La así llamada batalla de los sexos, con sus ramificaciones, no es “natural” – ni, en ese contexto, lo es la lucha entre miembros del mismo sexo. Aun en el reino animal, por ejemplo, los machos no luchan a muerte por las hembras, cuando están en su estado natural.
Aclararé el significado de la palabra “natural” más adelante. Sin embargo, cuando examinas el comportamiento animal, incluso en su entorno aparentemente más natural, por ejemplo, no estás observando patrones de comportamiento básico de tales criaturas, porque esas áreas relativamente aisladas existan en tu mundo. Muy simplemente, no puedes tener una o dos o veinte regiones naturales oficialmente designadas en las que observas la actividad animal, y esperar encontrar algo más que la adaptación corriente de esas criaturas – una adaptación que está súper impuesta sobre sus reacciones “naturales.”
El balance de recursos, los patrones de viaje animal, las migraciones, las condiciones del clima – todo esto debe tomarse en consideración. Tales áreas de observación aisladas meramente te presentan una figura distorsionada del comportamiento natural, porque los animales también están aprisionados dentro de ellas. La civilización los rodea.
Otros animales son mantenidos afuera. La cacería y la presa son altamente regulados. Todas las áreas del comportamiento animal se alteran para ajustarse a las circunstancias tanto como sea posible, y esto incluye la actividad sexual. Hasta cierto grado, los animales han sido condicionados para un mundo cambiante. Ahora el hombre es parte de la naturaleza, así que podrías decir: “Pero esos cambios forjados por él son naturales.” Cuando estudia tal comportamiento animal, sin embargo, y algunas veces utiliza los patrones sexuales de los animales para hacer ciertos puntos acerca de la sexualidad humana, el hombre no toma esto en consideración, sino que habla como si el presente comportamiento animal observado sea la indicación de una primordial o básica naturaleza inherente en su biología.
No es natural entonces para los hombres pelear por las mujeres. Esto es puramente comportamiento cultural aprendido. En términos de la historia, tal como la comprendes, la especie no podía resistir tal energía mal aplicada, ni podía haber resistido tal antagonismo constante.
Cada especie está involucrada en una aventura cooperativa, sobre la cual últimamente reposa toda la existencia terrenal. Proyectas tus creencias presentes hacia atrás en la historia, y malinterpretas muchas de las condiciones que observas en el mundo natural. Esta cooperación de la que hablo está basada en el amor, y ese amor tiene una base tanto biológica como espiritual. Tus creencias, por ejemplo, son la causa de que niegues la existencia de emociones en los animales, y que todos los ejemplos de amor entre ellos sean asignados a un instinto “ciego.”
Hasta cierto punto, las iglesias, al igual que los científicos, son los responsables, pero los curas y los científicos no son gente extraña que se te ha impuesto. Ellos representan varios aspectos de ustedes mismos. La especie desarrolló su propio tipo de conciencia, a medida que encontró que en algún grado era necesario que ella misma se aislara de su entorno y de otras criaturas dentro de él. Como resultado, las religiones predicaron que solo el hombre tenía un alma y estaba dignificado por los sentimientos emocionales. A su manera, la ciencia continuó muy agradablemente postulando al hombre en un mundo mecánico, con cada criatura movida por una máquina de instinto impecable, ciega por igual al dolor o al deseo.
El amor y la cooperación que forman las bases de toda vida, sin embargo, se presentan en muchas formas. La sexualidad representa un aspecto, y uno importante. En términos más amplios, es natural para un hombre amar a un hombre, y para una mujer amar a una mujer, como lo es demostrar amor por el sexo opuesto. Para el caso, es más natural ser bisexual. Esa es la naturaleza “natural” de la especie.
En cambio, has puesto el amor dentro de categorías muy definidas, de tal manera que su existencia es correcta solo bajo las más limitadas condiciones. El amor va en secreto, pero surge en formas distorsionadas y en tendencias exageradas. Has seguido este curso por diferentes razones en tiempos diferentes. Ningún sexo es de culpar. En cambio, tu situación sexual es simplemente otra reflexión del estado de tu conciencia. Como especie, actualmente, al menos en el mundo Occidental, equiparas el sexo y el amor. Imaginas que la expresión sexual es la única natural para el amor. El amor, en otras palabras, parece que él mismo debe expresarse exclusivamente a través de la exploración, en una u otra forma, de las partes sexuales de la persona amada.
Esta es difícilmente la única limitación puesta sobre la expresión del amor, sin embargo. Hay innumerables libros escritos con instrucciones, cada una proclamando los métodos mencionados como los apropiados. Cierto tipo de orgasmos son “los mejores.” La expresión del amor es más permitida solamente entre miembros del sexo opuesto. Hablando generalmente, estos individuos deben ser más o menos de la misma edad. Hay otros tabúes, que involucran restricciones raciales, o culturales, o sociales, y económicas. Si esto no fuera suficiente, grandes segmentos de la población creen que el sexo es incorrecto, para empezar – una degradación espiritual, permitida por Dios solamente para que la especie pueda continuar.
