El mundo histórico y cultural, tal como lo conoces, parece ser el único mundo objetivo, por supuesto, con su historia ya escrita, su presente, y esperanzadamente su futuro probable.
Parece también que el futuro debe construirse sobre esa especie conocida o mundo del pasado. A menudo puede simplemente sonar como una figura del discurso cuando hablo acerca de probabilidades. En muchas formas puede en realidad parecer que es casi escandaloso considerar la posibilidad de que “hay más de una tierra,” o que hay muchas tierras, cada una lo suficientemente similar para ser reconocible, y sin embargo diferente en los aspectos más vitales.
Esta casa en particular existe. Sin embargo, puedes abrir la puerta en un determinado día a un mundo probable desde tu punto de vista inmediato, y nunca saber la diferencia. Esto ocurre todo el tiempo, y quiero decir todo el tiempo.
Te mueves a través de probabilidades sin saberlo. Las transiciones son literalmente invisibles para ti, aunque pueden parecer como vestigios de elementos en tus sueños. Así como un diamante tiene muchas facetas, así mismo es tu realidad en ese respecto.
Desde tu nacimiento, ha ocurrido una probabilidad que pudiste haber seguido, en la que tus guerras no ocurrieron. Hay otra probabilidad en la que la Segunda Guerra Mundial acabo en destrucción nuclear, y tampoco entraste en esa. Escogiste “ésta” realidad probable con el fin de hacer ciertas preguntas acerca de la naturaleza del hombre – viéndolo en donde vacilaba, igualmente entre la creatividad y la destrucción, el conocimiento y la ignorancia; no más que un punto que contenía potenciales para los más auspiciosos tipos de desarrollo, a tus ojos.
En una forma, el hombre es una trans-especie en este punto de probabilidad. Es un tiempo y una probabilidad en la que cada pedacito de ayuda es necesaria, y tus talentos, habilidades, y prejuicios te preparan de manera única para tal drama. Al mismo tiempo, no te detienes demasiado sobre esa situación del mundo, ya que una concentración sobre tu propia naturaleza y sobre la naturaleza física de tu mundo – las estaciones, y así sucesivamente – te permite refrescar tu propia energía, y te libera para aprovechar esa clara visión que es tan necesaria.
Cada uno de ustedes se involucró en esta probabilidad, precisamente para utilizarla como un estímulo creativo que haría que buscaras un cierto tipo de comprensión. Siempre hay un toma y dame entre el individuo y su mundo.
Hasta cierto punto, cada uno de los involucrados en esta probabilidad la escogió por sus propias razones. Diciendo esto, sin embargo, también digo que muchos abandonaron esta probabilidad por otra, cuando habían aprendido y contribuido.
Tu siguiente pregunta es fácil de anticipar, por supuesto, ya que desearás saber el origen de ese universo “interior”, del cual he dicho que el exterior siempre surge – y aquí debemos partir compañía con la atesorada objetividad, y entrar en cambio en un dominio mental, en el cual se ve que las contradicciones no son errores; un dominio interior lo suficientemente grande para contener contradicciones a un nivel, ya que al otro nivel se ven como no siendo contradicciones en absoluto.
En la ciencia en su estado actual, es necesario que no surjan auto-contradicciones. Si una hipótesis se “prueba cierta,” no se puede probar falsa – o, por supuesto, para empezar, ella nunca fue cierta.
En esos términos, por lo tanto, el universo, o tuvo “un Creador,” o no tuvo ninguno; o llegó a ser como se establece en la teoría del Big Bang, y está expandiéndose constantemente, o no lo está. La evolución existe o no existe. Como norma, tales teorías se prueban “ciertas” por medio del proceso simple de excluir todo lo demás que parezca contradictorio, y así generalmente tus teorías científicas llevan el peso de su fuerte validez dentro de sus propias estructuras.
En esas estructuras has hecho ciertas clasificaciones que ahora parecen bastante obvias. El sentido común las sostiene, y parece imposible considerar la realidad de otra manera. Sin embargo, por su naturaleza, tales categorías estructuran tu experiencia de la realidad misma, hasta tal punto que las vías alternativas de percibir la vida parecen, no solamente no dignas de confianza, sino completamente imposibles.
En consecuencia, tus clasificaciones de las varias especies parecen para ti como los únicos tipos de división que se podrían hacer entre las cosas vivientes. Muy al contrario es el caso, sin embargo. Ese particular método general de separación lleva a preguntas tales como: “Cual especie vino primero, y cual vino más tarde, y como surgieron las varias especies – ¿una de la otra?” Dichas cuestiones son provocadas por tus clasificaciones del tiempo, sin las cuales no tendrían sentido.
Tus clasificaciones en tales respectos establecen divisiones externas. Ahora bien, éstas sirven como puntos de referencia muy útiles, pero, hablando básicamente, ellas en forma alguna afectan la experiencia natural de aquellas varias criaturas vivientes a las que te refieres como “otras especies.”
Tus especializaciones funcionan mientras permanezcas dentro de la estructura, aunque entonces debes luchar con las cuestiones que tales divisiones implican automáticamente. Es quizá difícil para ti darte cuenta que estas son categorías escritas o expresadas verbalmente que de manera real no te dicen nada acerca de la experiencia actual de otras criaturas – sino que solamente notan los hábitos, las tendencias y las separaciones de naturaleza más exterior.
Si tu propósito es comprender lo que otras criaturas vivientes perciben, entonces los métodos que estás utilizando son a lo mejor miopes, y a lo peor ellos derrotan tu propósito completamente. Por ejemplo, sin importar que información o dato recibes como resultado de la experimentación o disección animal para propósitos científicos, y sin importar que tan valiosos parecen ser los resultados, las consecuencias de tales métodos están tan distorsionadas que comprendes menos de la vida de lo que comprendías antes.
