Puesto que participas en la formación de este escenario físico, y puesto que te has refugiado en una forma física, utilizando los sentidos físicos solo percibirás este fantástico escenario. La realidad que existe al interior y más allá de este escenario, te eludirá. Sin embargo, aun el actor no es totalmente tridimensional. Él es parte de un ser multidimensional.
Dentro de él existen métodos de percepción que le permiten ver a través del camuflaje del escenario y ver más allá del estrado. Utiliza estos sentidos internos constantemente, aunque la parte actoral de sí mismo está tan atenta al drama, que esto se le escapa. De una manera más amplia, los sentidos físicos realmente forman la realidad física que parecen solo percibir. Ellos mismos son parte del camuflaje, pero son como lentes sobre tus naturales percepciones internas que te obligan a “ver” un campo disponible de actividad como materia física. De esta manera, solo se puede confiar en que ellos te digan lo que está sucediendo de una manera superficial. Puedes determinar la posición de los otros actores, por ejemplo, o el tiempo según el reloj, pero estos sentidos físicos no te dirán que el tiempo mismo es un camuflaje, o que la conciencia forma los otros actores, o que las realidades que no puedes ver existen por encima y más allá de la materia física que es tan aparente.
Tu puedes, utilizando tus sentidos internos, percibir la realidad tal como existe aparte del drama, y tu rol en él. Para hacer esto debes, por lo menos momentáneamente, desviar tu atención de la actividad constante que está teniendo lugar, desconectar los sentidos físicos y cambiar tu atención hacia aquellos eventos que se te escaparon anteriormente.
Simplificándolo mucho en realidad, el efecto seria algo así como cambiar un juego de gafas por otro, ya que los sentidos físicos son tan artificiales para el ser interior como un juego de gafas o un audífono para el ser físico. Por consiguiente, los sentidos internos son utilizados raramente de una manera totalmente consciente.
Estarías mucho más que desorientado y bastante asustado, si entre un momento y el siguiente tu entorno familiar, tal como lo conoces, desapareciera para ser reemplazado por otro conjunto de datos para los que no estás preparado para entender. Tanta información proveniente de los sentidos internos debe ser traducida en términos que puedas comprender. En otras palabras, tal información debe tener sentido para ti como ser tridimensional.
Tu particular conjunto de camuflajes no es el único. Otras realidades tienen sistemas totalmente diferentes, pero todas las personalidades tienen sentidos internos que son atributos de la conciencia y por medio de estos sentidos internos se mantienen comunicaciones de las que el ser consciente normal conoce poco. Parte de mi propósito es hacer que algunas de estas comunicaciones se conozcan.
El alma o entidad no es el ser que lee estas palabras. Tu entorno no es simplemente el mundo que te rodea, tal como lo conoces, sino que consiste también de los entornos de vidas pasadas, sobre las cuales no estás ahora enfocado. Tu entorno real está conformado por tus pensamientos y emociones, puesto que de ellos tú formas no solo esta realidad, sino cada realidad en la que participas.
Tu entorno real es inocente del espacio y el tiempo, tal como los conoces. En tu entorno real no tienes necesidad de palabras, ya que la comunicación es instantánea. En tu entorno real, tú formas el mundo físico que conoces.
Los sentidos internos te permiten percibir la realidad que es independiente de la forma física.
Voy a pedirte que momentáneamente olvides tus roles en los dramas y ensayes este simple ejercicio:
Pretende que estás en un escenario iluminado, siendo el escenario el cuarto en el cual estás sentado ahora. Cierra los ojos y pretende que las luces se han apagado, el escenario ha desaparecido y tú estás solo. Todo está oscuro. Estás tranquilo. Imagina tan vividamente como puedas la existencia de sentidos internos. Por ahora, pretende que ellos corresponden a tus sentidos físicos. Quita de tu mente todos los pensamientos y preocupaciones. Sé receptivo. Escucha muy suavemente, no los sonidos físicos, sino los sonidos que llegan por medio de los sentidos internos. Pueden empezar a aparecer imágenes. Acéptalas como visiones tan válidas como las que ves físicamente. Pretende que existe un mundo interior que será revelado en la medida en que aprendas a percibir con estos sentidos internos.
Pretende que has sido ciego para este mundo toda tu vida y que ahora estás obteniendo una visión dentro de él. No juzgues la totalidad del mundo interior por las imágenes desordenadas que puedas percibir al principio, o por los sonidos que puedas oír primero, ya que todavía estarás utilizando tus sentidos internos muy imperfectamente.
Puedes hacer este ejercicio durante unos pocos momentos antes de dormir, o descansando. Puedes también hacerlo aun en medio de una tarea ordinaria que no demande toda tu atención.
Estarás simplemente aprendiendo a enfocarte en una nueva dimensión de conciencia, tomando instantáneas rápidas en un entorno extraño. Recuerda que solamente estarás percibiendo pedacitos. Acéptalos simplemente, pero no intentes hacer juicios o interpretaciones generales en esta etapa. Diez minutos al día para empezar es más que suficiente.
