Capitulo 8
Las
Realidades de un Mundo Distorsionado
Entregando
Vuestro Poder
Ahora quiero
discutir la mentalidad y el sistema de creencias detrás de los terroristas y
sus seguidores. Cuando quiera que una sociedad haya permitido que sus creencias
se basen en las creencias de un individuo, es una receta para el desastre. Bajo
condiciones de desesperanza y desespero es fácil para muchos individuos buscar
esperanza en las promesas de otros. Muchos individuos están temerosos de
experimentarse a si mismos y sentir que no tienen poder sobre su propio ser.
Sufren de sentimientos extremos de culpa y desasosiego. Con frecuencia se
vuelven tan paranoicos y delirantes que su realidad parece solamente marginal,
en el mejor de los casos. Cuando el sistema de creencias colectivo de muchos
parece ser la norma, estos individuos se suscriben en cambio a la realidad de
sus líderes. Esencialmente han renunciado a su propio poder y lo entregaron a
su líder. A menudo, como es el caso del evento del 9-11, los líderes se han
disfrazado bajo la apariencia de la religión. El adoctrinamiento religioso en
las culturas Orientales se inicia a muy temprana edad y es aceptado por todos.
Muchas atrocidades han sido perpetradas bajo los auspicios de la religión.
Los lideres
mismos son con frecuencia bastante paranoicos y su realidad cabalga entre el
estado del sueño y el estado de vigilia físico. A menudo es difícil para ellos
distinguir entre los dos. Usualmente son individuos con un sentido de grandeza y
no pueden relacionarse con el resto de la sociedad. Su más grande satisfacción
es rehacer su realidad hacia una en la que ellos son los líderes. Irán hasta
donde quiera que tengan que hacerlo, a expensas de otros si es necesario, para
salirse con la suya, mientras se sienten completamente justificados al hacerlo.
En su intento de proyectar sus creencias sobre el resto del mundo, han atraído
hacia ellos a los impotentes como seguidores.
La realidad
de los líderes se vuelve entonces la realidad de los seguidores, todos
compartiendo el mismo grupo de creencias distorsionadas. Los lideres paranoicos
sistemáticamente se hacen cargo del proceso de eliminar todo lo que no esté
conforme a sus creencias. Los líderes a menudo se convierten entonces en fanáticos
furiosos. Puesto que han obtenido una cierta cantidad de impulso, se vuelve más
fácil para ellos reforzar sus creencias delirantes. Sus seguidores todo el
tiempo están reforzando estas creencias. Ellos en realidad están atemorizados
de la naturaleza de su existencia. Estarán de acuerdo con todo lo que sus líderes
tengan para ellos, ya que están bajo la creencia de que no pueden existir por
su propia cuenta. Están atrapados entre un grupo conflictivo de creencias
diferentes y han decidido que deben entregar la responsabilidad por su estado
de ser a alguien más. Están buscando a alguien a quien puedan entregarle la
tarea de tomar las decisiones por ellos.
Es fácil ver como los líderes fanáticos pueden obtener
tal impulso. Usualmente “los malos” son percibidos como aquellos que no están
de acuerdo con el sistema de creencias del líder fanático. Con el fin de librar
al mundo de estos individuos perturbadores, en sus mentes, deben recurrir a la
violencia y a las muertes masivas, de nuevo utilizando la religión como
justificación detrás de la causa. Diré esto nuevamente, “Matar en cualquier
forma es una violación de la Ley Universal.”
Esto no es tolerado y cuando estas almas hacen la transición de su energía en
su muerte física, muy seguramente verán lo que quiero decir. Los seguidores
eventualmente sucumben a la locura de sus líderes, ya que sienten que no tienen
voz en los asuntos de sus vidas, así que mezclan sus voces con aquellas de sus líderes.
Para estos seguidores la muerte es su declaración final. Algunas culturas creen
que la muerte de un mártir es una cosa santa. Al luchar por sus distorsionadas
creencias religiosas y las creencias colectivas de los miembros de sus
organizaciones, ellos perpetran su locura sobre el resto del mundo, de nuevo sintiéndose
plenamente justificados al hacerlo. Un lavado de cerebro efectivo en realidad,
para permitirle a los lideres llevar a cabo completamente sus planes de
intentar hacer que el mundo esté de acuerdo con sus creencias, todo en el
nombre de Dios.