En uno u otro grado, estos problemas existen en todas las áreas de la región que estuvieron involucradas directamente con esa inundación en particular.
Localmente tenías una región deprimida, pero no en el tipo de situación de crisis que atraería grandes fondos del gobierno, y además tenías unas condiciones sociales y económicas sumamente inestables, acompañadas con una sensación de impotencia.
En lugar de una inundación, han podido entrar en erupción agitaciones sociales desastrosas. Por los peculiares, únicos y característicos tonos de sentimiento involucrados, sin embargo, fueron liberadas tensiones emocionales, automáticamente transformadas, dentro de la atmósfera. Una catástrofe natural proporcionaba muchas respuestas. El río estaba muy cerca, directamente en el corazón del sector de negocios de la ciudad, por ejemplo.
Nuevamente, todo esto involucraba otras áreas afectadas por la inundación. Así como ciertos primitivos hacían danzas de la lluvia y conscientemente producían lluvia, dirigiendo deliberadamente fuerzas inconscientes, así mismo las personas en estos diferentes lugares hacían la misma cosa muy automáticamente, sin conocimiento de los procesos involucrados.
Ellas sembraron las nubes, por lo tanto, a través de la intención inconsciente y a través de la liberación espontánea de estados emocionales operando biológicamente, de tal manera que el exceso de reacciones hormonales y químicas afectaron directamente la atmósfera.
Algún tiempo después, las organizaciones religiosas locales habían hecho planes para un renacimiento colectivo. Los seguidores de un grupo religioso popular fueron inscritos y se le dio una considerable publicidad al evento. Nuevamente, esto no fue accidental. Fue un intento de parte de denominaciones fundamentalistas de resolver el problema a otro nivel, a través de una afluencia de identificación, conversión y entusiasmo religiosos.
Las creencias sobre las cuales se basaban estos planes no se correlacionaban, sin embargo, con las creencias colectivas de la población, y de esta manera el intento falló. El programa estaba basado en el conocimiento precognitivo del evento de la inundación. La cruzada nunca tuvo lugar, ya que la organización para el renacimiento se asustó con la inundación.
Muchos en la comunidad religiosa dijeron que la inundación era la voluntad de Dios a ese nivel, o que la gente estaba siendo castigada por sus transgresiones. A su manera, la inundación fue un evento religioso, ya que ella reunió grupos diversos de personas – quienes no siempre tenían el más humanístico de los intentos – con la comunidad. En una forma extraña, también sirvió para aislar a cierta parte de la gente y para resaltar su mala situación de una manera tal que ningún motín lo pudo hacer.
También humilló a algunos, negándoles la comodidad de su posición social y sus pertenencias, al menos momentáneamente, y los puso frente a frente con otros de diferentes trayectorias, a quienes de otra manera no habrían llegado a conocer.
Crisis como estas proporcionan visiones relevantes de la realidad, en las que lo que ha estado oculto repentinamente es solo demasiado evidente. En muchos casos los pobres se salvaron, ya que la mayoría de las casas y apartamentos viejos sobrevivieron, mientras las casas estilo rancho más nuevas no pudieron soportar la embestida del agua. No obstante, el colegio de la ciudad todavía se encontró con muchos de los necesitados desposeídos a su puerta. Las mujeres que no tenían un propósito más fuerte que el de jugar bridge, acabaron luchando por la supervivencia al lado de sus hermanas más indigentes. Muchos de los pobres que perdieron sus viviendas descubrieron cualidades de liderazgo en ellos mismos que los asombraron.
El área del centro de la ciudad vio materializada físicamente su mala situación interna, siempre conocida pero oculta. Estaba en un estado de casi ruina y necesitada de drástica ayuda. El gobierno de la ciudad estuvo confrontado repentinamente con la gente. Los sentimientos de impotencia estaban a la vista para que todos los vieran, y por consiguiente para que se tomaran acciones.
