La próxima vez que te encuentres en medio de una experiencia semejante, con asociaciones fluyendo libremente, llega a estar más consciente de lo que estás haciendo. Trata de sentir la movilidad involucrada. Verás que los eventos no estarán necesariamente estructurados de acuerdo con tu tiempo usual, sino de acuerdo al contenido emocional.
Los pensamientos acerca de tu próximo cumpleaños, por ejemplo, instantáneamente pueden llevarte a pensar en los pasados, o una serie de imágenes puede llegar a tu mente de tu propio duodécimo cumpleaños, tu tercero, tu séptimo, en un orden únicamente tuyo. Ese orden será determinado por asociaciones emocionales – del mismo tipo seguido por el ser del sueño.
¿Qué usaste de vestido para ir a trabajar hace tres días? ¿Qué tuviste para el desayuno hace una semana? ¿Quién se sentaba junto a ti en el kindergarten? ¿Qué fue lo último que te asustó? ¿Tienes miedo del sueño? ¿Te golpearon tus padres? ¿Qué hiciste después del almuerzo ayer? ¿Qué color de zapatos usaste hace tres días? Tú solo recuerdas eventos y detalles significativos. Tus emociones disparan tus recuerdos, y ellas organizan tus asociaciones. Tus emociones se generan por medio de tus creencias. Ellas mismas se fijan de manera que ciertas creencias y emociones parecen casi sinónimas.
La próxima vez que surja una oportunidad, y reconozcas la presencia de una emoción bastante fuerte en ti mismo, deja que tus asociaciones fluyan. Eventos e imágenes brotarán en la mente en un contexto fuera del tiempo. Algunos de tales eventos recordados tendrán sentido para ti. Claramente verás la conexión entre la emoción y el evento, pero otras no serán tan obvias. Experimenta los eventos tan claramente como puedas. Cuando hayas terminado, altera a propósito la secuencia. Recuerda un evento, y enseguida lo sigues con el recuerdo de uno que en realidad llegó antes. Pretende que el del futuro llegó antes que el del pasado.
Ahora, otro ejercicio. Imagina una pintura muy grande, en la que los eventos más importantes de tu vida están claramente representados. Primero que todo, obsérvalos como una serie de escenas, organizadas en pequeños cuadros, para ser visualizados tal como lo harías con una pagina de comics. Los eventos deben ser significativos para ti. Si la graduación del colegio no significó nada, por ejemplo, no la pintes dentro del cuadro. Haz que las imágenes empiecen en la esquina superior izquierda, terminando finalmente en la esquina inferior derecha. Enseguida cambia completamente la secuencia, de manera que los primeros eventos estén en la esquina inferior derecha.
Cuando hayas hecho esto, pregúntate a ti mismo cual escena evoca la más fuerte respuesta emocional. Te dices a ti mismo que ella se volverá más y más grande, y enseguida observas mentalmente su cambio de tamaño. Ciertas dinámicas están involucradas aquí, de manera que tal escena también atraerá elementos de otras escenas. Permite que tales escenas se rompan. La imagen principal atraerá elementos de todas las otras, hasta que termines con una imagen totalmente diferente – una imagen hecha de las muchas pequeñas escenas, pero unidas en una forma totalmente nueva. Debes hacer este ejercicio, sin embargo, ya que simplemente leyendo acerca de él no te dará la experiencia que obtienes de la experiencia real. Hazlo muchas veces.
Ahora: Conscientemente construye un sueño. Te dices a ti mismo que así lo vas a hacer, y empieza con el primer pensamiento o imagen que llegue a la mente. Cuando hayas terminado con tu sueño despierto, usa entonces la libre asociación para interpretarlo para ti mismo.
Algunos encontrarán alguna resistencia a estos ejercicios. Te agradará leer acerca de ellos, pero encontrarás todo tipo de excusas que te impedirán ensayarlos tú mismo. Si son honestos, muchos sentirán una sensación de reluctancia, ya que se ponen en juego ciertas cualidades de la conciencia que van en contravia de tu usual experiencia consciente.
