transformación constantes.
Debes estudiar la calidad de la vida, debes atreverte a seguir los patrones de tus propios pensamientos y emociones, y viajar con esa movilidad, ya que en esa movilidad hay indicaciones del origen del universo y de la psique. La visión del poeta del universo y de la naturaleza es más científica entonces que la de los científicos, porque más de la naturaleza es comprendido.
El niño, riendo con alegría y admiración a la vista de la primera violeta, comprende mucho más, en términos más profundos, que el botánico que hace mucho tiempo ha olvidado la experiencia de percibir una violeta, aunque tenga en la punta de sus dedos mentales los nombres y las clasificaciones de todas las flores del mundo. La información no es necesariamente conocimiento y comprensión.
Los pensamientos brotan dentro de tu mente como el universo objetivo nada dentro de la realidad – es decir, de la misma manera. Diagramar frases te dicen poco acerca del lenguaje hablado, y nada acerca de aquellas actuaciones físicas y mentales que te permiten hablar – y así la diagramación de las especies del mundo está, de la misma manera, bastante divorciada de alguna comprensión verdadera.
El sentimiento subjetivo de tu ser, tu experiencia íntima de momento-a-momento, poseen la misma calidad misteriosa que te parece posee el universo. Eres mortal, y por todas partes encuentras evidencia de esa mortalidad, y sin embargo dentro de su estructura tus sentimientos y pensamientos tienen una realidad para ti personalmente que trasciende todas esas clasificaciones. Sabes que físicamente morirás, y sin embargo cada persona en uno u otro momento está secretamente segura de que no encontrará tal destino, y que la vida es de alguna manera eterna.
A través de tales sentimientos, la psique rompe tales concepciones equivocadas, haciendo alusión a la naturaleza del ser y del universo a la vez.
En un nivel de realidad mayor, no hay principio ni fin del universo, y a ese nivel no hay contradicciones. No hay principio ni fin para la psique tampoco. Puedes decir: “Concedido,” y sin embargo persistir diciendo: “En nuestros términos, sin embargo, ¿cuando empezó el mundo, y de que manera? No obstante, el mismo intento de colocar tal origen en el tiempo hace casi distorsionada cualquier respuesta.
La verdad es que las respuestas se encuentran en tu propia experiencia. Están implícitas en tu propio comportamiento espontáneo – es decir, en la maravillosa actividad de tu cuerpo y tu mente.
Caminas bastante bien sin tener a tu disposición ningún conocimiento consciente de la actividad de los mecanismos internos. Se te puede haber dicho, o puedes haber leído acerca de la anatomía del cuerpo, y de la interacción de sus partes. Sin embargo, si tienes o no tal información, caminas bastante bien. Tal información por consiguiente no te ayuda nada en la función de caminar.
Para el caso, un atleta puede tener un gran entusiasmo para el movimiento y una impaciencia con la lectura, sin importarle lo que dentro de su cuerpo lo hace mover, siempre y cuando su actuación sea excelente – mientras un inválido, con gran conocimiento de los libros acerca de las partes del cuerpo, es físicamente incapaz de actuar de una manera normal.
Tu cuerpo sabe como caminar. El conocimiento está incorporado y actúa en consecuencia. El cuerpo sabe como curarse a si mismo, como utilizar su alimento, como reemplazar sus tejidos, y sin embargo, en tus términos, el cuerpo mismo no tiene acceso al tipo de información que la mente posee. Siendo tan ignorante, ¿como es que funciona tan bien?
Si estuviera inclinado científicamente, el cuerpo sabría que tal actuación espontánea sería imposible, ya que la ciencia no puede explicar la realidad de la vida misma en su forma presente, mucho menos sus orígenes.
La conciencia dentro del cuerpo sabe que su existencia está dentro del contexto del cuerpo, y apartada de él al mismo tiempo. En la vida ordinaria durante el día, la conciencia a menudo hace un receso, por así decirlo – sueña despierta – o se experimenta a si misma de otra manera, como algo aparte de la realidad del cuerpo. En la noche, en el sueño, la conciencia del ser se toma más largos, más libres recesos de la realidad física, y hace esto tan espontáneamente como el cuerpo mismo camina. Estas experiencias no son hipotéticas. Ellas le ocurren a cada persona. En tales ocasiones, cada persona está consciente hasta cierto punto de un tipo de comprensión que no depende de la acumulación de información, sino de un tipo de experiencia más profunda y de un encuentro directo con la realidad de la cual el mundo surge.
Este es el tipo de conocimiento “sin palabras” que el cuerpo posee, el que produce tu movimiento físico y el que da como resultado una espectacular precisión en la respuesta corporal. Él es, entonces, sumamente práctico. En tus términos, la misma fuerza que formó el mundo forma tu realidad subjetiva ahora, y es una fuente del universo natural.
Explorar esas realidades amorosamente te pondrá en contacto directo con las dimensiones interiores de tu ser, proporcionando comprensiones intuitivas que son de la mayor importancia.
El movimiento del universo aparece en el movimiento de tu propia experiencia íntima, y en la aparente área más nebulosa en que las respuestas se encontrarán.
Tus métodos actuales simplemente te traerán resultados y respuestas fáciles y manufacturadas. Ellos no satisfarán ni al intelecto ni al alma. Puesto que tu universo surge de uno interior, y puesto que ese interior impregna cada rincón de tu propia existencia, debes mirar en donde no lo has hecho antes – en la realidad de tu propia mente y de tus emociones. Debes mirar al universo natural que conoces. Debes mirar con tus intuiciones e instintos creativos a las criaturas a tu alrededor, viéndolas, no como otras especies con ciertos hábitos, no como propiedades inferiores de la tierra, para ser diseccionadas, sino como ejemplos vivientes de la naturaleza del universo, en existencia y transformación constantes.
