Actualmente la humanidad tiene poco conocimiento del mundo interior del sueño, su lugar en él, o sus efectos sobre su diaria vida consciente.
Muchos de los aspectos más poderosos de la conciencia están funcionando precisamente cuando te parece que estás relativamente inconsciente y dormido para la realidad física. Sería imposible para ti manejar la inmensa cantidad de material disponible, en el contexto del tiempo como lo experimentas actualmente. Para operar en tu campo altamente específico, una casi infinita cantidad de información debe ser asimilada instantáneamente, las probabilidades calculadas, y ciertos equilibrios mantenidos, de los cuales ni siquiera estás enterado.
En forma latente, tu conciencia es capaz de ejecutar estas hazañas, pero el trabajo no puede hacerse con la parte de tu conciencia que está fuertemente adherida a la relación espacio-tiempo. A lo que concibes como tu mente consciente se le da la tarea de evaluar los “hechos” del diario vivir. Ella forma entonces las creencias acerca de la realidad, y éstas son utilizadas en el estado del sueño como uno de los principales criterios, por así decirlo, que activan el surgimiento de ciertos eventos probables en lugar de otros.
Utilizas tus creencias como reflectores en el estado del sueño, buscando otros eventos que se ajusten a tus ideas acerca de la realidad. Tus convicciones te ayudan a distinguir las acciones probables que aparecen como sueños – de otras que no te conciernen.
Puesto que tú no eres solamente una criatura enfocada físicamente, sin embargo, otras cosas operan también. Tienes dentro de ti mismo el conocimiento condensado de tu ser total. Esta información no puede aparecer en forma completa dentro de una conciencia conectada con un cerebro físico. La realidad multidimensional simplemente no puede expresarse. En el estado del sueño, cuando la conciencia se relaciona opacamente con las preocupaciones físicas, pueden aparecer en la imaginación vistazos del ser multidimensional y fantasías del sueño que simbólicamente expresarán tu más grande existencia.
Si tus creencias conscientes te están causando gran aflicción, se pueden recibir, provenientes de esta fuente, creencias benéficas contrarias. Tu ser, la conciencia más grande que tú mismo eres, intersecta con el espacio y el tiempo; nace simultáneamente en la carne en muchos “puntos” del momento. Llamarías una vida, con su propio ser, a cada una de estas inmersiones dentro de la existencia tri-dimensional. Y tú eres uno de estos seres.
Cada ser debe experimentarse él mismo en términos temporales. Sin embargo, cada ser es parte también de su propio ser más grande, es parte de la energía de la cual proviene continuamente. En los sueños, tu energía vibra de regreso hacia el ser que eres.
En una manera de expresarlo, viajas de ida y regreso cada noche a través de atmósferas y puntos de entrada de los que no estás enterado. En tu sueño, en realidad viajas esas enormes distancias entre el nacimiento y la muerte. Tu conciencia, tal como la concibes, trasciende estos saltos y mantiene su propia sensación de continuidad. Todo esto tiene que ver con pulsaciones de la energía y de la conciencia y, en una manera, lo que concibes como tu vida, es la “longitud” aparente de un rayo de luz visto desde otra perspectiva.
Bajo los sueños que recuerdas hay experiencias de la conciencia que aparecen solo de vez en cuando, y en forma distorsionada. Estas expresan en términos no físicos tu relación con tu propio ser. Aquí eres regenerado, y eres bastante libre de cualquier creencia consciente. Desde este nivel se forman los ideales individuales y colectivos.
Esta actividad con frecuencia continúa bajo el sueño ordinario. En una medida mucho menor, continúa todo el tiempo, ya que representa la base sobre la cual cabalga tu conciencia actual.
La realidad física dentro de la cual has nacido no es ni de cerca tan sólida, o predeterminada, o definida, como parece ser. En cambio, hay un campo de rica interacción. Tu conciencia debe enfocarse en un particular rango de frecuencias antes de que pueda incluso percibir la materia, y mucho menos la solidez. En el sueño tu conciencia fluctúa entre rangos de intensidades, fluyendo literalmente adentro y afuera del conjunto de materia física, formando, de etapas más plásticas de “pre-materia”, la forma final que la materia tomará en tu mundo. Lo mismo aplica a los eventos, en donde algunos serán cristalizados en términos físicos y otros no.
Las partes profundas de tu propio ser están enteradas de esos propósitos e intenciones que son únicamente tuyos. Inconscientemente entonces tienes dentro de ti lo que podrías concebir como un grupo de modelos para el tipo particular de realidad física que deseas materializar. Tú eres el arquitecto.
Existe, sin embargo, un sistema de controles y equilibrios, de tal manera que en ciertos sueños te haces consciente de estos modelos. Ellos pueden aparecer a través de toda tu vida como sueños recurrentes de una cierta naturaleza – sueños de iluminación; y aun si no los recuerdas, despertarás con tus propósitos fortalecidos, súbitamente claros.
Cuando estás funcionando con tus creencias, averigua lo que realmente piensas acerca de la condición del sueño, ya que si confías en ella, ella puede convertirse incluso en la aliada más importante por tu cooperación consciente.
Si deseas aclarar una disputa, te dices a ti mismo que lo harás así en el estado del sueño. Allí puedes hablarle libremente a quienes de otra manera te evitarían. Muchas reconciliaciones tienen lugar a ese nivel. Pide la respuesta a cualquier problema y ella te será dada, pero debes confiar en ti mismo y aprender a interpretar tus propios sueños. No hay ninguna otra manera de hacer esto, excepto empezando tu mismo y trabajando con tus propios sueños, ya que esto despertará tus habilidades intuitivas y te dará el conocimiento que necesitas.
