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miércoles, 10 de noviembre de 2010

La Realidad Desconocida 1

Empecemos esta sección con una breve discusión relacionada con la “evolución.”
Por ahora, piensa en ella como usualmente lo haces, en un contexto del tiempo. Ha sido de moda en el pasado creer que cada especie estaba orientada egoístamente hacia su propia supervivencia. Cada una era vista en competición con todas las otras especies. En esa estructura, la cooperación era simplemente un subproducto de un impulso primario hacia la supervivencia. Una especie podía usar a otra, por ejemplo. Se pensaba que la especie cambiaba, y “mutaba” la forma, por una alteración previa en el entorno, en el que cada especie determinada tenía que adaptarse o desaparecer. El poder motivante era siempre proyectado hacia fuera.
Todo esto presentaba un cuadro bastante equivocado. Hablando físicamente, la tierra misma tiene su propio tipo de gestalt de conciencia. Si debes hacerlo, entonces piensa de esa conciencia de la tierra como subiendo en grados en grandes vertientes de conocimiento, desde partículas de polvo y piedra “relativamente” inertes, hasta los reinos mineral, vegetal y animal. Aun entonces, recuerda que esos reinos no están tan separados, después de todo. Cada uno está muy relacionado con cada uno de los otros. Nada sucede en uno de esos reinos que no afecte a los otros. Una gran cooperación afable existe entre esos sistemas aparentemente separados, sin embargo. Si recordaras que incluso los átomos y las moléculas tienen conciencia, seria más fácil para ti comprender que en realidad hay un cierto tipo de conocimiento que une estos reinos.
En tus términos, la conciencia de ser no se desarrolló por algunas circunstancias externas en las que tu especie se impuso, por así decirlo. De hecho, esa conciencia de ser en cualquier persona depende de la cooperación constante y milagrosa que existe entre los mundos mineral, vegetal y animal. La intención interior siempre forma cualquier alteración exterior. Esto aplica en cualquier escala que utilices. La conciencia forma el entorno. El entorno mismo es consciente. Los átomos y las moléculas mismas operan en su propio campo de probabilidades. En sus propias formas, “añoran” todos los desarrollos probables. Cuando forman criaturas vivientes, se convierten en la base física para la alteración de la especie. La adaptabilidad del cuerpo no es simplemente un mecanismo o cualidad de ajuste. Las células tienen capacidades internas que no has descubierto. Ellas contienen dentro de si mismas la memoria de todas las formas “previas” de las que han sido parte.
Me gustaría hacer un aparte aquí: En ciertos términos, no puedes destruir la vida por un desastre nuclear. Por supuesto destruirías la vida, tal como la conoces y, en tus términos, la llevarías a un final, si las condiciones fueran las correctas (o incorrectas) formas de vida con las que estás familiarizado. En términos más amplios, sin embargo, vida mutante emergería – mutante solamente por tus estándares – pero vida bastante natural en si misma.
Para regresar a nuestro principal asunto del momento: El hecho es que el así llamado proceso de evolución depende mucho de las tendencias cooperativas inherentes en todas las propiedades de la vida y en todas las especies. No hay trasmigración de las almas, en que la personalidad total de una persona “regresa” como animal. Sin embargo, en la estructura física, hay un constante entremezclarse, de tal manera que las células de un hombre o de una mujer pueden convertirse en las células de una planta o de un animal, y viceversa por supuesto. Las células que han sido parte de un cerebro humano saben esto a su manera. Aquellas células que ahora componen tu propio cuerpo se han combinado y descombinado muchas veces para formar otras porciones del entorno natural.
Esta interior y sin embargo física transmigración de la conciencia siempre ha sido extremadamente importante, y representa un método natural de comunicación, unificando todas las especies y toda la vida física. Dentro de todos los organismos físicos, por lo tanto, hay un impulso hacia el desarrollo y el cambio, incluso como también hay un patrón de estabilidad dentro del cual tales alteraciones tienen lugar.
Históricamente, por supuesto, sigues un patrón de pensamiento de una sola línea, así que ves un cuadro en el que los peces dejan el océano y se convierten en reptiles; de estos, eventualmente aparecieron los mamíferos, y los primates y el hombre. Esa es, lo admito, una simple afirmación, pero es la manera como la mayoría de las personas piensan que ocurrió la evolución. Los términos de “progresión” son intrincados. Nunca te imaginas la situación siendo reversada, por ejemplo. Pocos de ustedes se imaginan un hombre reptil consciente. Les parece que la dirección que tomaron es la única dirección que se podía haber tomado.