Podrías sentir como si se te hubieran cruzado los cables, por así decirlo, o como si estiraras los vagamente sentidos músculos psíquicos. El propósito no es tanto la ejecución perfecta de tales ejercicios, como si lo es involucrarte en un diferente modo de experiencia y conocimiento que llega a existir a medida que ejecutas las formas sugeridas. Se te ha enseñado a no mezclar las condiciones del sueño y de vigilia, y a no soñar despierto. Se te ha enseñado a enfocar toda tu atención claramente, ambiciosamente, energéticamente, en una forma particular – así que soñar despierto, mezclar y combinar modos de conciencia, parece pasivo en una forma despectiva, no activa, u ociosa. “El diablo encuentra trabajo para las manos ociosas.” – una antigua sentencia Cristiana.
Infortunadamente, ciertos aspectos del Cristianismo fueron resaltados sobre otros, y esa sentencia estaba basada en la creencia en un ser malvado que necesitaba ser disciplinado y desviado hacia una actividad constructiva. La creencia en un ser tan desagradable detiene a muchas personas en cualquier exploración del ser interior – y, por consiguiente, de cualquier experiencia directa que les dé a ellos evidencia en contrario. Si tienes miedo de ti mismo, si estás temeroso de tus propios recuerdos, bloquearás tus procesos asociativos, temiendo, por ejemplo, que traerán a la luz asuntos mejor olvidados – y usualmente asuntos sexuales.
La sexualidad es la única área de energía fuerte con la que algunas personas están conectadas, así que ella se convierte en el punto focal para todas sus creencias acerca del ser en general. Haciendo algunos de estos ejercicios, podrías llegar a imágenes de masturbación, encuentros homosexuales o lesbianos, o simplemente a viejas fantasías sexuales, e inmediatamente dar marcha atrás porque tus creencias te pueden decir que éstas son malas.
No recordarás, o no querrás recordar, tus propios sueños por la misma razón. Muchas personas, por lo tanto, se dicen a sí mismas que están muy impacientes por descubrir la naturaleza y la extensión de la psique, y no pueden comprender porque encuentran tan poco éxito. Al mismo tiempo, tales creencias las convencen de que el ser es malo. Estas creencias deben ser eliminadas. Si honestamente no puedes encontrar las dimensiones de tu calidad de criatura, seguramente no puedes explorar las más grandes dimensiones de la psique. Este bloqueo de las asociaciones, sin embargo, es un elemento muy importante que impide a muchas personas. Las organizaciones de la psique son más amplias, y a su manera más racionales que la mayoría de tus creencias conscientes acerca del ser.
Muchos individuos están temerosos de ser barridos por las exploraciones internas, que la locura los alcanzará, cuando en cambio la postura física del cuerpo y la personalidad está firmemente enraizada en estas organizaciones alternas. No hay nada malo con la mente consciente. Tú simplemente has puesto un párpado sobre ella, permitiéndole ser solo así de consciente, y no más. Has dicho: “Aquí es seguro ser consciente, y aquí no lo es.”
Muchas personas creen que es seguro hacer una bomba nuclear, pero que es locura utilizar sus sueños como otro método de manipular la vida diaria; o que es correcto estar enteradas conscientemente de sus virus, guerras y desastres, pero que no es correcto estar conscientemente enteradas de otras partes de su ser que podrían resolver tales problemas.
La idea, entonces, no es aniquilar la conciencia normal, sino muy literalmente expandirla, trayendo a su enfoque otros niveles de realidad que ella puede de hecho percibir y utilizar intrínsicamente.
Sugeriré muchos ejercicios a través de este libro. Algunos de ellos necesitarán variaciones de la conciencia normal. Puedo pedirles que olviden los estímulos físicos, o sugerir que los amplifiquen, pero en ninguna parte estoy afirmando que su modo de conciencia está equivocado. Es limitado, no por la naturaleza, sino por sus propias creencias y práctica. No la han llevado lo suficientemente lejos.
