Utilizando de nuevo una analogía, el cerebro es bastante capaz de operar en innumerables “frecuencias,” presentando cada una su propio cuadro de realidad para el individuo, cada una actuando sobre los sentidos físicos en una cierta manera, organizando información disponible en su propia manera especializada, y cada una entendiéndose algo diferente con el cuerpo mismo y con el contenido de la mente.
Hablando generalmente, utilizas una particular frecuencia en la vida de vigilia. Por consiguiente, parece que no hay otra realidad distinta a la que reconoces – y que no hay una información mayor disponible distinta a aquella con la cual estás familiarizado normalmente.
Los eventos parecen ocurrirte. Con frecuencia parece que no tienes más control sobre el drama de tu propia vida que el que tienes sobre el desenlace del programa de televisión. Algunas veces, sin embargo, tus propios sueños e inspiraciones te asustan, al darte información que usualmente no está disponible en el orden reconocido de los eventos. Se vuelve muy difícil explicar tales ocurrencias a la luz de las intrigas y escenas proporcionadas por tu usual programación mental. Estás tan condicionado que aun cuando duermes tratas de monitorear tus experiencias e interpretar los eventos del sueño de acuerdo con la frecuencia habitual que has aprendido a aceptar como el único criterio de la realidad. Muy literalmente, sin embargo, cuando estás soñando te estás sintonizando con frecuencias diferentes y biológicamente tu cuerpo responde a ellas en muchos niveles.
Por lo demás, el cuerpo está bien equipado naturalmente para manejar la “proyección de la conciencia”, o viaje fuera del cuerpo, como prefieras llamarlo. Tu composición biológica incluye mecanismos que le permiten a cierta parte de tu conciencia dejar tu cuerpo y regresar. Estos mecanismos son también parte de la naturaleza de los animales. El cuerpo está equipado para percibir muchos otros tipos de experiencias que no son reconocidas oficialmente como nativas para la experiencia humana. En uno u otro grado, aprendes a monitorear constantemente tu comportamiento, de tal manera que se ajuste a los criterios establecidos, dispuestos para una experiencia sensata y racional.
Ustedes son criaturas sociales, como lo son los animales. A pesar de muchas de tus queridas creencias erróneas, tus naciones existen como resultado de la cooperación, no de la competición, como lo hacen todos los grupos sociales. Ser condenado al ostracismo no es un asunto risible. El confort del discurso social representa uno de los grandes pilares de las familias y de las civilizaciones. El criterio establecido de la realidad, por consiguiente, opera como estructuras psíquicas y físicas organizadas. Hay todavía más flexibilidad dentro de esas estructuras, sin embargo, de lo que se reconoce. Tú todavía tratas de llevar tus propias versiones culturales de la realidad al estado del sueño, por ejemplo, pero la herencia natural del cuerpo y de la mente escapa a tu represión – y a pesar de ti mismo, en tus sueños te pones en contacto con un marco más grande de realidad que no será echado a un lado.
No hay nada inherente en el estado de vigilia que lo haga así de limitado. Los límites establecidos son los tuyos. El cuerpo naturalmente se cura a sí mismo, por ejemplo. Muchos aprueban tal creencia. En realidad, sin embargo, la mayoría cree – y experimenta – un cuadro muy diferente, en el que el cuerpo debe ser protegido a toda costa de la inclinación natural a la enfermedad, o una salud pobre. Los virus deben ser rechazados, como si no tuvieras protección contra ellos. La curación natural que ocurre con frecuencia en el estado del sueño es deshecha en el estado de vigilia, en el que una curación tal es vista como “milagrosa” y contra las “reglas.”
No obstante, en tus sueños con frecuencia ves muy correctamente las razones para tus dificultades físicas, e inicias la terapia de la que podrías beneficiarte conscientemente. Al despertar, sin embargo, olvidas – o no confías - en lo que recuerdas.
En ocasiones ocurren curaciones físicas definidas en el estado del sueño, aunque puedas pensar que eres intelectual y conocedor cuando estás despierto, e ignorante y medio-insano en tus sueños. Si fueras así de “lerdo” en el estado de vigilia, entonces deberías estar de mucha mejor salud.
En tales sueños, te sintonizas con otras frecuencias que están en realidad más cerca de tu integridad biológica, pero no hay razón para que no puedas hacerlo cuando estás despierto. Cuando ocurren tales milagros aparentes, es porque has trascendido tus usuales creencias oficiales acerca de tu cuerpo y su salud y enfermedad, y así le permites a la naturaleza seguir su curso. Con frecuencia, en el estado del sueño llegas a estar verdaderamente despierto, le hechas mano a tu calidad de espíritu y de criatura con ambas manos, por así decirlo, comprendiendo que cada una tiene una realidad mucho mayor de la que has sido llevado a suponer.
Más a menudo, sin embargo, hay en cambio solo vistazos borrosos y visiones tormentosas de un tipo de experiencia más expansiva. Para hacer las cosas más confusas, puedes automáticamente tratar de interpretar los eventos del sueño de acuerdo con tu cuadro de realidad usual, y cambiar canales, por así decirlo, a medida que despiertas.
Supongamos que enciendes tu aparato de televisión para ver un programa, por ejemplo, y encuentras que por algún mal funcionamiento ha ocurrido un escape masivo, de tal manera que varios programas están revueltos, e incluso aparecen a la vez, aparentemente sin rima y sin razón. Ningún tema seria evidente. Algunos de los personajes pueden ser familiares, y otros no. Un hombre vestido como astronauta podría estar montando un caballo, persiguiendo a los Indios, mientras un jefe Indio pilotea un avión. Si todo esto fuese transpuesto sobre el programa que esperabas, pensarías que en realidad nada tiene sentido.
Cada personaje, sin embargo, o cada parte de una escena, representaría en forma fragmentaria otro programa bastante valido ( o realidad). En el estado del sueño, algunas veces te enteras de demasiadas estaciones. Cuando tratas de que ellas se ajusten a tu cuadro de realidad reconocido, ellas pueden parecer caóticas. Hay maneras de traer el cuadro a enfoque. Hay maneras de sintonizarse con esas otras frecuencias bastante naturales, de tal manera que ellas te presenten una visión más expansiva, tanto del mundo según tú lo defines, como de sus aspectos más grandes.
La psique no está encasillada, en tu caso, dentro de un marco demasiado frágil para expresarlo. Solo tus creencias acerca de la psique y acerca del cuerpo limitan tu experiencia a su grado actual.
Hablando generalmente, utilizas una particular frecuencia en la vida de vigilia. Por consiguiente, parece que no hay otra realidad distinta a la que reconoces – y que no hay una información mayor disponible distinta a aquella con la cual estás familiarizado normalmente.
Los eventos parecen ocurrirte. Con frecuencia parece que no tienes más control sobre el drama de tu propia vida que el que tienes sobre el desenlace del programa de televisión. Algunas veces, sin embargo, tus propios sueños e inspiraciones te asustan, al darte información que usualmente no está disponible en el orden reconocido de los eventos. Se vuelve muy difícil explicar tales ocurrencias a la luz de las intrigas y escenas proporcionadas por tu usual programación mental. Estás tan condicionado que aun cuando duermes tratas de monitorear tus experiencias e interpretar los eventos del sueño de acuerdo con la frecuencia habitual que has aprendido a aceptar como el único criterio de la realidad. Muy literalmente, sin embargo, cuando estás soñando te estás sintonizando con frecuencias diferentes y biológicamente tu cuerpo responde a ellas en muchos niveles.
Por lo demás, el cuerpo está bien equipado naturalmente para manejar la “proyección de la conciencia”, o viaje fuera del cuerpo, como prefieras llamarlo. Tu composición biológica incluye mecanismos que le permiten a cierta parte de tu conciencia dejar tu cuerpo y regresar. Estos mecanismos son también parte de la naturaleza de los animales. El cuerpo está equipado para percibir muchos otros tipos de experiencias que no son reconocidas oficialmente como nativas para la experiencia humana. En uno u otro grado, aprendes a monitorear constantemente tu comportamiento, de tal manera que se ajuste a los criterios establecidos, dispuestos para una experiencia sensata y racional.
Ustedes son criaturas sociales, como lo son los animales. A pesar de muchas de tus queridas creencias erróneas, tus naciones existen como resultado de la cooperación, no de la competición, como lo hacen todos los grupos sociales. Ser condenado al ostracismo no es un asunto risible. El confort del discurso social representa uno de los grandes pilares de las familias y de las civilizaciones. El criterio establecido de la realidad, por consiguiente, opera como estructuras psíquicas y físicas organizadas. Hay todavía más flexibilidad dentro de esas estructuras, sin embargo, de lo que se reconoce. Tú todavía tratas de llevar tus propias versiones culturales de la realidad al estado del sueño, por ejemplo, pero la herencia natural del cuerpo y de la mente escapa a tu represión – y a pesar de ti mismo, en tus sueños te pones en contacto con un marco más grande de realidad que no será echado a un lado.
No hay nada inherente en el estado de vigilia que lo haga así de limitado. Los límites establecidos son los tuyos. El cuerpo naturalmente se cura a sí mismo, por ejemplo. Muchos aprueban tal creencia. En realidad, sin embargo, la mayoría cree – y experimenta – un cuadro muy diferente, en el que el cuerpo debe ser protegido a toda costa de la inclinación natural a la enfermedad, o una salud pobre. Los virus deben ser rechazados, como si no tuvieras protección contra ellos. La curación natural que ocurre con frecuencia en el estado del sueño es deshecha en el estado de vigilia, en el que una curación tal es vista como “milagrosa” y contra las “reglas.”
No obstante, en tus sueños con frecuencia ves muy correctamente las razones para tus dificultades físicas, e inicias la terapia de la que podrías beneficiarte conscientemente. Al despertar, sin embargo, olvidas – o no confías - en lo que recuerdas.
En ocasiones ocurren curaciones físicas definidas en el estado del sueño, aunque puedas pensar que eres intelectual y conocedor cuando estás despierto, e ignorante y medio-insano en tus sueños. Si fueras así de “lerdo” en el estado de vigilia, entonces deberías estar de mucha mejor salud.
En tales sueños, te sintonizas con otras frecuencias que están en realidad más cerca de tu integridad biológica, pero no hay razón para que no puedas hacerlo cuando estás despierto. Cuando ocurren tales milagros aparentes, es porque has trascendido tus usuales creencias oficiales acerca de tu cuerpo y su salud y enfermedad, y así le permites a la naturaleza seguir su curso. Con frecuencia, en el estado del sueño llegas a estar verdaderamente despierto, le hechas mano a tu calidad de espíritu y de criatura con ambas manos, por así decirlo, comprendiendo que cada una tiene una realidad mucho mayor de la que has sido llevado a suponer.
Más a menudo, sin embargo, hay en cambio solo vistazos borrosos y visiones tormentosas de un tipo de experiencia más expansiva. Para hacer las cosas más confusas, puedes automáticamente tratar de interpretar los eventos del sueño de acuerdo con tu cuadro de realidad usual, y cambiar canales, por así decirlo, a medida que despiertas.
Supongamos que enciendes tu aparato de televisión para ver un programa, por ejemplo, y encuentras que por algún mal funcionamiento ha ocurrido un escape masivo, de tal manera que varios programas están revueltos, e incluso aparecen a la vez, aparentemente sin rima y sin razón. Ningún tema seria evidente. Algunos de los personajes pueden ser familiares, y otros no. Un hombre vestido como astronauta podría estar montando un caballo, persiguiendo a los Indios, mientras un jefe Indio pilotea un avión. Si todo esto fuese transpuesto sobre el programa que esperabas, pensarías que en realidad nada tiene sentido.
Cada personaje, sin embargo, o cada parte de una escena, representaría en forma fragmentaria otro programa bastante valido ( o realidad). En el estado del sueño, algunas veces te enteras de demasiadas estaciones. Cuando tratas de que ellas se ajusten a tu cuadro de realidad reconocido, ellas pueden parecer caóticas. Hay maneras de traer el cuadro a enfoque. Hay maneras de sintonizarse con esas otras frecuencias bastante naturales, de tal manera que ellas te presenten una visión más expansiva, tanto del mundo según tú lo defines, como de sus aspectos más grandes.
La psique no está encasillada, en tu caso, dentro de un marco demasiado frágil para expresarlo. Solo tus creencias acerca de la psique y acerca del cuerpo limitan tu experiencia a su grado actual.
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