Identificas una conciencia de ser altamente evolucionada con el desarrollo de tu propia especie, y con tu propio tipo de mecanismos perceptivos. Aplicas estos como normas o condiciones cuando examinas cualquier otro tipo de vida. En tu sistema de probabilidades no hay hombres o mujeres reptiles, y sin embargo, en otras probabilidades, ellos en realidad existen. Menciono esto solamente para mostrarte que el sistema evolutivo que reconoces no es más que uno de tales sistemas.
La base física permanece latente dentro de tu propia estructura celular, sin embargo. Piensas que la evolución está terminada. Su ímpetu, sin embargo, llega desde adentro de la conciencia misma. Siempre lo ha sido. En algunos cuartos está de moda en estos días decir que la conciencia del hombre es ahora un elemento en un nuevo tipo de evolución – pero esa “nueva conciencia” siempre ha estado inherente. Solamente ahora estás empezando a reconocer su existencia. Cada conciencia está consciente de ella como ella misma. Cada conciencia, entonces, es autoconsciente. Ella no puede ser autoconsciente de la misma manera como tú lo eres. Ella no puede reflejarse sobre su propia condición. Por otra parte, no tiene necesidad de hacerlo.
Los así llamados desarrollos futuros de tu especie no dependen de tus ideas y creencias. Esto aplica genéticamente en términos personales. Por ejemplo, si crees que puedes vivir hasta una vejez saludable y feliz, bien entrados los noventas, entonces incluso en la civilización Occidental lo harás. Tu intención emocional y tu creencia dirigirán el funcionamiento de tus células y producirá en ellas aquellas propiedades y habilidades inherentes que asegurará tal condición. Hay grupos de personas en lugares aislados que sostienen tales creencias, y en todos esos casos el cuerpo responde. Lo mismo aplica a la raza – a la especie, para ser más exacto. Hay una creatividad inextinguible dentro de las células mismas, que no estás utilizando como especie porque tus creencias se quedan tan atrás de tu espiritualidad y sabiduría biológica innatas. Tus ideas están empezando a cambiar. Sin embargo, a menos que cambies tu estructura, continuarás enfatizando la manipulación médica y tecnológica. En casos aislados, esto te mostrará algunos de los posibles resultados en el solo nivel físico. Sin embargo, tales técnicas no funcionarán en términos colectivos, o no te permitirán, digamos, prolongar una efectiva vida productiva, a menos que cambies tus creencias también en otras áreas, y aprendas la dinámica interior de la psique.
Ahora bien, es cierto entonces que las células operan, por una parte, aparte del tiempo, y por la otra, con una base firme en el tiempo, así que la integridad del cuerpo como un organismo del espacio-tiempo es el resultado.
Es verdad que en un nivel consciente todavía no operas por fuera del tiempo, pero estás limitado por él. Cuando tú mismo aprendas a liberarte hasta cierto punto de esas dimensiones, no estás simplemente duplicando o “regresando” a alguna condición más extensa, sino agregando un nuevo elemento a esa condición. El tipo de conciencia de ser que tienes es único, pero todos los tipos son únicos. Cada triunfo que tengas como individuo se refleja en tu especie y en su conocimiento celular.
En una forma, todos ustedes son sus propios mutantes, alterando creativamente las formaciones celulares. Cuando tu suerte parece depender de la herencia, por ejemplo, opera entonces la trasmisión de ideas y creencias; estas le dan señales a los cromosomas. Ellas causan auto- imágenes en miniatura, por así decirlo, que se reflejan en las células. En muchos casos, estas imágenes pueden ser alteradas, pero no con la tecnología que ustedes tienen.
Básicamente, la comprensión celular cabalga sobre el tiempo. Hay entonces una manera de introducir “nueva” información genética a una llamada célula dañada en el presente. Esto implica la manipulación de la conciencia, básicamente, y no aquella de artefactos, así como el principio de reversión del tiempo. Primero, la información indeseable debe ser borrada. Ella debe borrarse en el pasado, en tus términos. Algunos, aunque muy pocos, sanadores psíquicos hacen esto automáticamente, sin darse cuenta de lo que están haciendo. El cuerpo, por su cuenta, realiza este servicio con frecuencia, cuando automáticamente corrige ciertas condiciones, aunque ellas estaban impresas genéticamente. La impresión se vuelve regresiva. En tus términos, ellas se desvanecen en una serie de eventos probables que no te afectan físicamente.

2 comentarios:

lola dijo...

Lo bailas genial.
Así es el espíritu que me gusta de tí.

Unknown dijo...

hola, es esto una transcripcion de los libros de Jane Roberts? podria conseguir el libro completo?
gracias!