Los pensamientos acerca de tu próximo cumpleaños, por ejemplo, instantáneamente pueden llevarte a pensar en los pasados, o una serie de imágenes puede llegar a tu mente de tu propio duodécimo cumpleaños, tu tercero, tu séptimo, en un orden únicamente tuyo. Ese orden será determinado por asociaciones emocionales – del mismo tipo seguido por el ser del sueño.
¿Qué usaste de vestido para ir a trabajar hace tres días? ¿Qué tuviste para el desayuno hace una semana? ¿Quién se sentaba junto a ti en el kindergarten? ¿Qué fue lo último que te asustó? ¿Tienes miedo del sueño? ¿Te golpearon tus padres? ¿Qué hiciste después del almuerzo ayer? ¿Qué color de zapatos usaste hace tres días? Tú solo recuerdas eventos y detalles significativos. Tus emociones disparan tus recuerdos, y ellas organizan tus asociaciones. Tus emociones se generan por medio de tus creencias. Ellas mismas se fijan de manera que ciertas creencias y emociones parecen casi sinónimas.
La próxima vez que surja una oportunidad, y reconozcas la presencia de una emoción bastante fuerte en ti mismo, deja que tus asociaciones fluyan. Eventos e imágenes brotarán en la mente en un contexto fuera del tiempo. Algunos de tales eventos recordados tendrán sentido para ti. Claramente verás la conexión entre la emoción y el evento, pero otras no serán tan obvias. Experimenta los eventos tan claramente como puedas. Cuando hayas terminado, altera a propósito la secuencia. Recuerda un evento, y enseguida lo sigues con el recuerdo de uno que en realidad llegó antes. Pretende que el del futuro llegó antes que el del pasado.
Ahora, otro ejercicio. Imagina una pintura muy grande, en la que los eventos más importantes de tu vida están claramente representados. Primero que todo, obsérvalos como una serie de escenas, organizadas en pequeños cuadros, para ser visualizados tal como lo harías con una pagina de comics. Los eventos deben ser significativos para ti. Si la graduación del colegio no significó nada, por ejemplo, no la pintes dentro del cuadro. Haz que las imágenes empiecen en la esquina superior izquierda, terminando finalmente en la esquina inferior derecha. Enseguida cambia completamente la secuencia, de manera que los primeros eventos estén en la esquina inferior derecha.
Cuando hayas hecho esto, pregúntate a ti mismo cual escena evoca la más fuerte respuesta emocional. Te dices a ti mismo que ella se volverá más y más grande, y enseguida observas mentalmente su cambio de tamaño. Ciertas dinámicas están involucradas aquí, de manera que tal escena también atraerá elementos de otras escenas. Permite que tales escenas se rompan. La imagen principal atraerá elementos de todas las otras, hasta que termines con una imagen totalmente diferente – una imagen hecha de las muchas pequeñas escenas, pero unidas en una forma totalmente nueva. Debes hacer este ejercicio, sin embargo, ya que simplemente leyendo acerca de él no te dará la experiencia que obtienes de la experiencia real. Hazlo muchas veces.
Ahora: Conscientemente construye un sueño. Te dices a ti mismo que así lo vas a hacer, y empieza con el primer pensamiento o imagen que llegue a la mente. Cuando hayas terminado con tu sueño despierto, usa entonces la libre asociación para interpretarlo para ti mismo.
Algunos encontrarán alguna resistencia a estos ejercicios. Te agradará leer acerca de ellos, pero encontrarás todo tipo de excusas que te impedirán ensayarlos tú mismo. Si son honestos, muchos sentirán una sensación de reluctancia, ya que se ponen en juego ciertas cualidades de la conciencia que van en contravia de tu usual experiencia consciente.