Dentro de él existen métodos de percepción que le permiten ver a través del camuflaje del escenario y ver más allá del estrado. Utiliza estos sentidos internos constantemente, aunque la parte actoral de sí mismo está tan atenta al drama, que esto se le escapa. De una manera más amplia, los sentidos físicos realmente forman la realidad física que parecen solo percibir. Ellos mismos son parte del camuflaje, pero son como lentes sobre tus naturales percepciones internas que te obligan a “ver” un campo disponible de actividad como materia física. De esta manera, solo se puede confiar en que ellos te digan lo que está sucediendo de una manera superficial. Puedes determinar la posición de los otros actores, por ejemplo, o el tiempo según el reloj, pero estos sentidos físicos no te dirán que el tiempo mismo es un camuflaje, o que la conciencia forma los otros actores, o que las realidades que no puedes ver existen por encima y más allá de la materia física que es tan aparente.
Tu puedes, utilizando tus sentidos internos, percibir la realidad tal como existe aparte del drama, y tu rol en él. Para hacer esto debes, por lo menos momentáneamente, desviar tu atención de la actividad constante que está teniendo lugar, desconectar los sentidos físicos y cambiar tu atención hacia aquellos eventos que se te escaparon anteriormente.
Simplificándolo mucho en realidad, el efecto seria algo así como cambiar un juego de gafas por otro, ya que los sentidos físicos son tan artificiales para el ser interior como un juego de gafas o un audífono para el ser físico. Por consiguiente, los sentidos internos son utilizados raramente de una manera totalmente consciente.
Estarías mucho más que desorientado y bastante asustado, si entre un momento y el siguiente tu entorno familiar, tal como lo conoces, desapareciera para ser reemplazado por otro conjunto de datos para los que no estás preparado para entender. Tanta información proveniente de los sentidos internos debe ser traducida en términos que puedas comprender. En otras palabras, tal información debe tener sentido para ti como ser tridimensional.
Tu particular conjunto de camuflajes no es el único. Otras realidades tienen sistemas totalmente diferentes, pero todas las personalidades tienen sentidos internos que son atributos de la conciencia y por medio de estos sentidos internos se mantienen comunicaciones de las que el ser consciente normal conoce poco. Parte de mi propósito es hacer que algunas de estas comunicaciones se conozcan.
El alma o entidad no es el ser que lee estas palabras. Tu entorno no es simplemente el mundo que te rodea, tal como lo conoces, sino que consiste también de los entornos de vidas pasadas, sobre las cuales no estás ahora enfocado. Tu entorno real está conformado por tus pensamientos y emociones, puesto que de ellos tú formas no solo esta realidad, sino cada realidad en la que participas.
Tu entorno real es inocente del espacio y el tiempo, tal como los conoces. En tu entorno real no tienes necesidad de palabras, ya que la comunicación es instantánea. En tu entorno real, tú formas el mundo físico que conoces.
Los sentidos internos te permiten percibir la realidad que es independiente de la forma física.
Voy a pedirte que momentáneamente olvides tus roles en los dramas y ensayes este simple ejercicio:
Pretende que estás en un escenario iluminado, siendo el escenario el cuarto en el cual estás sentado ahora. Cierra los ojos y pretende que las luces se han apagado, el escenario ha desaparecido y tú estás solo. Todo está oscuro. Estás tranquilo. Imagina tan vividamente como puedas la existencia de sentidos internos. Por ahora, pretende que ellos corresponden a tus sentidos físicos. Quita de tu mente todos los pensamientos y preocupaciones. Sé receptivo. Escucha muy suavemente, no los sonidos físicos, sino los sonidos que llegan por medio de los sentidos internos. Pueden empezar a aparecer imágenes. Acéptalas como visiones tan válidas como las que ves físicamente. Pretende que existe un mundo interior que será revelado en la medida en que aprendas a percibir con estos sentidos internos.
Pretende que has sido ciego para este mundo toda tu vida y que ahora estás obteniendo una visión dentro de él. No juzgues la totalidad del mundo interior por las imágenes desordenadas que puedas percibir al principio, o por los sonidos que puedas oír primero, ya que todavía estarás utilizando tus sentidos internos muy imperfectamente.
Puedes hacer este ejercicio durante unos pocos momentos antes de dormir, o descansando. Puedes también hacerlo aun en medio de una tarea ordinaria que no demande toda tu atención.
Estarás simplemente aprendiendo a enfocarte en una nueva dimensión de conciencia, tomando instantáneas rápidas en un entorno extraño. Recuerda que solamente estarás percibiendo pedacitos. Acéptalos simplemente, pero no intentes hacer juicios o interpretaciones generales en esta etapa. Diez minutos al día para empezar es más que suficiente.
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