Mientras estás conectado físicamente, debes interpretar la experiencia en términos sensoriales, incluso aquella de los sueños. A veces tu conciencia puede extenderse a otras áreas, pero entonces los eventos deben ser traducidos físicamente de alguna manera.
En la vida de vigilia percibes solamente partes de eventos que caen dentro del continuum espacio-tiempo. En los sueños puedes tener una ojeada mayor. Puedes, por ejemplo, ver en el pasado, en el presente y en el futuro, objetos que en tu tiempo tomarán un espacio determinado. Con frecuencia tal sueño será considerado sin sentido, porque a tu “nivel de los hechos” los objetos del pasado, del presente y del futuro no pueden aparecer a la vez en el mismo espacio.
El espacio no es el mismo, o idéntico, en todo caso. Solamente parece serlo para ti.
El espacio mismo acelera en formas que no comprendes. No estás sintonizado dentro de esas frecuencias. Cualquier punto en el espacio es también un punto en lo que concibes como el tiempo, un portal que no has aprendido a abrir.
En algo de la misma manera, tu cerebro físico es un portal que dispara actividad en tu mente. Tus creencias entonces son en gran parte responsables por las áreas del cerebro que activas y por la resultante acción no-física de la mente.
El enfoque físico te proporciona una realidad magnífica, con intención y especializada. Sin embargo, si no fuera por tu actividad del sueño, estarías encerrado, relativamente, dentro de ella, temeroso de ensayar nuevos conceptos y realizaciones intuitivas, de cara a lo que parece ser una realidad tan sólida como una roca.
El estado del sueño te proporciona una etapa preliminar en la que las hipótesis de trabajo se pueden formar y ensayar creativamente en un contexto alegre y juguetón. Los sueños que tienes y recuerdas, y la solución resultante a muchos problemas, representa solo la capa superficial de la actividad del sueño. Seguirte tu mismo dentro de tus propios sueños es un esfuerzo fascinante, y ahí en el contexto del sueño puedes volverte consciente del funcionamiento de tu propia conciencia. Para hacerlo, debes creer en la integridad de tu propio ser. Si no confías en tu ser de vigilia, no confiarás en tu ser del sueño, y el paisaje de tus sueños parecerá amenazante. Tu creencia de que los sueños son desagradables puede hacer que sean así, o a lo mejor solo recordarás los eventos aterradores de los sueños.
Si crees que no sueñas, sin embargo, inhibirás el recuerdo de los sueños – pero aun así soñarás. Esas ricas experiencias no formarán parte de tu vida consciente por tus creencias.
Tus sueños son privados, como lo es tu vida de vigilia, y sin embargo hay una experiencia colectiva de vigilia y una experiencia colectiva del sueño en la que cada individuo encuentra su propio lugar, y acepta o rechaza los eventos. En tus términos, la raza, en cualquier “tiempo” dado, resuelve los problemas en el estado del sueño, y esas soluciones son entonces materializadas físicamente. Por lo que hay más libertad en relación con el tiempo y del espacio en el estado del sueño, hay mayores perspectivas generales; muchas soluciones que pueden parecer pobres a corto alcance – a medida que ellas son activadas físicamente – en el largo alcance se verán como altamente creativas.
Privada y colectivamente la humanidad utiliza el mundo del sueño como un campo de trabajo preliminar. De estas realidades “fantaseadas” y eventos del sueño probables provienen todos los “hechos” físicamente aceptados en tu mundo de verdadero y falso.
Los eventos probables experimentados en el modo del sueño, bastante válidos en otras áreas de la realidad, se vuelven falsos en tu mundo, mientras el mismo tipo de evento, físicamente realizado, se vuelve verdadero.
