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martes, 18 de mayo de 2010

La Psique en Relación con los Elementos Sexuales 3

Tus creencias acerca de la sexualidad, y por lo tanto tu experiencia con ella, hace que la consideres a una luz muy limitada. El propio conocimiento de la psique, por supuesto, es mucho más expansivo. Las alteraciones de la conciencia, o los intentos por parte del individuo de explorar el ser interior, pueden fácilmente presentar entonces vistazos de un tipo de sexualidad que puede parecer pervertida o innatural.
Incluso cuando científicos o biólogos sociales exploran la sexualidad humana, lo hacen desde la estructura de la sexualidad, tal como ella aparece en tu mundo. Hay variaciones sexuales bastante naturales, incluso involucrando la reproducción, que ahora no son evidentes en el comportamiento humano en ninguna cultura. Estas variaciones aparecen en tu mundo solo en niveles bastante microscópicos, o en el comportamiento de otras especies distintas a la tuya.
Cuando las condiciones raciales lo requieren, es bastante posible para un individuo ser padre y madre de un niño. En tales casos ocurrirían lo que podrías llamar reveses o transformaciones sexuales completamente espontáneos. Tales procesos son muy posibles a niveles microscópicos y son inherentes a la estructura celular. Incluso en tu mundo, hablando corrientemente, algunos individuos conocidos como mujeres podrían ser padres de sus propios hijos.
Algunos individuos conocidos como hombres podrían dar a luz un niño cuyo padre es la misma persona – podrían. Las habilidades están ahí.
La orientación masculina-femenina, femenina-masculina no está tan separada como parece estarlo en tu experiencia presente. No está tan ligada a características psicológicas como supones. Ni está enfocada inherentemente en un período de edad en particular en el cual ella misma se presenta. La pubertad llega, por así decirlo, pero el tiempo de su arribo varía de acuerdo con las necesidades de la especie, sus condiciones y creencias. Eres un individuo para la vida. Operas como un individuo que se reproduce, hablando generalmente, por solo una parte de ese tiempo.
Durante ese periodo, entran en juego muchos elementos y están destinados a hacer atractivo el proceso para los individuos involucrados, y para sus tribus, sociedades, o civilizaciones. Una identificación “sexual” relativamente fuerte es importante bajo esas circunstancias – pero una identificación excesiva con ellas, antes o después, puede conducir a un comportamiento estereotipado, en el cual a las más grandes necesidades y habilidades del individuo no se les permite la realización.
Todo esto se vuelve muy complicado por tus juicios de valor, los que a menudo parecen carecer – si me perdonas – de todo sentido común natural. No puedes separar la biología de tu propio sistema de creencias. La interacción es demasiado vital. Si toda acción de apareamiento estuviese destinada a producir un niño, habrías rebasado el planeta antes de que empezaras. La actividad sexual por lo tanto está indicada también como placer, como una expresión de exhuberancia pura. Una mujer se sentirá con frecuencia muy sexualmente activa en medio de su periodo menstrual, precisamente cuando la concepción es menos probable que ocurra. Todo tipo de tabúes contra las relaciones sexuales ha sido aplicado aquí, particularmente en las llamadas culturas primitivas. En esas culturas, tales tabúes tenían sentido. Tales pueblos, construyendo la raza humana, intuitivamente sabían que la población seria incrementada si las relaciones eran restringidas a los periodos en donde la concepción tenia la mayor probabilidad de ocurrir. La sangre era un signo obvio de que la mujer en su período era relativamente “estéril.” Su abundancia se ha ido. Para sus mentes, parecía que de hecho ella estaba “maldita” durante ese tiempo.
He hablado antes acerca del crecimiento de lo que llamas conciencia del ego – la que, permíteme reiterarlo, tiene sus propios premios únicos. La orientación psicológica conducirá la especie hacia otro tipo de conciencia igualmente único.
Cuando el proceso se inició, sin embargo, el profundo poder de la naturaleza tenía que ser “controlado” de tal manera que la creciente conciencia pudiera verse a sí misma como separada de su propia fuente natural. Incluso los niños, tan necesarios para la especie, continuaban surgiendo de los úteros de las mujeres. Por lo tanto, la fuente natural era la más notoria, la más observable, la más innegable. Por esa razón la especie – y no el hombre solamente – puso tantos tabúes acerca del comportamiento y la sexualidad de la mujer. “Sometiendo” sus propios elementos femeninos, la especie trato de conseguir alguna distancia psicológica de la gran fuente natural desde la cual, por sus propias razones, estaba tratando de surgir.
En el mundo de tu experiencia actual, las diferencias sexuales son menos evidentes a medida que alcanzas la mayor edad. Algunas mujeres exhiben lo que concibes como características masculinas, con bello creciendo alrededor de sus rostros, hablando con voces más gruesas, volviéndose angulares; mientras algunos hombres se expresan en tonos más ligeros, más suaves que nunca, y sus rostros se ponen más suaves, y los contornos de sus cuerpos se ablandan.
Antes de la pubertad existe el mismo tipo de aparente ambigüedad. Enfatizas la importancia de la identificación sexual, ya que te parece que el niño pequeño debe saber que crecerá hasta ser un hombre o una mujer, en los términos más precisos – siguiendo la línea, al menos en lo particular.
La más ligera desviación es mirada con consternación, así que la identidad y el mérito personal están completamente ligados a la identificación con lo femenino o lo masculino. Características, habilidades y desempeños completamente diferentes se esperan de aquellos en cada categoría. Un hombre que no se sienta el mismo completamente macho, por lo tanto, no tiene confianza en su identidad como persona. Una mujer dudosa de su completa feminidad, de la misma manera no tiene confianza en la integridad de su personalidad.
Una lesbiana o un homosexual está en un terreno psicológico muy cambiante porque los mismos intereses y habilidades que siente los más suyos personalmente son precisamente aquellos que los marcan como excéntricos sexuales.
Estos son ejemplos lo suficientemente sencillos, pero el hombre que tiene intereses considerados femeninos por tu cultura, quien naturalmente quiere entrar en campos de interés considerados femeninos, experimenta conflictos drásticos entre su sentido de personalidad e identidad – y su sexualidad, tal como se define culturalmente. Lo mismo, por supuesto, aplica a las mujeres.
Por tu enfoque exagerado, te vuelves por consiguiente relativamente ciego a otros aspectos de la “sexualidad.” Primero que todo, la sexualidad por si misma no conduce necesariamente al apareamiento. Puede conducir a acciones que no producen niños. Lo que concibes como actividad lesbiana u homosexual es una expresión sexual bastante natural, biológica y psicológicamente. En entornos más “ideales” tal actividad florecerá hasta cierto grado, particularmente antes y después de los años reproductivos.
Para aquellos lectores de mente literal, esto no quiere decir que tal actividad predominaría en tales tiempos. Quiere decir que no toda la actividad sexual está destinada a finalizar en el nacimiento de niños – lo que seria una imposibilidad biológica, y representaría la catástrofe planetaria. Así que la especie es bendecida con muchas avenidas para la expresión sexual. El fuerte enfoque que ahora predomina no inhibe la formación de cierto tipo de amistades que necesariamente no resultarían en absoluto en actividad sexual.
El lesbianismo y la homosexualidad, tal como son experimentados corrientemente, también representan versiones exageradas de inclinaciones naturales, incluso como es exagerada tu versión experimentada de la heterosexualidad.


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