Debes estudiar la calidad de la vida, debes atreverte a seguir los patrones de tus propios pensamientos y emociones, y viajar con esa movilidad, ya que en esa movilidad hay indicaciones del origen del universo y de la psique. La visión del poeta del universo y de la naturaleza es más científica entonces que la de los científicos, porque más de la naturaleza es comprendido.
El niño, riendo con alegría y admiración a la vista de la primera violeta, comprende mucho más, en términos más profundos, que el botánico que hace mucho tiempo ha olvidado la experiencia de percibir una violeta, aunque tenga en la punta de sus dedos mentales los nombres y las clasificaciones de todas las flores del mundo. La información no es necesariamente conocimiento y comprensión.
Los pensamientos brotan dentro de tu mente como el universo objetivo nada dentro de la realidad – es decir, de la misma manera. Diagramar frases te dicen poco acerca del lenguaje hablado, y nada acerca de aquellas actuaciones físicas y mentales que te permiten hablar – y así la diagramación de las especies del mundo está, de la misma manera, bastante divorciada de alguna comprensión verdadera.
El sentimiento subjetivo de tu ser, tu experiencia íntima de momento-a-momento, poseen la misma calidad misteriosa que te parece posee el universo. Eres mortal, y por todas partes encuentras evidencia de esa mortalidad, y sin embargo dentro de su estructura tus sentimientos y pensamientos tienen una realidad para ti personalmente que trasciende todas esas clasificaciones. Sabes que físicamente morirás, y sin embargo cada persona en uno u otro momento está secretamente segura de que no encontrará tal destino, y que la vida es de alguna manera eterna.
A través de tales sentimientos, la psique rompe tales concepciones equivocadas, haciendo alusión a la naturaleza del ser y del universo a la vez.
En un nivel de realidad mayor, no hay principio ni fin del universo, y a ese nivel no hay contradicciones. No hay principio ni fin para la psique tampoco. Puedes decir: “Concedido,” y sin embargo persistir diciendo: “En nuestros términos, sin embargo, ¿cuando empezó el mundo, y de que manera? No obstante, el mismo intento de colocar tal origen en el tiempo hace casi distorsionada cualquier respuesta.
La verdad es que las respuestas se encuentran en tu propia experiencia. Están implícitas en tu propio comportamiento espontáneo – es decir, en la maravillosa actividad de tu cuerpo y tu mente.
Caminas bastante bien sin tener a tu disposición ningún conocimiento consciente de la actividad de los mecanismos internos. Se te puede haber dicho, o puedes haber leído acerca de la anatomía del cuerpo, y de la interacción de sus partes. Sin embargo, si tienes o no tal información, caminas bastante bien. Tal información por consiguiente no te ayuda nada en la función de caminar.
Para el caso, un atleta puede tener un gran entusiasmo para el movimiento y una impaciencia con la lectura, sin importarle lo que dentro de su cuerpo lo hace mover, siempre y cuando su actuación sea excelente – mientras un inválido, con gran conocimiento de los libros acerca de las partes del cuerpo, es físicamente incapaz de actuar de una manera normal.
Tu cuerpo sabe como caminar. El conocimiento está incorporado y actúa en consecuencia. El cuerpo sabe como curarse a si mismo, como utilizar su alimento, como reemplazar sus tejidos, y sin embargo, en tus términos, el cuerpo mismo no tiene acceso al tipo de información que la mente posee. Siendo tan ignorante, ¿como es que funciona tan bien?
Si estuviera inclinado científicamente, el cuerpo sabría que tal actuación espontánea sería imposible, ya que la ciencia no puede explicar la realidad de la vida misma en su forma presente, mucho menos sus orígenes.
La conciencia dentro del cuerpo sabe que su existencia está dentro del contexto del cuerpo, y apartada de él al mismo tiempo. En la vida ordinaria durante el día, la conciencia a menudo hace un receso, por así decirlo – sueña despierta – o se experimenta a si misma de otra manera, como algo aparte de la realidad del cuerpo. En la noche, en el sueño, la conciencia del ser se toma más largos, más libres recesos de la realidad física, y hace esto tan espontáneamente como el cuerpo mismo camina. Estas experiencias no son hipotéticas. Ellas le ocurren a cada persona. En tales ocasiones, cada persona está consciente hasta cierto punto de un tipo de comprensión que no depende de la acumulación de información, sino de un tipo de experiencia más profunda y de un encuentro directo con la realidad de la cual el mundo surge.
Este es el tipo de conocimiento “sin palabras” que el cuerpo posee, el que produce tu movimiento físico y el que da como resultado una espectacular precisión en la respuesta corporal. Él es, entonces, sumamente práctico. En tus términos, la misma fuerza que formó el mundo forma tu realidad subjetiva ahora, y es una fuente del universo natural.
Explorar esas realidades amorosamente te pondrá en contacto directo con las dimensiones interiores de tu ser, proporcionando comprensiones intuitivas que son de la mayor importancia.
El movimiento del universo aparece en el movimiento de tu propia experiencia íntima, y en la aparente área más nebulosa en que las respuestas se encontrarán.
1 comentario:
Cuando la mente regresa a experiencias remotas (a veces muy dolorosas para el alma),la conciencia necesita el idioma que todo lo comprende.Aunque para eso tenga que pasar dando saltos abismales entre dimensiones no siempre paralelas.
Siempre se necesita de una hoguera donde sentirse en cálida compañía.
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