Tu creencia en el valor de los sueños puede por lo tanto incrementar su efectividad práctica.
Muchos de los aspectos más poderosos de la conciencia están funcionando precisamente cuando te parece que estás relativamente inconsciente y dormido para la realidad física. Sería imposible para ti manejar la inmensa cantidad de material disponible, en el contexto del tiempo como lo experimentas actualmente. Para operar en tu campo altamente específico, una casi infinita cantidad de información debe ser asimilada instantáneamente, las probabilidades calculadas, y ciertos equilibrios mantenidos, de los cuales ni siquiera estás enterado.
En forma latente, tu conciencia es capaz de ejecutar estas hazañas, pero el trabajo no puede hacerse con la parte de tu conciencia que está fuertemente adherida a la relación espacio-tiempo. A lo que concibes como tu mente consciente se le da la tarea de evaluar los “hechos” del diario vivir. Ella forma entonces las creencias acerca de la realidad, y éstas son utilizadas en el estado del sueño como uno de los principales criterios, por así decirlo, que activan el surgimiento de ciertos eventos probables en lugar de otros.
Utilizas tus creencias como reflectores en el estado del sueño, buscando otros eventos que se ajusten a tus ideas acerca de la realidad. Tus convicciones te ayudan a distinguir las acciones probables que aparecen como sueños – de otras que no te conciernen.
Puesto que tú no eres solamente una criatura enfocada físicamente, sin embargo, otras cosas operan también. Tienes dentro de ti mismo el conocimiento condensado de tu ser total. Esta información no puede aparecer en forma completa dentro de una conciencia conectada con un cerebro físico. La realidad multidimensional simplemente no puede expresarse. En el estado del sueño, cuando la conciencia se relaciona opacamente con las preocupaciones físicas, pueden aparecer en la imaginación vistazos del ser multidimensional y fantasías del sueño que simbólicamente expresarán tu más grande existencia.
Si tus creencias conscientes te están causando gran aflicción, se pueden recibir, provenientes de esta fuente, creencias benéficas contrarias. Tu ser, la conciencia más grande que tú mismo eres, intersecta con el espacio y el tiempo; nace simultáneamente en la carne en muchos “puntos” del momento. Llamarías una vida, con su propio ser, a cada una de estas inmersiones dentro de la existencia tri-dimensional. Y tú eres uno de estos seres.
Cada ser debe experimentarse él mismo en términos temporales. Sin embargo, cada ser es parte también de su propio ser más grande, es parte de la energía de la cual proviene continuamente. En los sueños, tu energía vibra de regreso hacia el ser que eres.
En una manera de expresarlo, viajas de ida y regreso cada noche a través de atmósferas y puntos de entrada de los que no estás enterado. En tu sueño, en realidad viajas esas enormes distancias entre el nacimiento y la muerte. Tu conciencia, tal como la concibes, trasciende estos saltos y mantiene su propia sensación de continuidad. Todo esto tiene que ver con pulsaciones de la energía y de la conciencia y, en una manera, lo que concibes como tu vida, es la “longitud” aparente de un rayo de luz visto desde otra perspectiva.
Bajo los sueños que recuerdas hay experiencias de la conciencia que aparecen solo de vez en cuando, y en forma distorsionada. Estas expresan en términos no físicos tu relación con tu propio ser. Aquí eres regenerado, y eres bastante libre de cualquier creencia consciente. Desde este nivel se forman los ideales individuales y colectivos.
Esta actividad con frecuencia continúa bajo el sueño ordinario. En una medida mucho menor, continúa todo el tiempo, ya que representa la base sobre la cual cabalga tu conciencia actual.
La realidad física dentro de la cual has nacido no es ni de cerca tan sólida, o predeterminada, o definida, como parece ser. En cambio, hay un campo de rica interacción. Tu conciencia debe enfocarse en un particular rango de frecuencias antes de que pueda incluso percibir la materia, y mucho menos la solidez. En el sueño tu conciencia fluctúa entre rangos de intensidades, fluyendo literalmente adentro y afuera del conjunto de materia física, formando, de etapas más plásticas de “pre-materia”, la forma final que la materia tomará en tu mundo. Lo mismo aplica a los eventos, en donde algunos serán cristalizados en términos físicos y otros no.
Las partes profundas de tu propio ser están enteradas de esos propósitos e intenciones que son únicamente tuyos. Inconscientemente entonces tienes dentro de ti lo que podrías concebir como un grupo de modelos para el tipo particular de realidad física que deseas materializar. Tú eres el arquitecto.
Existe, sin embargo, un sistema de controles y equilibrios, de tal manera que en ciertos sueños te haces consciente de estos modelos. Ellos pueden aparecer a través de toda tu vida como sueños recurrentes de una cierta naturaleza – sueños de iluminación; y aun si no los recuerdas, despertarás con tus propósitos fortalecidos, súbitamente claros.
Cuando estás funcionando con tus creencias, averigua lo que realmente piensas acerca de la condición del sueño, ya que si confías en ella, ella puede convertirse incluso en la aliada más importante por tu cooperación consciente.
Si deseas aclarar una disputa, te dices a ti mismo que lo harás así en el estado del sueño. Allí puedes hablarle libremente a quienes de otra manera te evitarían. Muchas reconciliaciones tienen lugar a ese nivel. Pide la respuesta a cualquier problema y ella te será dada, pero debes confiar en ti mismo y aprender a interpretar tus propios sueños. No hay ninguna otra manera de hacer esto, excepto empezando tu mismo y trabajando con tus propios sueños, ya que esto despertará tus habilidades intuitivas y te dará el conocimiento que necesitas.
Tu creencia en el valor de los sueños puede por lo tanto incrementar su efectividad práctica.
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