Hubo personas de mayor edad, cargadas con creencias negativas acerca de la vejez, que descubrieron una gran vitalidad y un propósito mayor bajo el estimulo de la supervivencia. Hubo personas, cegadas y perdidas por la creencia en la suprema importancia de las cosas, que se encontraron a sí mismas sin nada. Ellas se dieron cuenta de la relativa no-importancia de las pertenencias, y sintieron dentro de sí mismas la conmoción de una libertad que no habían experimentado desde la juventud.
La “enfermedad” oculta del área fue evidente para todos. La gente vino desde los alrededores para ayudar. Por una sola vez la camaradería ignoró la estructura social. Los patrones de existencia dados por descontado habían sido arrancados muy efectivamente en el término de un día. En una u otra forma cada individuo involucrado se vio a sí mismo en una clara relación personal con la naturaleza de su vida hasta el momento, y sintió su afinidad con la comunidad. Más que esto, sin embargo, cada ser humano sintió la permanente energía de la naturaleza y le fue recordada, incluso en la aparente imprevisión de la inundación, la gran estabilidad permanente sobre la cual se basa la vida normal.
El poder del agua puso a cada individuo en contacto con el reconocimiento intimo de su dependencia de la naturaleza, y le hizo cuestionarse valores dados por sentado por demasiado tiempo. Una crisis tal automáticamente obliga a cada persona a examinar los valores, a tomar decisiones instantáneas que le proporcionarán los reconocimientos para los que antes había estado ciego.
La inundación por lo tanto materializó físicamente los problemas internos de la región, y al mismo tiempo liberó energías que habían estado atrapadas en la desesperanza.
El área se convirtió en un punto de enfoque de atención psíquico y físico, atrayendo de ese modo otra energía hacia ella. Cada individuo involucrado tenía sus propias razones para participar y a través de la estructura creada colectivamente resolvió propósitos y dilemas privados.
Muchas creencias del pasado fueron hechas pedazos automáticamente en la realidad del momento. Los poderes de iniciación y acción, por mucho tiempo enterrados, fueron liberados en innumerables individuos. Los fondos del estado fueron dirigidos instantáneamente a esta región. El foco de atención se volvió hacia la sección. Muchas personas solitarias fueron obligadas, o más bien se forzaron a sí mismas, dentro de una situación en donde era imperativo que ellas se relacionaran con otras.
Localmente tenías una región deprimida, pero no en el tipo de situación de crisis que atraería grandes fondos del gobierno, y además tenías unas condiciones sociales y económicas sumamente inestables, acompañadas con una sensación de impotencia.
En lugar de una inundación, han podido entrar en erupción agitaciones sociales desastrosas. Por los peculiares, únicos y característicos tonos de sentimiento involucrados, sin embargo, fueron liberadas tensiones emocionales, automáticamente transformadas, dentro de la atmósfera. Una catástrofe natural proporcionaba muchas respuestas. El río estaba muy cerca, directamente en el corazón del sector de negocios de la ciudad, por ejemplo.
Nuevamente, todo esto involucraba otras áreas afectadas por la inundación. Así como ciertos primitivos hacían danzas de la lluvia y conscientemente producían lluvia, dirigiendo deliberadamente fuerzas inconscientes, así mismo las personas en estos diferentes lugares hacían la misma cosa muy automáticamente, sin conocimiento de los procesos involucrados.
Ellas sembraron las nubes, por lo tanto, a través de la intención inconsciente y a través de la liberación espontánea de estados emocionales operando biológicamente, de tal manera que el exceso de reacciones hormonales y químicas afectaron directamente la atmósfera.
Algún tiempo después, las organizaciones religiosas locales habían hecho planes para un renacimiento colectivo. Los seguidores de un grupo religioso popular fueron inscritos y se le dio una considerable publicidad al evento. Nuevamente, esto no fue accidental. Fue un intento de parte de denominaciones fundamentalistas de resolver el problema a otro nivel, a través de una afluencia de identificación, conversión y entusiasmo religiosos.
Las creencias sobre las cuales se basaban estos planes no se correlacionaban, sin embargo, con las creencias colectivas de la población, y de esta manera el intento falló. El programa estaba basado en el conocimiento precognitivo del evento de la inundación. La cruzada nunca tuvo lugar, ya que la organización para el renacimiento se asustó con la inundación.
Muchos en la comunidad religiosa dijeron que la inundación era la voluntad de Dios a ese nivel, o que la gente estaba siendo castigada por sus transgresiones. A su manera, la inundación fue un evento religioso, ya que ella reunió grupos diversos de personas – quienes no siempre tenían el más humanístico de los intentos – con la comunidad. En una forma extraña, también sirvió para aislar a cierta parte de la gente y para resaltar su mala situación de una manera tal que ningún motín lo pudo hacer.
También humilló a algunos, negándoles la comodidad de su posición social y sus pertenencias, al menos momentáneamente, y los puso frente a frente con otros de diferentes trayectorias, a quienes de otra manera no habrían llegado a conocer.
Crisis como estas proporcionan visiones relevantes de la realidad, en las que lo que ha estado oculto repentinamente es solo demasiado evidente. En muchos casos los pobres se salvaron, ya que la mayoría de las casas y apartamentos viejos sobrevivieron, mientras las casas estilo rancho más nuevas no pudieron soportar la embestida del agua. No obstante, el colegio de la ciudad todavía se encontró con muchos de los necesitados desposeídos a su puerta. Las mujeres que no tenían un propósito más fuerte que el de jugar bridge, acabaron luchando por la supervivencia al lado de sus hermanas más indigentes. Muchos de los pobres que perdieron sus viviendas descubrieron cualidades de liderazgo en ellos mismos que los asombraron.
El área del centro de la ciudad vio materializada físicamente su mala situación interna, siempre conocida pero oculta. Estaba en un estado de casi ruina y necesitada de drástica ayuda. El gobierno de la ciudad estuvo confrontado repentinamente con la gente. Los sentimientos de impotencia estaban a la vista para que todos los vieran, y por consiguiente para que se tomaran acciones.
Hubo personas de mayor edad, cargadas con creencias negativas acerca de la vejez, que descubrieron una gran vitalidad y un propósito mayor bajo el estimulo de la supervivencia. Hubo personas, cegadas y perdidas por la creencia en la suprema importancia de las cosas, que se encontraron a sí mismas sin nada. Ellas se dieron cuenta de la relativa no-importancia de las pertenencias, y sintieron dentro de sí mismas la conmoción de una libertad que no habían experimentado desde la juventud.
La “enfermedad” oculta del área fue evidente para todos. La gente vino desde los alrededores para ayudar. Por una sola vez la camaradería ignoró la estructura social. Los patrones de existencia dados por descontado habían sido arrancados muy efectivamente en el término de un día. En una u otra forma cada individuo involucrado se vio a sí mismo en una clara relación personal con la naturaleza de su vida hasta el momento, y sintió su afinidad con la comunidad. Más que esto, sin embargo, cada ser humano sintió la permanente energía de la naturaleza y le fue recordada, incluso en la aparente imprevisión de la inundación, la gran estabilidad permanente sobre la cual se basa la vida normal.
El poder del agua puso a cada individuo en contacto con el reconocimiento intimo de su dependencia de la naturaleza, y le hizo cuestionarse valores dados por sentado por demasiado tiempo. Una crisis tal automáticamente obliga a cada persona a examinar los valores, a tomar decisiones instantáneas que le proporcionarán los reconocimientos para los que antes había estado ciego.
La inundación por lo tanto materializó físicamente los problemas internos de la región, y al mismo tiempo liberó energías que habían estado atrapadas en la desesperanza.
El área se convirtió en un punto de enfoque de atención psíquico y físico, atrayendo de ese modo otra energía hacia ella. Cada individuo involucrado tenía sus propias razones para participar y a través de la estructura creada colectivamente resolvió propósitos y dilemas privados.
Muchas creencias del pasado fueron hechas pedazos automáticamente en la realidad del momento. Los poderes de iniciación y acción, por mucho tiempo enterrados, fueron liberados en innumerables individuos. Los fondos del estado fueron dirigidos instantáneamente a esta región. El foco de atención se volvió hacia la sección. Muchas personas solitarias fueron obligadas, o más bien se forzaron a sí mismas, dentro de una situación en donde era imperativo que ellas se relacionaran con otras.
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