Podrías sentir como si se te hubieran cruzado los cables, por así decirlo, o como si estiraras los vagamente sentidos músculos psíquicos. El propósito no es tanto la ejecución perfecta de tales ejercicios, como si lo es involucrarte en un diferente modo de experiencia y conocimiento que llega a existir a medida que ejecutas las formas sugeridas. Se te ha enseñado a no mezclar las condiciones del sueño y de vigilia, y a no soñar despierto. Se te ha enseñado a enfocar toda tu atención claramente, ambiciosamente, energéticamente, en una forma particular – así que soñar despierto, mezclar y combinar modos de conciencia, parece pasivo en una forma despectiva, no activa, u ociosa. “El diablo encuentra trabajo para las manos ociosas.” – una antigua sentencia Cristiana.
Infortunadamente, ciertos aspectos del Cristianismo fueron resaltados sobre otros, y esa sentencia estaba basada en la creencia en un ser malvado que necesitaba ser disciplinado y desviado hacia una actividad constructiva. La creencia en un ser tan desagradable detiene a muchas personas en cualquier exploración del ser interior – y, por consiguiente, de cualquier experiencia directa que les dé a ellos evidencia en contrario. Si tienes miedo de ti mismo, si estás temeroso de tus propios recuerdos, bloquearás tus procesos asociativos, temiendo, por ejemplo, que traerán a la luz asuntos mejor olvidados – y usualmente asuntos sexuales.
La sexualidad es la única área de energía fuerte con la que algunas personas están conectadas, así que ella se convierte en el punto focal para todas sus creencias acerca del ser en general. Haciendo algunos de estos ejercicios, podrías llegar a imágenes de masturbación, encuentros homosexuales o lesbianos, o simplemente a viejas fantasías sexuales, e inmediatamente dar marcha atrás porque tus creencias te pueden decir que éstas son malas.
No recordarás, o no querrás recordar, tus propios sueños por la misma razón. Muchas personas, por lo tanto, se dicen a sí mismas que están muy impacientes por descubrir la naturaleza y la extensión de la psique, y no pueden comprender porque encuentran tan poco éxito. Al mismo tiempo, tales creencias las convencen de que el ser es malo. Estas creencias deben ser eliminadas. Si honestamente no puedes encontrar las dimensiones de tu calidad de criatura, seguramente no puedes explorar las más grandes dimensiones de la psique. Este bloqueo de las asociaciones, sin embargo, es un elemento muy importante que impide a muchas personas. Las organizaciones de la psique son más amplias, y a su manera más racionales que la mayoría de tus creencias conscientes acerca del ser.
Muchos individuos están temerosos de ser barridos por las exploraciones internas, que la locura los alcanzará, cuando en cambio la postura física del cuerpo y la personalidad está firmemente enraizada en estas organizaciones alternas. No hay nada malo con la mente consciente. Tú simplemente has puesto un párpado sobre ella, permitiéndole ser solo así de consciente, y no más. Has dicho: “Aquí es seguro ser consciente, y aquí no lo es.”
Muchas personas creen que es seguro hacer una bomba nuclear, pero que es locura utilizar sus sueños como otro método de manipular la vida diaria; o que es correcto estar enteradas conscientemente de sus virus, guerras y desastres, pero que no es correcto estar conscientemente enteradas de otras partes de su ser que podrían resolver tales problemas.
La idea, entonces, no es aniquilar la conciencia normal, sino muy literalmente expandirla, trayendo a su enfoque otros niveles de realidad que ella puede de hecho percibir y utilizar intrínsicamente.
Sugeriré muchos ejercicios a través de este libro. Algunos de ellos necesitarán variaciones de la conciencia normal. Puedo pedirles que olviden los estímulos físicos, o sugerir que los amplifiquen, pero en ninguna parte estoy afirmando que su modo de conciencia está equivocado. Es limitado, no por la naturaleza, sino por sus propias creencias y práctica. No la han llevado lo suficientemente lejos.
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