No necesitas una mente auto consciente para sentir, y en el “pasado”, los terremotos representaban los patrones de sentimientos de la especie de la misma manera – condiciones de conciencia inestables que en si mismas iniciaban los fenómenos naturales, alterando adicionalmente el estado de conciencia y las condiciones de la especie también.
En tus términos, la conciencia está unida con la materia, y cualquiera de sus experiencias es físicamente materializada a través de la interacción. Hay una gran correlación entre las tormentas eléctricas y las tormentas psíquicas, por ejemplo, y entre las propiedades electromagnéticas inestables, del sentimiento y del pensamiento – la habilidad del cerebro para manejar estos – y su necesidad de desembarazarse de los excesos. Tú no reaccionas simplemente al clima. Tú ayudas a formarlo, incluso así como respiras el aire y enseguida lo envías hacia afuera de nuevo. El cerebro es un nido de relaciones electromagnéticas que no comprendes. En ciertos términos, es una tormenta controlada.
De él surgen ideas que son bastante naturales como el relámpago. Cuando este golpea la tierra, la cambia. Hay también cambios que llegan a través del impacto de tus pensamientos sobre la atmósfera. El gran empuje interior total con el que naces forma las bases de la confiabilidad de la tierra física. Tu cuerpo habita en la tierra, así como tú habitas en tu cuerpo. Naciste con una fe en tu existencia que automáticamente dirige el funcionamiento apropiado de tu personal ser corporal. Esto proporciona las propiedades estabilizadoras necesarias sobre las cuales tu conciencia pueda actuar, y a través de las cuales pueda operar creativa y efectivamente. El átomo más pequeño tiene su propio tipo de integridad incorporada, sobre la cual están basadas todas sus organizaciones y alteraciones, de tal manera que hay un tipo de estructura de permanencia dentro del cuerpo de la tierra.
No obstante, con todo esto siempre hay cambio, como con la experiencia del tiempo en forma lineal cada evento debe “derribar” el otro. En términos de tu enfoque, una determinada ocurrencia “toma tiempo”. Sabes que ocurren muchos eventos que no percibes conscientemente, pero los tomas sobre la base de la palabra de otros. En tus términos, por consiguiente, el cambio es evidente. El cuerpo es cambiado.
Te dije que una enfermedad puede tener una base creativa. Y así la puede tener un terremoto o un desastre natural.
Ahora bien, en otros niveles distintos a los conscientes, simplemente como criatura, estás bien enterado de las tormentas, las inundaciones, los tornados y los terremotos inminentes.
Hay muchas indicaciones y señales recogidas por el cuerpo mismo – alteraciones en la presión del aire, la orientación magnética en términos de equilibrio, minúsculas diferenciaciones eléctricas de las que la piel misma está enterada. En ese nivel, el cuerpo con frecuencia está preparado para las calamidades naturales antes de que ellas ocurran. Se establecen las defensas.
Operan muchos otros hechos adicionales, sin embargo, que tienen que ver con alguna reacción personal determinada. Entran aquí otras condiciones psicológicas. La gente vive en regiones amenazadas por terremotos con un claro conocimiento de ellos. A pesar de lo que esas personas podrían decir, ellas necesitan y disfrutan los estímulos y la excitación constantes; la misma naturaleza impredecible de las circunstancias los despierta para la acción. Hay muchas actitudes y características diferentes que aplican, así que es difícil hacer generalizaciones, pero siempre hay razones por las que cada individuo está involucrado en una catástrofe natural desastrosa.
En muchos casos ocurre de antemano una realización casi consciente de las circunstancias. En otros casos, el preconocimiento del cuerpo se refleja en los sueños, y altera de tal manera la vida diaria que tiene lugar un escape. Algunas personas cambian sus planes y abandonan la ciudad un día antes de que se produzca un desastre. Otros se quedan.
Nada de esto es accidental. El material inconsciente es admitido en la conciencia de acuerdo con aquellas creencias que tiene un individuo acerca de sí mismo, de su realidad, y de su lugar en ella. Nadie muere en un desastre que no haya elegido hacerlo. Siempre hay un reconocimiento consciente, sin embargo, aunque el individuo puede jugar trucos consigo mismo y pretender que no está ahí. Incluso los animales sienten su muerte antes de tiempo, y en ese nivel el hombre no es diferente.
Quienes desean utilizar la precognición inconsciente de tal evento lo aprovecharán – ellos mismos se salvan y eligen no involucrarse. Si no creen en tales advertencias anticipadas y se niegan a sí mismos el conocimiento consciente, y sin embargo todavía creen en su total seguridad, actuarán inconscientemente sin conocimiento de sus razones. Habrá otros que son parte de una calamidad por sus propias razones.
Psíquicamente, mentalmente y físicamente, serán tan parte de un evento tal como el agua que se precipita a través de una ciudad en una inundación. Utilizarán la catástrofe física como un individuo podría utilizar un síntoma para propósitos de desafío, crecimiento y comprensión – pero escogerán su desastre precisamente como escogen sus síntomas. Por consiguiente, estarán enterados de la estructura. Ella no les será impuesta.
Pueden no aceptar conscientemente tal información, pero si saben como examinarse a sí mismos, descubrirán que sus creencias se sumaron precisamente a determinado tipo de situación. Una enfermedad de naturaleza grave puede ser utilizada por un individuo para ponerlo en el más intimo contacto con los poderes de la vida y la muerte, para iniciar una crisis con el fin de movilizar instintos ocultos de supervivencia, para representar vívidamente los grandes puntos de contraste y convocar toda su fortaleza. De esta manera, una catástrofe puede ser utilizada conscientemente o inconscientemente, de acuerdo con el individuo.
En tus términos, la conciencia está unida con la materia, y cualquiera de sus experiencias es físicamente materializada a través de la interacción. Hay una gran correlación entre las tormentas eléctricas y las tormentas psíquicas, por ejemplo, y entre las propiedades electromagnéticas inestables, del sentimiento y del pensamiento – la habilidad del cerebro para manejar estos – y su necesidad de desembarazarse de los excesos. Tú no reaccionas simplemente al clima. Tú ayudas a formarlo, incluso así como respiras el aire y enseguida lo envías hacia afuera de nuevo. El cerebro es un nido de relaciones electromagnéticas que no comprendes. En ciertos términos, es una tormenta controlada.
De él surgen ideas que son bastante naturales como el relámpago. Cuando este golpea la tierra, la cambia. Hay también cambios que llegan a través del impacto de tus pensamientos sobre la atmósfera. El gran empuje interior total con el que naces forma las bases de la confiabilidad de la tierra física. Tu cuerpo habita en la tierra, así como tú habitas en tu cuerpo. Naciste con una fe en tu existencia que automáticamente dirige el funcionamiento apropiado de tu personal ser corporal. Esto proporciona las propiedades estabilizadoras necesarias sobre las cuales tu conciencia pueda actuar, y a través de las cuales pueda operar creativa y efectivamente. El átomo más pequeño tiene su propio tipo de integridad incorporada, sobre la cual están basadas todas sus organizaciones y alteraciones, de tal manera que hay un tipo de estructura de permanencia dentro del cuerpo de la tierra.
No obstante, con todo esto siempre hay cambio, como con la experiencia del tiempo en forma lineal cada evento debe “derribar” el otro. En términos de tu enfoque, una determinada ocurrencia “toma tiempo”. Sabes que ocurren muchos eventos que no percibes conscientemente, pero los tomas sobre la base de la palabra de otros. En tus términos, por consiguiente, el cambio es evidente. El cuerpo es cambiado.
Te dije que una enfermedad puede tener una base creativa. Y así la puede tener un terremoto o un desastre natural.
Ahora bien, en otros niveles distintos a los conscientes, simplemente como criatura, estás bien enterado de las tormentas, las inundaciones, los tornados y los terremotos inminentes.
Hay muchas indicaciones y señales recogidas por el cuerpo mismo – alteraciones en la presión del aire, la orientación magnética en términos de equilibrio, minúsculas diferenciaciones eléctricas de las que la piel misma está enterada. En ese nivel, el cuerpo con frecuencia está preparado para las calamidades naturales antes de que ellas ocurran. Se establecen las defensas.
Operan muchos otros hechos adicionales, sin embargo, que tienen que ver con alguna reacción personal determinada. Entran aquí otras condiciones psicológicas. La gente vive en regiones amenazadas por terremotos con un claro conocimiento de ellos. A pesar de lo que esas personas podrían decir, ellas necesitan y disfrutan los estímulos y la excitación constantes; la misma naturaleza impredecible de las circunstancias los despierta para la acción. Hay muchas actitudes y características diferentes que aplican, así que es difícil hacer generalizaciones, pero siempre hay razones por las que cada individuo está involucrado en una catástrofe natural desastrosa.
En muchos casos ocurre de antemano una realización casi consciente de las circunstancias. En otros casos, el preconocimiento del cuerpo se refleja en los sueños, y altera de tal manera la vida diaria que tiene lugar un escape. Algunas personas cambian sus planes y abandonan la ciudad un día antes de que se produzca un desastre. Otros se quedan.
Nada de esto es accidental. El material inconsciente es admitido en la conciencia de acuerdo con aquellas creencias que tiene un individuo acerca de sí mismo, de su realidad, y de su lugar en ella. Nadie muere en un desastre que no haya elegido hacerlo. Siempre hay un reconocimiento consciente, sin embargo, aunque el individuo puede jugar trucos consigo mismo y pretender que no está ahí. Incluso los animales sienten su muerte antes de tiempo, y en ese nivel el hombre no es diferente.
Quienes desean utilizar la precognición inconsciente de tal evento lo aprovecharán – ellos mismos se salvan y eligen no involucrarse. Si no creen en tales advertencias anticipadas y se niegan a sí mismos el conocimiento consciente, y sin embargo todavía creen en su total seguridad, actuarán inconscientemente sin conocimiento de sus razones. Habrá otros que son parte de una calamidad por sus propias razones.
Psíquicamente, mentalmente y físicamente, serán tan parte de un evento tal como el agua que se precipita a través de una ciudad en una inundación. Utilizarán la catástrofe física como un individuo podría utilizar un síntoma para propósitos de desafío, crecimiento y comprensión – pero escogerán su desastre precisamente como escogen sus síntomas. Por consiguiente, estarán enterados de la estructura. Ella no les será impuesta.
Pueden no aceptar conscientemente tal información, pero si saben como examinarse a sí mismos, descubrirán que sus creencias se sumaron precisamente a determinado tipo de situación. Una enfermedad de naturaleza grave puede ser utilizada por un individuo para ponerlo en el más intimo contacto con los poderes de la vida y la muerte, para iniciar una crisis con el fin de movilizar instintos ocultos de supervivencia, para representar vívidamente los grandes puntos de contraste y convocar toda su fortaleza. De esta manera, una catástrofe puede ser utilizada conscientemente o inconscientemente, de acuerdo con el individuo.
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