Parece también que el futuro debe construirse sobre esa especie conocida o mundo del pasado. A menudo puede simplemente sonar como una figura del discurso cuando hablo acerca de probabilidades. En muchas formas puede en realidad parecer que es casi escandaloso considerar la posibilidad de que “hay más de una tierra,” o que hay muchas tierras, cada una lo suficientemente similar para ser reconocible, y sin embargo diferente en los aspectos más vitales.
Esta casa en particular existe. Sin embargo, puedes abrir la puerta en un determinado día a un mundo probable desde tu punto de vista inmediato, y nunca saber la diferencia. Esto ocurre todo el tiempo, y quiero decir todo el tiempo.
Te mueves a través de probabilidades sin saberlo. Las transiciones son literalmente invisibles para ti, aunque pueden parecer como vestigios de elementos en tus sueños. Así como un diamante tiene muchas facetas, así mismo es tu realidad en ese respecto.
Desde tu nacimiento, ha ocurrido una probabilidad que pudiste haber seguido, en la que tus guerras no ocurrieron. Hay otra probabilidad en la que la Segunda Guerra Mundial acabo en destrucción nuclear, y tampoco entraste en esa. Escogiste “ésta” realidad probable con el fin de hacer ciertas preguntas acerca de la naturaleza del hombre – viéndolo en donde vacilaba, igualmente entre la creatividad y la destrucción, el conocimiento y la ignorancia; no más que un punto que contenía potenciales para los más auspiciosos tipos de desarrollo, a tus ojos.
En una forma, el hombre es una trans-especie en este punto de probabilidad. Es un tiempo y una probabilidad en la que cada pedacito de ayuda es necesaria, y tus talentos, habilidades, y prejuicios te preparan de manera única para tal drama. Al mismo tiempo, no te detienes demasiado sobre esa situación del mundo, ya que una concentración sobre tu propia naturaleza y sobre la naturaleza física de tu mundo – las estaciones, y así sucesivamente – te permite refrescar tu propia energía, y te libera para aprovechar esa clara visión que es tan necesaria.
Cada uno de ustedes se involucró en esta probabilidad, precisamente para utilizarla como un estímulo creativo que haría que buscaras un cierto tipo de comprensión. Siempre hay un toma y dame entre el individuo y su mundo.
Hasta cierto punto, cada uno de los involucrados en esta probabilidad la escogió por sus propias razones. Diciendo esto, sin embargo, también digo que muchos abandonaron esta probabilidad por otra, cuando habían aprendido y contribuido.
Tu siguiente pregunta es fácil de anticipar, por supuesto, ya que desearás saber el origen de ese universo “interior”, del cual he dicho que el exterior siempre surge – y aquí debemos partir compañía con la atesorada objetividad, y entrar en cambio en un dominio mental, en el cual se ve que las contradicciones no son errores; un dominio interior lo suficientemente grande para contener contradicciones a un nivel, ya que al otro nivel se ven como no siendo contradicciones en absoluto.
En la ciencia en su estado actual, es necesario que no surjan auto-contradicciones. Si una hipótesis se “prueba cierta,” no se puede probar falsa – o, por supuesto, para empezar, ella nunca fue cierta.
En esos términos, por lo tanto, el universo, o tuvo “un Creador,” o no tuvo ninguno; o llegó a ser como se establece en la teoría del Big Bang, y está expandiéndose constantemente, o no lo está. La evolución existe o no existe. Como norma, tales teorías se prueban “ciertas” por medio del proceso simple de excluir todo lo demás que parezca contradictorio, y así generalmente tus teorías científicas llevan el peso de su fuerte validez dentro de sus propias estructuras.
En esas estructuras has hecho ciertas clasificaciones que ahora parecen bastante obvias. El sentido común las sostiene, y parece imposible considerar la realidad de otra manera. Sin embargo, por su naturaleza, tales categorías estructuran tu experiencia de la realidad misma, hasta tal punto que las vías alternativas de percibir la vida parecen, no solamente no dignas de confianza, sino completamente imposibles.
En consecuencia, tus clasificaciones de las varias especies parecen para ti como los únicos tipos de división que se podrían hacer entre las cosas vivientes. Muy al contrario es el caso, sin embargo. Ese particular método general de separación lleva a preguntas tales como: “Cual especie vino primero, y cual vino más tarde, y como surgieron las varias especies – ¿una de la otra?” Dichas cuestiones son provocadas por tus clasificaciones del tiempo, sin las cuales no tendrían sentido.
Tus clasificaciones en tales respectos establecen divisiones externas. Ahora bien, éstas sirven como puntos de referencia muy útiles, pero, hablando básicamente, ellas en forma alguna afectan la experiencia natural de aquellas varias criaturas vivientes a las que te refieres como “otras especies.”
Tus especializaciones funcionan mientras permanezcas dentro de la estructura, aunque entonces debes luchar con las cuestiones que tales divisiones implican automáticamente. Es quizá difícil para ti darte cuenta que estas son categorías escritas o expresadas verbalmente que de manera real no te dicen nada acerca de la experiencia actual de otras criaturas – sino que solamente notan los hábitos, las tendencias y las separaciones de naturaleza más exterior.
Si tu propósito es comprender lo que otras criaturas vivientes perciben, entonces los métodos que estás utilizando son a lo mejor miopes, y a lo peor ellos derrotan tu propósito completamente. Por ejemplo, sin importar que información o dato recibes como resultado de la experimentación o disección animal para propósitos científicos, y sin importar que tan valiosos parecen ser los resultados, las consecuencias de tales métodos están tan distorsionadas que comprendes menos de la vida de lo que comprendías antes.
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