Tus guerras son peleadas, perdidas o ganadas en el mundo del sueño primero que todo, y tu interpretación física de la historia sigue la línea delgada de solo una serie de probabilidades. Para ti una determinada guerra fue perdida o ganada por un bando en particular. En tu mezquina comprensión de los eventos solo puede haber un resultado definitivo de una batalla, por ejemplo. Habrá ciertos hechos concretos: una lucha con tanta gente involucrada, ocurriendo en un día en particular, en un determinado lugar y culminando en una victoria definitiva. Históricamente, habrá tratados firmados, y sin embargo, en términos más grandes, estás percibiendo no más que una pequeña dimensión, o una esquina, de un suceso mucho más grande que trasciende bastante tus ideas de los tiempos y los lugares involucrados.
La batalla inicial, por así decirlo, tuvo lugar a un nivel del sueño, enseguida privada y colectivamente la raza decidió qué partes del evento realizar en términos físicos. Aun en esos términos reconocidos, sin embargo, es muy evidente que el vencedor es con frecuencia el perdedor.
La totalidad del evento trasciende los juicios de verdadero o falso. La totalidad de un evento, con todas sus probabilidades incluidas, obviamente no puede ajustarse a tu marco de referencia corriente.
Nuevamente, en tus sueños funcionas con probabilidades y decides cuales de ellas se convertirán en tus “verdaderos hechos” físicos. Aquí tienes gran libertad, individualmente y como raza. Aquí cada hombre resuelve su propio destino, y con la utilización de esta información del sueño muy conscientemente escoge cuales episodios materializará y experimentará físicamente.
Aceptarás de tus sueños aquella información que en gran medida está de acuerdo con tus creencias conscientes de vigilia. Hay interacción, como se mencionó previamente, en la cual nuevas creencias se ensayan, por así decirlo. En ese respecto, no estás a merced de tus sueños, en ninguno de los significados de la palabra.
No has comprendido la gran toma y daca que existe entre las experiencias de vigilia y del sueño. Se te ha enseñado a creer en la existencia de una barrera artificial entre las dos, que de hecho no existe. Sugiriendo antes de dormir que las soluciones a los problemas te serán dadas, automáticamente empezarás a utilizar en gran medida tu conocimiento del sueño, y a abrir las puertas a tu propia y más grande creatividad.
En la vida de vigilia percibes solamente partes de eventos que caen dentro del continuum espacio-tiempo. En los sueños puedes tener una ojeada mayor. Puedes, por ejemplo, ver en el pasado, en el presente y en el futuro, objetos que en tu tiempo tomarán un espacio determinado. Con frecuencia tal sueño será considerado sin sentido, porque a tu “nivel de los hechos” los objetos del pasado, del presente y del futuro no pueden aparecer a la vez en el mismo espacio.
El espacio no es el mismo, o idéntico, en todo caso. Solamente parece serlo para ti.
El espacio mismo acelera en formas que no comprendes. No estás sintonizado dentro de esas frecuencias. Cualquier punto en el espacio es también un punto en lo que concibes como el tiempo, un portal que no has aprendido a abrir.
En algo de la misma manera, tu cerebro físico es un portal que dispara actividad en tu mente. Tus creencias entonces son en gran parte responsables por las áreas del cerebro que activas y por la resultante acción no-física de la mente.
El enfoque físico te proporciona una realidad magnífica, con intención y especializada. Sin embargo, si no fuera por tu actividad del sueño, estarías encerrado, relativamente, dentro de ella, temeroso de ensayar nuevos conceptos y realizaciones intuitivas, de cara a lo que parece ser una realidad tan sólida como una roca.
El estado del sueño te proporciona una etapa preliminar en la que las hipótesis de trabajo se pueden formar y ensayar creativamente en un contexto alegre y juguetón. Los sueños que tienes y recuerdas, y la solución resultante a muchos problemas, representa solo la capa superficial de la actividad del sueño. Seguirte tu mismo dentro de tus propios sueños es un esfuerzo fascinante, y ahí en el contexto del sueño puedes volverte consciente del funcionamiento de tu propia conciencia. Para hacerlo, debes creer en la integridad de tu propio ser. Si no confías en tu ser de vigilia, no confiarás en tu ser del sueño, y el paisaje de tus sueños parecerá amenazante. Tu creencia de que los sueños son desagradables puede hacer que sean así, o a lo mejor solo recordarás los eventos aterradores de los sueños.
Si crees que no sueñas, sin embargo, inhibirás el recuerdo de los sueños – pero aun así soñarás. Esas ricas experiencias no formarán parte de tu vida consciente por tus creencias.
Tus sueños son privados, como lo es tu vida de vigilia, y sin embargo hay una experiencia colectiva de vigilia y una experiencia colectiva del sueño en la que cada individuo encuentra su propio lugar, y acepta o rechaza los eventos. En tus términos, la raza, en cualquier “tiempo” dado, resuelve los problemas en el estado del sueño, y esas soluciones son entonces materializadas físicamente. Por lo que hay más libertad en relación con el tiempo y del espacio en el estado del sueño, hay mayores perspectivas generales; muchas soluciones que pueden parecer pobres a corto alcance – a medida que ellas son activadas físicamente – en el largo alcance se verán como altamente creativas.
Privada y colectivamente la humanidad utiliza el mundo del sueño como un campo de trabajo preliminar. De estas realidades “fantaseadas” y eventos del sueño probables provienen todos los “hechos” físicamente aceptados en tu mundo de verdadero y falso.
Los eventos probables experimentados en el modo del sueño, bastante válidos en otras áreas de la realidad, se vuelven falsos en tu mundo, mientras el mismo tipo de evento, físicamente realizado, se vuelve verdadero.
Tus guerras son peleadas, perdidas o ganadas en el mundo del sueño primero que todo, y tu interpretación física de la historia sigue la línea delgada de solo una serie de probabilidades. Para ti una determinada guerra fue perdida o ganada por un bando en particular. En tu mezquina comprensión de los eventos solo puede haber un resultado definitivo de una batalla, por ejemplo. Habrá ciertos hechos concretos: una lucha con tanta gente involucrada, ocurriendo en un día en particular, en un determinado lugar y culminando en una victoria definitiva. Históricamente, habrá tratados firmados, y sin embargo, en términos más grandes, estás percibiendo no más que una pequeña dimensión, o una esquina, de un suceso mucho más grande que trasciende bastante tus ideas de los tiempos y los lugares involucrados.
La batalla inicial, por así decirlo, tuvo lugar a un nivel del sueño, enseguida privada y colectivamente la raza decidió qué partes del evento realizar en términos físicos. Aun en esos términos reconocidos, sin embargo, es muy evidente que el vencedor es con frecuencia el perdedor.
La totalidad del evento trasciende los juicios de verdadero o falso. La totalidad de un evento, con todas sus probabilidades incluidas, obviamente no puede ajustarse a tu marco de referencia corriente.
Nuevamente, en tus sueños funcionas con probabilidades y decides cuales de ellas se convertirán en tus “verdaderos hechos” físicos. Aquí tienes gran libertad, individualmente y como raza. Aquí cada hombre resuelve su propio destino, y con la utilización de esta información del sueño muy conscientemente escoge cuales episodios materializará y experimentará físicamente.
Aceptarás de tus sueños aquella información que en gran medida está de acuerdo con tus creencias conscientes de vigilia. Hay interacción, como se mencionó previamente, en la cual nuevas creencias se ensayan, por así decirlo. En ese respecto, no estás a merced de tus sueños, en ninguno de los significados de la palabra.
No has comprendido la gran toma y daca que existe entre las experiencias de vigilia y del sueño. Se te ha enseñado a creer en la existencia de una barrera artificial entre las dos, que de hecho no existe. Sugiriendo antes de dormir que las soluciones a los problemas te serán dadas, automáticamente empezarás a utilizar en gran medida tu conocimiento del sueño, y a abrir las puertas a tu propia y más grande creatividad.
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