Aclararé el significado de la palabra “natural” más adelante. Sin embargo, cuando examinas el comportamiento animal, incluso en su entorno aparentemente más natural, por ejemplo, no estás observando patrones de comportamiento básico de tales criaturas, porque esas áreas relativamente aisladas existan en tu mundo. Muy simplemente, no puedes tener una o dos o veinte regiones naturales oficialmente designadas en las que observas la actividad animal, y esperar encontrar algo más que la adaptación corriente de esas criaturas – una adaptación que está súper impuesta sobre sus reacciones “naturales.”
El balance de recursos, los patrones de viaje animal, las migraciones, las condiciones del clima – todo esto debe tomarse en consideración. Tales áreas de observación aisladas meramente te presentan una figura distorsionada del comportamiento natural, porque los animales también están aprisionados dentro de ellas. La civilización los rodea.
Otros animales son mantenidos afuera. La cacería y la presa son altamente regulados. Todas las áreas del comportamiento animal se alteran para ajustarse a las circunstancias tanto como sea posible, y esto incluye la actividad sexual. Hasta cierto grado, los animales han sido condicionados para un mundo cambiante. Ahora el hombre es parte de la naturaleza, así que podrías decir: “Pero esos cambios forjados por él son naturales.” Cuando estudia tal comportamiento animal, sin embargo, y algunas veces utiliza los patrones sexuales de los animales para hacer ciertos puntos acerca de la sexualidad humana, el hombre no toma esto en consideración, sino que habla como si el presente comportamiento animal observado sea la indicación de una primordial o básica naturaleza inherente en su biología.
No es natural entonces para los hombres pelear por las mujeres. Esto es puramente comportamiento cultural aprendido. En términos de la historia, tal como la comprendes, la especie no podía resistir tal energía mal aplicada, ni podía haber resistido tal antagonismo constante.
Cada especie está involucrada en una aventura cooperativa, sobre la cual últimamente reposa toda la existencia terrenal. Proyectas tus creencias presentes hacia atrás en la historia, y malinterpretas muchas de las condiciones que observas en el mundo natural. Esta cooperación de la que hablo está basada en el amor, y ese amor tiene una base tanto biológica como espiritual. Tus creencias, por ejemplo, son la causa de que niegues la existencia de emociones en los animales, y que todos los ejemplos de amor entre ellos sean asignados a un instinto “ciego.”
Hasta cierto punto, las iglesias, al igual que los científicos, son los responsables, pero los curas y los científicos no son gente extraña que se te ha impuesto. Ellos representan varios aspectos de ustedes mismos. La especie desarrolló su propio tipo de conciencia, a medida que encontró que en algún grado era necesario que ella misma se aislara de su entorno y de otras criaturas dentro de él. Como resultado, las religiones predicaron que solo el hombre tenía un alma y estaba dignificado por los sentimientos emocionales. A su manera, la ciencia continuó muy agradablemente postulando al hombre en un mundo mecánico, con cada criatura movida por una máquina de instinto impecable, ciega por igual al dolor o al deseo.
El amor y la cooperación que forman las bases de toda vida, sin embargo, se presentan en muchas formas. La sexualidad representa un aspecto, y uno importante. En términos más amplios, es natural para un hombre amar a un hombre, y para una mujer amar a una mujer, como lo es demostrar amor por el sexo opuesto. Para el caso, es más natural ser bisexual. Esa es la naturaleza “natural” de la especie.
En cambio, has puesto el amor dentro de categorías muy definidas, de tal manera que su existencia es correcta solo bajo las más limitadas condiciones. El amor va en secreto, pero surge en formas distorsionadas y en tendencias exageradas. Has seguido este curso por diferentes razones en tiempos diferentes. Ningún sexo es de culpar. En cambio, tu situación sexual es simplemente otra reflexión del estado de tu conciencia. Como especie, actualmente, al menos en el mundo Occidental, equiparas el sexo y el amor. Imaginas que la expresión sexual es la única natural para el amor. El amor, en otras palabras, parece que él mismo debe expresarse exclusivamente a través de la exploración, en una u otra forma, de las partes sexuales de la persona amada.
Esta es difícilmente la única limitación puesta sobre la expresión del amor, sin embargo. Hay innumerables libros escritos con instrucciones, cada una proclamando los métodos mencionados como los apropiados. Cierto tipo de orgasmos son “los mejores.” La expresión del amor es más permitida solamente entre miembros del sexo opuesto. Hablando generalmente, estos individuos deben ser más o menos de la misma edad. Hay otros tabúes, que involucran restricciones raciales, o culturales, o sociales, y económicas. Si esto no fuera suficiente, grandes segmentos de la población creen que el sexo es incorrecto, para empezar – una degradación espiritual, permitida por Dios solamente para que la especie pueda continuar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario