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viernes, 30 de julio de 2010

Sueños, Creatividad, Lenguajes, y “Cordelas” 2

En un nivel físico tu cuerpo reacciona a información acerca del entorno con el que no estás preocupado conscientemente. Esa misma información es sumamente importante para la integridad del cuerpo, sin embargo, y por lo tanto para tu propia postura mental.
A niveles celulares el cuerpo tiene una imagen, no solo de su propia condición actual, sino de todos aquellos aspectos del entorno físico que afectan su propia condición. En su propia forma codificada, no está solamente enterado de las condiciones del clima local, por ejemplo, sino de todos aquellos patrones mundiales del clima, de los cuales depende el área local. Él mismo se prepara entonces antes de tiempo para enfrentar cualesquiera que sean los cambios de ajuste que serán necesarios. Pesa las probabilidades; y reacciona a presiones de varios tipos.
Te enteras de la presión a través del contacto, por ejemplo, pero en otra versión de esa sensación, las células reaccionan a la presión del aire. El cuerpo sabe, en el grado más preciso, las medidas que involucran radiación de todos los tipos. A un nivel, entonces, el cuerpo mismo tiene una imagen de la realidad propia, sobre la cual tu realidad consciente debe basarse – y sin embargo los términos de reconocimiento o conocimiento del cuerpo existen en términos tan extraños a los tuyos conscientes como para ser incomprensibles. Tu orden consciente, por lo tanto, cabalga sobre este mayor tipo de conocimiento circular.
Hablando generalmente, la psique tiene el mismo tipo de comprensión total instantánea de los eventos y entornos psicológicos, así como tu cuerpo la tiene de los físicos. Está entonces enterado de tu clima psicológico total localmente, ya que te involucra personalmente, y en términos mundiales.
Tus acciones tienen lugar con tan aparente suavidad que no te das cuenta del orden involucrado. Una erupción volcánica en una esquina del mundo afectará finalmente la totalidad de la tierra en varios grados. Una erupción emocional hará la misma cosa a otro nivel, alterando primordialmente el área local, pero enviando también sus ondas hacia el entorno psicológico masivo. La imagen de realidad de la psique, entonces, seria igualmente incomprensible para la mente consciente por el enfoque intenso sobre la singularidad que requiere tu conciencia usual.
Tus sueños con frecuencia te dan vistazos, sin embargo, de la imagen de realidad de la psique en ese respecto.
Llegas a enterarte de probabilidades, como acciones que a veces parecen no tener conexión con las tuyas, pero las que todavía están relacionadas con ellas en el esquema mayor de interacción que ordinariamente no comprendes.
Cuando creces desde bebe hasta adulto, no solamente creces en altura: Creces con todo alrededor de ti mismo, agregando peso y espesor también. Hasta cierto punto, los eventos “crecen” de la misma manera, y desde adentro hacia fuera, como tú lo haces. En un sueño estás más cerca de aquellas etapas en las que nacen los eventos. En tus términos, ellos surgen del futuro y forman el pasado, y se les da vitalidad por la tensión creativa que existe entre lo que concibes como tu nacimiento y tu muerte.
Haces frases con el alfabeto de tu lenguaje. Las expresas o las escribes, y las utilizas para comunicar. Los eventos pueden ser considerados en la misma forma, como frases psicológicas puestas en conjunto provenientes del alfabeto de los sentidos – frases experimentadas que son vividas en lugar de ser escritas, formadas dentro de la historia percibida, en lugar de ser escritas, por ejemplo, en un libro acerca de la historia.
Dije que tu lenguaje, hasta cierto punto, programa tu experiencia. Hay un lenguaje de los sentidos, sin embargo, que te da una percepción, una experiencia, y una comunicación biológicas. Pone la experiencia junta, de tal manera que es sentida físicamente. Todos tus lenguajes escritos o verbales tienen que basarse sobre este “alfabeto” biológico. Hay aquí un margen de maniobra mucho mayor del que hay en cualquiera de tus lenguajes hablados o escritos.
Utilizo la palabra “cordela” para expresar la fuente de la cual surgen tales lenguajes. Hay muchas correlaciones por supuesto entre tu lenguaje y tu cuerpo. Tu lenguaje hablado depende de tu respiración, e incluso el lenguaje escrito depende de la rapidez con la que los mensajes puedan saltar las terminales nerviosas. Las cordelas biológicas deben ser entonces la fuente de los lenguajes físicos, pero las cordelas mismas surgen del conocimiento mayor de la psique a medida que forma los mecanismos físicos para empezar.
Los sueños son el lenguaje de la psique, en el que la naturaleza del hombre se funde en el tiempo y fuera de él. El hombre tiene experiencias sensoriales. Corre, aunque yace en la cama. Grita, aunque ninguna palabra es expresada. Todavía tiene el lenguaje de la carne, y sin embargo ese lenguaje está conectado solo opacamente con los mecanismos del cuerpo. Trata con los eventos, y sin embargo ellos no suceden en su alcoba, o en algún lugar que necesariamente pueda encontrar al despertar.

martes, 27 de julio de 2010

Sueños, Creatividad, Lenguajes, y “Cordelas” 1

Aunque puedes no darte cuenta, tú realmente diriges tus vidas subjetivas de una manera más bien circular. Pretende que el momento presente es como una rueda, con tu concentración en el eje. Para mantener lo que concibes como el impulso del tiempo, el eje está conectado por radios a la estructura circular exterior. De otra manera, el solo eje no te llevaría a ninguna parte, y tu “impulso” ni siquiera te daría un viaje lleno de baches.
Tu viaje a través del tiempo, sin embargo, parece ir suavemente: La rueda gira siempre adelante. Ella puede girar hacia atrás también, pero en tu intención tienes en la mente una dirección hacia delante, e ir hacia atrás parecería desviarte de tu propósito.
El movimiento hacia adelante te lleva hacia el futuro, fuera del pasado desde el cual parece estás emergiendo. Así trazas una línea recta, parece, a través del tiempo, nunca dándote cuenta en nuestra analogía que el movimiento circular de la rueda te permite cambiar este rumbo. El eje del presente, por consiguiente, se mantiene unido por los “radios.” Estos no tienen nada que ver con tus ideas de causa y efecto en absoluto. En cambio se refieren al movimiento circular de tu propia psique a medida que parece progresar en el tiempo. Cada momento presente de tu experiencia depende del futuro, así como del pasado, de tu muerte, así como de tu nacimiento. Tu nacimiento y tu muerte están incorporados conjuntamente, por así decirlo, uno implícito en la otra.
No podrías morir, a menos que fueras el tipo de criatura que nació, ni podrías tener un momento presente tal como lo consideras. Tu cuerpo es consciente del hecho de su muerte al nacer, y de su nacimiento al morir, ya que todas sus posibilidades para la acción tienen lugar en el área intermedia. La muerte es por consiguiente tan creativa como el nacimiento, y tan necesaria para la acción y la conciencia, en tus términos.
No es así de sencillo, sin embargo, ya que vives en medio de multitudinarias pequeñas muertes y pequeños nacimientos todo el tiempo, que son registrados por el cuerpo y por la psique. Conscientemente, usualmente no estás enterado de ellas. El pensamiento lógico, utilizando las definiciones usuales, se entiende con causa y efecto, y depende de una secuencia directa del tiempo para su estructura. Se construye paso a paso. Está tejido dentro de tu lenguaje. De acuerdo con el pensamiento y el lenguaje lógicos podrías decir: “Voy a una fiesta hoy porque fui invitado la semana pasada y dije que la atendería.” Eso tiene sentido. No puedes decir: “Voy a una fiesta hoy porque voy a encontrarme con un individuo allí que será muy importante para mi vida dentro de cinco años.” Eso no tiene sentido en términos de pensamiento y lenguaje lógicos, ya que en el último ejemplo causa y efecto existirían simultáneamente – o peor, el efecto existiría antes de la causa.
En todos los otros niveles conscientes que no sean normales, sin embargo, te entiendes muy efectivamente con probabilidades. Las células mantienen su integridad escogiendo una probabilidad por encima de otras. El eje presente de la rueda, por consiguiente, no es más que un presente prominente, operacionalmente válido. Causa y efecto, tal como los concibes, aparecen solo por el movimiento, el movimiento relativo, de la rueda en nuestra analogía.
Cuando tus ojos están en el camino del tiempo, por lo tanto, olvidas el movimiento circular de tu ser. Cuando sueñas o duermes, sin embargo, el mundo de causa y efecto, o bien desaparece, o parece confuso y caótico. Las imágenes del día normal son mezcladas y combinadas de tal manera que las combinaciones se forman muy diferentes a aquellas observadas a la luz del día. Las normas conocidas que gobiernan el comportamiento de las criaturas y de los objetos en los sueños parecen no aplicar más. El pasado, el presente y el futuro se unen en una alianza extraña en la que, si estuvieras despierto, perderías todo fundamento mental. La naturaleza circular de la psique hasta cierto punto se hace a si misma conocida. Cuando piensas en los sueños, usualmente consideras aquellos aspectos de él solamente, comentando quizá sobre las actividades extrañas, las yuxtaposiciones extrañas, y el carácter extraño de la vida del sueño misma. Muy pocos son impactados por el hecho del orden de sus propios sueños, o impresionados por la restricción fundamental que permite tales eventos a veces espectaculares que ocurren en una estructura física relativamente restringida.
Por ejemplo, en un sueño de veinte minutos, se pueden experimentar eventos que tomarían años. El cuerpo envejece sus veinte minutos de tiempo, y eso es todo. En los sueños, la experiencia es periférica, en el sentido de que ella se sumerge en tu tiempo y lo toca, dejando ondas; pero los eventos del sueño mismos existen en gran medida fuera del tiempo. La experiencia del sueño es ordenada de una manera circular. Algunas veces ella nunca toca el eje de tu momento presente en absoluto, tal como lo concibes, en cuanto concierne a tu memoria; y sin embargo el sueño existe, y es registrado a todos los otros niveles de tu existencia, incluyendo la celular.
Siempre traduces la experiencia a términos que puedas comprender. Por supuesto la traducción es real. El sueño, tal como lo recuerdas, ya es una traducción, pero una experimentada. Así como el lenguaje que conoces depende de otros lenguajes, y de las pausas y silencios implícitos, así mismo el sueño que experimentas y recuerdas es también una declaración de la psique llegando a la prominencia; pero también depende de otros eventos que no recuerdas, y que tu conciencia, como ella opera ahora, debe automáticamente traducir a sus propios términos.

sábado, 24 de julio de 2010

La Psique, Lenguajes, y Dioses 7

Los sueños, se te ha enseñado, son imaginarios.
En términos más amplios, es fútil cuestionar si los sueños son verdaderos o no, ya que ellos simplemente son. Consideras un sueño verdadero, sin embargo, si más tarde sus eventos ocurren de hecho.
En la vida de la psique un sueño no es más o menos “verdadero,” si es duplicado o no en la vida de vigilia. Los eventos del sueño ocurren en un contexto diferente – uno, se podría decir, de la imaginación. Aquí experimentas una realidad válida que existe por si misma, por así decirlo, una en la que al lenguaje propio de la psique se le da una mayor libertad.
Algunos de ustedes pueden tratar de recordar sus sueños, pero ninguno de ustedes tiene que relacionarse con la realidad del sueño como lo deben hacer con la realidad física.
Hasta cierto punto, sin embargo, formas los eventos físicos mientras estás durmiendo. Entonces, liberado de las limitaciones de vigilia, procesas tu experiencia, la ponderas de acuerdo con tus propias intenciones y propósitos, y la correlacionas con información tan extensa que no podrías estar enterado de ella conscientemente. En la mayoría de los sueños no piensas simplemente en una situación. Imaginativamente te vuelves parte de ella. Es real en todas las formas, excepto la del hecho físico.
Cuando te encuentras con un hecho, encuentras el extremo de la cola de un cierto tipo de creatividad. La psique, sin embargo, es responsable de traer los hechos a la existencia. En esa realidad, el así llamado hecho es igualmente verdadero o igualmente falso. El sueño que recuerdas ya es una traducción de una experiencia más profunda.
Es moldeada para ti de tal manera que ella tiende el puente entre la percepción de la psique y la percepción del ser del sueño. Los sueños sirven como dramas, transfiriendo la experiencia de un nivel de la psique a otro. En ciertas partes del sueño, tu experiencia alcanza áreas del ser tan extensas que el sueño es utilizado para traducirla para ti.
El poder para soñar surge de esa fuente. Soñar no es una actividad pasiva. Ella demanda una peculiar y distintiva mezcla de varios tipos de conciencia, y la transformación de la “percepción no física” en símbolos y códigos que serán comprendidos sensorialmente, aunque no directamente experimentados como en la experiencia de vigilia.
Das por sentado soñar, y sin embargo es el resultado de una habilidad característica que es responsable por el sentimiento muy subjetivo que llamas vida consciente. Sin el, tu conciencia normal no seria posible.
Un lenguaje hablado depende, nuevamente, de todos los otros lenguajes que podrían ser posiblemente hablados, y así sus sonidos se levantan en prominencia y orden por los silencios y las pausas entre ellos; así tu conciencia de vigilia depende de lo que concibes como la conciencia de dormir o del sueño. Se levanta en prominencia algo en la misma forma, cabalgando sobre otras versiones posibles de si misma; alerta solamente – en tus términos – por las pausas ocultas dentro de su atención.
La habilidad para soñar presupone la existencia de experiencia que no está definida como un hecho físico. Presupone una libertad mucho mayor en la que la percepción no depende del espacio o el tiempo, una realidad en la que los objetos aparecen, o son desechados con igual facilidad, una estructura subjetiva en la que el individuo expresa libremente lo que quiere de la manera más directa, y sin embargo sin el contacto físico en términos usuales.
La realidad representa tu origen, y es el entorno natural en el que reside la psique. Tus creencias, tu trayectoria cultural, y hasta cierto punto tus lenguajes, establecen barreras de tal manera que esta dimensión del sueño parece irreal para ti. Aun cuando tú mismo te coges en la más vívida de las aventuras del sueño, o tú mismo te encuentras viajando por fuera de tu cuerpo mientras duermes, todavía no le das a esa experiencia igual validez que a las de vigilia.
Hablando subjetivamente, por todas partes estás rodeado por tu más grande realidad, pero no miras en los lugares correctos. Se te ha enseñado a no confiar en tus sentimientos, en tus sueños, o en tu imaginación, precisamente porque estos con frecuencia no se ajustan a la realidad aceptada de los hechos.
Ellos son los creadores de los hechos, sin embargo. De ninguna manera quiero demeritar el intelecto. Es ahí, sin embargo, que la tiranía del mundo de los hechos tiene su mayor influencia. Al intelecto se le han negado sus alas. Su campo de actividad ha sido limitado porque le has dado solamente los hechos para seguir.
Biológicamente, eres muy capaz de tratar con la realidad del sueño y la de vigilia, y de formar una mucho más efectiva síntesis en ese respecto. Todos tus impulsos creativos surgen de esa dimensión desconocida – los mismos impulsos que forman tus más grandes ciudades, tu tecnología, y el cemento físico que une tu mundo organizado culturalmente.
Los impulsos creativos están detrás de tus lenguajes, y sin embargo con frecuencia utilizas los lenguajes para silenciar, más bien que para liberar, las comunicaciones internas.
Siempre ha habido ritmos en la conciencia que no son históricamente obvios. En ciertos tiempos, algunos comportamientos se han expresado primordialmente en el estado de vigilia, y algunas veces en el estado del sueño. El énfasis nunca es estático, sino siempre cambiante. En algunos periodos entonces el comportamiento normal fue “más del sueño,” mientras más desarrollos específicos ocurrían en el estado del sueño, que era entonces el más claro o específico de los dos. Los hombres iban a dormir para hacer su trabajo, en otras palabras, y el reino de los sueños era considerado más real que la realidad de vigilia. Ahora lo opuesto es verdadero.

miércoles, 21 de julio de 2010

La Psique, Lenguajes, y dioses 6

Tu lenguaje diario trata con separaciones, divisiones, y distinciones. Hasta cierto punto, tu lenguaje organiza tus sentimientos y emociones. El lenguaje de la psique, sin embargo, tiene a su disposición muchos más símbolos que pueden combinarse en muchas más formas, digamos, que las meras letras de un alfabeto.
En el lenguaje diario, los objetos tienen ciertos nombres. Obviamente, los nombres no son los objetos, sino símbolos para ellos. Incluso estos símbolos, sin embargo, te separan como perceptor del resto del mundo, el cual se vuelve objetivado. Tú mismo puedes comprender mucho más acerca de la naturaleza de la psique, por ejemplo, de lo que piensas que puedes. Para hacer esto, sin embargo, debes dejar tu lenguaje diario atrás, al menos momentáneamente, y prestar atención a tus propios sentimientos e imaginaciones. Tu lenguaje te dice que ciertas cosas son verdaderas, o que son hechos, y que ciertas cosas no lo son. Muchos de tus más vívidos y móviles sentimientos no se ajustan a los hechos de tu lenguaje, así que los ignoras.
Estas experiencias emocionales, sin embargo, con frecuencia expresan el lenguaje de la psique. No es que la comprensión de tu psique esté más allá de ti: Es que usualmente tratas de comprenderla o experimentarla en una de las maneras más difíciles – por medio de la utilización del lenguaje diario.
La imaginación pertenece al lenguaje de la psique. Por esta razón, ella con frecuencia ofrece experiencias que están en conflicto con las asunciones básicas sobre las cuales se basa el lenguaje diario. Por lo tanto, la imaginación con frecuencia es considerada sospechosa.
Podrías permanecer solitario en tu puerta, o en un campo – o incluso en una calle, rodeado por mucha gente en una gran ciudad – mirar hacia arriba, y súbitamente impresionarte por las nubes majestuosas encima, y sentirte parte de ellas. Podrías experimentar momentáneamente un gran anhelo, o sentir que tus propias emociones se llenan repentinamente con esa misma majestad en movimiento, de tal manera que por un instante tú y el cielo parecen ser uno.
El lenguaje mundano te dice, a medida que piensas con sus patrones, que tu imaginación está huyendo contigo, ya que obviamente tú eres una cosa y el cielo es otra. Tú y el cielo no se equiparan – o como el amigo Spock diría: “No es lógico.” El sentimiento rápidamente se desvanece después de aturdirte brevemente. Podrías ser refrescado espiritualmente, y sin embargo como norma no considerarías que el sentimiento sea la manifestación de una realidad legítima, o una representación de la existencia de tu psique.
Las emociones y la imaginación, sin embargo, te dan el más cercano contacto con otras partes de tu propia realidad. Ellas también liberan tu intelecto de tal manera que sus poderes no están limitados por conceptos que han sido enseñados como verdad. En cambio, tales conceptos son relativamente verdaderos – operacionalmente verdaderos. Por ejemplo, las leyes físicas con las que estás familiarizado operan donde tú estas. Ellas son verdaderas, hablando relativamente. En esos términos, tú eres una persona objetivada físicamente, mirando hacia arriba en la escena mencionada, hacia un cielo objetivado. Tú pesas tantas libras, inclinas tu cabeza en tal y tal ángulo para mirar hacia arriba el paisaje del cielo y, hablando físicamente, puedes ser categorizado.
En esos mismos términos, las nubes podrían ser medidas físicamente, y presentarse estando muy lejos por encima de ti – compuestas de, digamos, vientos de cierta velocidad, listas para verter una cantidad precisa de lluvia o lo que sea. Hablando físicamente entonces, obviamente, estás separado de las nubes, y así, en esos términos, tu experiencia momentánea de unidad con ellas parecería ser una mentira – al menos no factual, o ser “el producto de tu imaginación.”
En cambio, tal evento es una expresión directa del conocimiento de la psique. Ella siente su muy legítima identificación con la naturaleza, ejercita su movilidad, y siente el salto de su propio poder emocional. Tus emociones en tal caso serian magnificadas momentáneamente – elevadas, digamos, a un poder más alto. Hay multitudinarios de tales ejemplos que podrían darse, a medida que en cada día tu psique presenta evidencia de su propio ser más grande – evidencia que se te ha enseñado a pasar por alto, o a descartar porque no es real.
Lo que es imaginario no es verdad: Se te ha enseñado esto cuando niño. Tu imaginación, sin embargo, te conecta con un diferente tipo de verdad, o con una estructura diferente en la que la experiencia puede ser legítimamente percibida. Las más grandes verdades de la psique existen en esa dimensión.
De ella escoges los hechos físicos. Los pensamientos son reales. Solamente algunos pensamientos se tornan en acciones físicas, por supuesto. A pesar de las versiones distorsionadas de esta ultima afirmación, sin embargo, hay obviamente una diferencia inconfundible, digamos, entre el pensamiento del adulterio y su expresión física.
No puedes tratar los pensamientos y la imaginación de una manera tan literal, ni en un gran respecto deberías tratar de “guardar tus pensamientos” como si ellos fueran rebaños de animales que quisieras mantener como raza pura. Tus pensamientos forman tu realidad. Si no los temes, sin embargo, ellos crean sus propios equilibrios. La psique reside en una realidad tan diferente del mundo que usualmente reconoces, que allí el bien y el mal, tal como los concibes, también se ven como operacionalmente o relativamente verdaderos, como la diferencia entre el perceptor y el objeto percibido.

domingo, 18 de julio de 2010

La Psique, Lenguajes, y dioses 5

En una manera de expresarlo, utilizas el lenguaje de los átomos y las moléculas en tu propia manera particular. Marcas el universo. Lo impactas, lo “estampas.” O lo imprimes con tu propia identidad. A partir de ahora, en esos términos, él siempre te reconoce como tú y no otro. Eres entonces conocido.
En términos más amplios, mientras hablas tu propio lenguaje, el universo también habla “tu” lenguaje, a medida que él mismo se traduce constantemente a tu percepción privada. Recuerda, dije que vivías en tu psique algo en la misma forma en que físicamente habitas en el mundo.
Ese mundo tiene muchos lenguajes. Físicamente, eres como un país dentro de tu psique, con un lenguaje propio. La gente siempre está buscando lenguajes maestros, o uno en particular del cual todos los otros surgieron. En cierta forma, el Latín es un lenguaje maestro. De la misma manera, la gente busca a los dioses, o al Dios, del cual todas las psiques surgen. Aquí estás buscando la fuente implicada, la inexpresada, invisible “pausa,” la organización interior que le da al lenguaje o al ser un vehiculo de expresión. Los lenguajes finalmente llegan a ser arcaicos. Algunas palabras son totalmente olvidadas en un lenguaje, pero brotan en forma alterada en otro. Todos los lenguajes de la tierra, sin embargo, están unidos por las pausas y vacilaciones características, sobre las cuales van los diferentes sonidos.
Aun las alteraciones de pausas obvias entre los lenguajes tienen sentido solo por un ritmo interior implicado y no declarado. Los dioses históricos llegan a ser igualmente arcaicos. Sus diferencias son con frecuencia obvias. Cuando estás aprendiendo un lenguaje, parece estar involucrado un gran misterio. Cuando estás aprendiendo acerca de la naturaleza de la psique, existe un aura aun mayor de lo desconocido. Las partes desconocidas de la psique y sus mas grandes horizontes, por consiguiente, con frecuencia han sido percibidas como dioses o como las psiques mayores de las cuales surgió el ser – así como por ejemplo el Latín es una fuente de los lenguajes románicos.
Utilizando el lenguaje ordinario, hablas con tus compañeros. Escribes historias y comunicaciones. Muchos libros están indicados para ser leídos y nunca para ser hablados en voz alta. A través del lenguaje escrito, la comunicación es enormemente extendida. En contacto directo, sin embargo, encuentras no solamente el lenguaje hablado de otro, sino que se te presenta también la persona comunicadora. El lenguaje hablado es embellecido con sonrisas, ceños fruncidos, u otros gestos, y estos le suman al significado de la palabra hablada.
A menudo cuando lees un libro, silenciosamente vocalizas las palabras, como para reforzar su contenido simbólico con una inmediación más emocional. El lenguaje de la psique, sin embargo, es mucho más rico y más variado. Sus “palabras” surgen vivas. Sus “verbos” se mueven realmente, y simplemente no significan, o representan, movimiento.
Los “sustantivos” llegan a ser lo que ellos significan. Sus declinaciones son multidimensionales. Sus verbos y sustantivos pueden volverse intercambiables. En cierta forma, la psique es su propio lenguaje. “En cualquier momento dado,” todos sus tiempos son tiempo presente. En otras palabras, tiene multitudinarios tiempos, todos en el presente, o tiene multitudinarios tiempos presentes. Dentro de él, ninguna “palabra” muere o se vuelve arcaica. Este lenguaje es experiencia. Psíquicamente, entonces, puedes y no puedes decir que hay una fuente. El hecho mismo de tu pregunta: “Hay un Dios, o una Fuente?” indica que no comprendes el asunto.
De la misma manera, cuando preguntas: “Hay un lenguaje maestro?”, es evidente que no comprendes lo que el lenguaje mismo es. De otra manera sabrías que el lenguaje depende de otros implícitos; y que los dos, o todos ellos, son ellos mismos incluso inseparables, conectados tan cercanamente que es imposible separarlos, aunque tu enfoque pueda estar sobre un solo lenguaje.
Así que la psique y su fuente, o el individuo y Dios, son tan inseparables
e interconectados que un intento de encontrar a uno separado del otro automáticamente confunde el asunto.
El mundo físico implica la existencia de un dios. La existencia de Dios también implica la existencia del mundo físico.
Esta declaración implica lo no declarado, y lo contrario también aplica.
Negar la validez o la importancia del individuo es, por consiguiente, negar también la importancia o validez de Dios, ya que los dos existen uno dentro del otro, y tú no los puedes separar.
Desde un extremo de la realidad gritas: “Donde está Dios?” y desde el otro extremo llega la respuesta: “Yo soy Yo.” Yo en mayúsculas. Desde el otro extremo de la realidad, Dios sigue gritando: “Quien soy Yo?” y se encuentra a si mismo en ti. Eres por lo tanto parte de la fuente, y de esta manera todo lo demás es manifestado. Por lo que Dios es, tú eres. Por lo que tú eres, Dios es.
En un nivel consciente, ciertamente tú no eres todo lo que Dios es, ya que esa es la parte no declarada, no manifestada de ti mismo. Tu ser va encima de la realidad no declarada, así como la letra del alfabeto va encima de la organización interior que está implícita por su existencia. En esos términos, tus partes no declaradas “alcanzan hacia atrás una Fuente llamada Dios,” así como varios lenguajes pueden rastrearse hacia atrás a su fuente. Los lenguajes maestros pueden compararse con los dioses históricos. Cada persona viva es parte del Dios viviente, apoyado en la vida por el poder magnífico de la naturaleza, la cual es Dios traducido en los elementos de la tierra y del universo.

jueves, 15 de julio de 2010

La Psique, Lenguajes, y dioses 4

Tomas como un hecho tu respiración, tu movimiento, aunque son producidos inconscientemente. En ciertos términos, sin embargo, “en un tiempo” tuviste que aprender como hacer estas cosas con las que ahora no estás preocupado conscientemente. Aun a otros niveles de realidad, actividades que ahora reclamas conscientemente como tuyas se han vuelto inconscientes – en esos mismos términos y desde otro punto de vista – proporcionando una historia psíquica de la cual surgen otras identidades, como parece que tus propias identidades surgen de una actividad corporal inconsciente.
En ciertos términos muy definidos, la existencia de una persona implica la existencia de todas las otras que han vivido o vivirán. Tu propia existencia está implícita por lo tanto en la de todos los demás, y las de ellos están implícitas en las tuyas.
Dije que los lenguajes obtienen su significado en gran medida de las pausas y las vacilaciones entre los sonidos. Ellos obviamente obtienen su significado también por los sonidos no utilizados, así que cada lenguaje también implica la existencia de todos los otros. En esa medida, todos los otros lenguajes residen silenciosamente dentro de cualquier determinado lenguaje hablado. Lo mismo aplica para el lenguaje escrito sobre una página. Los caracteres escritos tienen sentido por su disposición, y precisamente porque son escogidos sobre otros caracteres que no aparecen.
En el mismo tipo de manera, tu existencia enfocada depende de todas las otras existencias que no son tú. Eres parte de ellas. Viajas encima de sus existencias, aunque tú eres primordialmente tú y no otro.
Lo mismo aplica, sin embargo, a cada otra persona. Cada una de ellas se convierte en un enfoque o identidad primordial dentro del cual todas las otras están implícitas. En términos ordinarios, ustedes no se hacen “ustedes mismos.” Tú eres como un lenguaje viviente hablado por alguien que no lo originó – el lenguaje estaba ahí para que tú lo utilizaras. El lenguaje en este caso es uno molecular que expresa tu ser físico. Los componentes de ese lenguaje, o los elementos de la tierra que forman el cuerpo, ya estaban creados cuando tú naciste, así como el alfabeto de tu lenguaje en particular estaba esperando para se usado.
Tu misma vida física implica entonces una “fuente,” una vida de la cual la vida física surge - la implícita, inexpresada, inmaterializada, inaudible vitalidad que suministró los ingredientes para el “alfabeto” físico, corporal y molecular. Tu vida física por consiguiente implica una no física. Das tan por sentado así tu “lenguaje” particular, y lo utilizas tan sin esfuerzo, que no piensas en absoluto en el hecho de que él implica también otros lenguajes, o que obtiene su significado por las asunciones internas que no son nunca expresadas, o por la utilización de pausas en las que no se producen sonidos. Tú vives tu vida del mismo modo.
Hay muchos lenguajes, aunque la mayoría de las personas habla solo uno, o dos, o tres a lo sumo. Los lenguajes también tienen acentos, cada uno algo diferentes, mientras aun mantienen la integridad original de un lenguaje determinado. Hasta cierto punto, tú mismo puedes aprender a hablar con un acento, por así decirlo, caso en el cual, aun siendo tú mismo, te permites tomar algunos de los atributos de otro “lenguaje.”
Puedes interpretar el mundo de una manera diferente, mientras todavía mantienes tu propia identidad, o te puedes mover hacia un país diferente al tuyo que hable tu lenguaje nativo pero con diferente acento. Haces esto, en uno u otro grado, cuando quiera que te sintonices con emisiones a las que usualmente no les prestas atención. La noticia es ligeramente extraña, mientras todavía es interpretada a través del lenguaje que conoces. Estás consiguiendo una traducción de la realidad.
La psique, siempre en estado de llegar a ser, obviamente no tiene límites precisos. La existencia de una, de nuevo, implica la existencia de todas las otras, y así cada psique determinada entra también en prominencia por la existencia de otras sobre las cuales cabalga su realidad. Una estación de televisión existe de la misma manera, ya que si una no pudo ser sintonizada, hablando teóricamente, ninguna lo pudo ser.
Estas comunicaciones internas alcanzan el exterior en todas las direcciones. Cada identidad tiene validez eterna dentro de la más grande realidad de la psique. A un nivel, cada persona contactando su propia psique puede teóricamente contactar cualquier otra psique. La vida implica la muerte, y la muerte implica la vida – esto es, en términos de tu mundo. En esos términos, la vida es un elemento hablado, mientras la muerte es el inexpresado, pero todavía-presente elemento “debajo,” sobre el cual cabalga la vida. Los dos están igualmente presentes.
Para obtener conocimiento concientemente, distinto al usualmente disponible, le prestas atención a las pausas, a los elementos implícitos en el lenguaje, a cualquier cualidad sentida o percibida sobre la cual residen las experiencias reconocidas de la vida. Hay todo tipo de información disponible para ti, pero debe ser todavía percibida a través de tu propio enfoque o identidad.
He dicho que todos los eventos ocurren al tiempo – una afirmación difícil de comprender. Todas las identidades ocurren al tiempo también. Cada evento cambia todos los otros. Los presentes alteran los del pasado. Cada evento implica la existencia de eventos probables que no “surgen,” que no son “expresados.” Los eventos del mundo físico se apoyan en la existencia de eventos probables implícitos. Los diferentes lenguajes utilizan sonidos en sus propias maneras particulares, con sus propios ritmos, uno enfatizando lo que el otro ignora. Otras probabilidades, por consiguiente, enfatizan los eventos que solo están implícitos (como pausas) en tu realidad, así que tus eventos físicos se vuelven eventos probables implícitos sobre los cuales otros mundos residen.

lunes, 12 de julio de 2010

La Psique, Lenguajes, y dioses 3

Tú eres una parte del mundo, y sin embargo eres tú mismo. Esto no te confunde, y sigues tu propia sensación de identidad sin dificultad, aunque estás rodeado por todas partes por otros individuos.
Usando esto como una analogía, tú eres una parte de tu psique o de tu alma, habitando dentro de ella, siguiendo fácilmente tu propio sentido de identidad sin dificultad, aunque esa psique también contiene otras identidades, además de la que concibes como la tuya. Sacas el sustento del mundo, y creces a través de su medio. Contribuyes con tus habilidades y experiencia, ayudando a formar la civilización y la cultura del mundo. Hasta cierto fuerte punto, tienes el mismo tipo de relación con tu propia psique.
A través de métodos ordinarios de comunicación, estás en capacidad de decir lo que está pasando en otros países además del tuyo, aun sin viajar a ellos. Las transmisiones de noticias te familiarizan con las condiciones alrededor del mundo.
Ahora bien, también hay “transmisiones” internas pasando constantemente – con las que, sin embargo, no estás sintonizado conscientemente. Éstas te mantienen en contacto con otras partes de tu propia psique. Eres tan parte del mundo que tu más ligera acción contribuye a su realidad. Tu respiración cambia la atmosfera. Tus encuentros con otros alteran los tejidos de sus vidas, y las vidas de aquellos que se ponen en contacto con ellos.
Es fácil para ti ver como las células de tu cuerpo lo forman – es decir, al menos comprendes la naturaleza cooperativa de las actividades de las células. Una alteración de parte de una célula, causa inmediatamente cambios en las otras, y produce una diferencia en el comportamiento del cuerpo. Es algo más difícil para ti comprender las formas en las que tus propias acciones y aquellas de otros se combinan para producir los eventos del mundo. Por una parte, cada uno de mis lectores no es más que un individuo vivo sobre el planeta en un “tiempo” dado. Puede parecer que el individuo tenga poco poder. Por otra parte, cada individuo vivo es uno necesario. Es cierto decir que el mundo empieza y termina con cada persona. Esto es, cada una de tus acciones es importante, contribuyendo a la experiencia de otros a quienes no conoces, y cada individuo es como un centro alrededor del cual el mundo gira.
Si no hubieras hecho lo que hiciste hoy, por ejemplo, la totalidad del mundo sería en algún modo diferente.
Tus actos salen en ondas al exterior en formas que no comprendes, interactuando con la experiencia de otros, y por lo tanto formando los eventos del mundo. La persona más famosa y la persona más anónima están conectadas por medio de tal estructura, y una acción aparentemente pequeña e inocua puede terminar cambiando la historia, tal como la comprendes.
Los niños con frecuencia sienten que el mundo y el tiempo empezaron con su nacimiento. Toman el pasado del mundo con base en la fe. En términos muy importantes, este es un sentimiento bastante legítimo, ya que nadie más puede experimentar el mundo desde algún otro punto de vista, excepto el propio, o afectarlo, excepto por medio de una acción privada. En masa, tal acción individual causa los eventos del mundo.
En términos metafísicos, tienes tu ser, tu psique, o alma, un tanto de la misma manera. Las identidades son obviamente entornos psíquicos, primordialmente, más que entornos físicos. Los objetos físicos no se pueden mover a través de otros, así como una mesa no puede moverse a través de una silla. Los eventos mentales se comportan diferentemente. Ellos se pueden mezclar y fundir, moverse a través de otros, mientras todavía mantienen su propio enfoque. Pueden interactuar en niveles psíquicos, en la forma que los eventos lo hacen a niveles físicos, pero sin las restricciones físicas. Aunque eres una parte de tu psique, tu identidad todavía es inviolable. Ella no será sumergida o aniquilada dentro de un ser mayor. Ella lleva un sello – una marca divina – de su propia integridad. Sigue su propio enfoque, y se conoce a si misma como ella misma, aun mientras su propia existencia como ella misma puede no ser más que una parte de otra “identidad”.
Más aun, no hay nada que le impida explorar esta otra identidad mayor, o moverse dentro de ella, por así decirlo. Cuando esto sucede, las dos identidades cambian. En términos más amplios, la psique, o el alma, en ninguna parte existen como un producto o una identidad terminados. Por otra parte, ella siempre está llegando a ser, y ese llegar a ser sucede por parte de cada una de sus propias porciones.
Tu misma postura y existencia física está dependiendo de porciones de tu realidad de la psique, o de la existencia de tu alma, de la cual normalmente no estás enterado. Esas porciones también están dependiendo de tu existencia, sin embargo.



viernes, 9 de julio de 2010

La Psique, Lenguajes, y dioses 2

Tú mismo te lees de arriba a abajo de la página, o desde lo que concibes como el principio hasta el final. Tu más grande realidad, sin embargo, se lee en términos de intensidades, así que la psique te junta de una manera diferente. La psique no marca el tiempo. Para ella, las experiencias intensas de tu vida existen simultáneamente. En tus términos, ellas serían el presente de tu psique. La psique se entiende con eventos probables, sin embargo, así que algunos eventos – quizás algunos que sueñas pero no materializas - son bastante reales para la psique. Ellos son mucho más reales para ella que la mayoría de los eventos inocuos, pero definitivamente físicos, como por ejemplo el desayuno de ayer en la mañana.
Los eventos internos de la psique componen la experiencia mayor de la cual llegan los eventos físicos. Ellos emiten un aura que mágicamente hace propia tu vida. Aun si dos personas encontraran precisamente los mismos eventos en sus vidas, precisamente al mismo tiempo, sus experiencias de la realidad todavía estarían conectadas aproximadamente.
De nuevo, lees tus propias identidades en una manera especializada particular.
Dentro de tu experiencia biológica, sin embargo, la planta, el mineral, el animal, y la conciencia humana, se intersectan. Coinciden. En el lenguaje del ser que hablas, estos encuentros son como pausas implícitas en tu lenguaje verbal. Estos otros tipos de conciencia forman entonces ritmos internos sobre los cuales sobrepones los tuyos.
Estos encuentros de la conciencia siguen constantemente. Ellos forman su propio tipo de identidades adyacentes. Las llamarías subespecies de conciencia, quizá, pero ellas son realmente identidades que operan en forma de trans-especies.
Si te “leyeras a ti mismo” lateralmente de tal manera, descubrirías partes de tu propia conciencia extendiéndose a través de la totalidad del tejido de la tierra, tal como la comprendes – convirtiéndose en parte del material de la tierra, incluso como aquellos materiales se vuelven parte del ser que reconoces. Tu conciencia estaría mucho menos encerrada. El tiempo se expandiría adyacentemente. Ustedes mismos se conciben físicamente como “mandamases,” sin embargo, separados de otras especies y tipos de vida, así que en efecto limitan la propia experiencia de su psique.
Si pensaras o sintieras de tal manera, apreciarías el hecho de que biológicamente tu cuerpo es tuyo en virtud de la vida mineral, vegetal y animal de la cual obtienes tu sustento. No te sentirías aprisionado como a menudo te sientes dentro de una forma corporal, ya que comprenderías que el cuerpo mismo mantiene su relativa estabilidad por su constante toma y daca con los materiales de la tierra, que son ellos mismos poseedores de conciencia.
Podrías hasta cierto punto sentir tu cuerpo juntarse y dispersarse constantemente, y comprender como revoloteabas dentro de él sin temer tu propia aniquilación por su desmantelamiento.
Cuando preguntas: “Quien soy?”, estás tratando de leerte a ti mismo como si fueras una simple frase ya escrita. En cambio, tú mismo te escribes a medida que avanzas. La frase que reconoces es solamente una de muchas variaciones probables. Tú y no otro escoge cuales experiencias deseas realizar. Haces esto tan espontáneamente como expresas las palabras. Das por sentado que una frase iniciada será finalizada. Estás en medio de hablarte a ti mismo. El hablar, que es tu vida, parece suceder por si mismo, ya que tú mismo no estás consciente de mantenerte vivo. Tu corazón late, bien sea que entiendas o no de anatomía.
Te lees a ti mismo en términos demasiado estrechos. Mucho del dolor conectado con las enfermedades graves y con la muerte resultan porque no tienes fe en tu propia realidad continuada. Luchas contra el dolor porque no has aprendido a trascenderlo, o más bien a utilizarlo. No confías en la conciencia natural del cuerpo, así que cuando su final se acerca – y tal final es inevitable - no confías en los signos que el cuerpo da, que tienen el objetivo de liberarte.
Cierto tipo de dolor eyecta automáticamente la conciencia fuera del cuerpo. Tal dolor no puede ser verbalizado, ya que es una mezcla de dolor y placer, un libre desgarrar, y produce automáticamente una casi estimulante liberación de la conciencia. Tal dolor es también muy breve. Bajo tu actual sistema, sin embargo, usualmente se administran drogas, caso en el cual el dolor es algo minimizado, pero es prolongado – sin activar los mecanismos naturales de liberación.
Si ustedes mismos se leyeran adyacentemente, desarrollarían confianza en el cuerpo, y en aquellas conciencias cooperativas que lo forman. Tendrían también una íntima comprensión especializada de los procesos curativos del cuerpo. No temerían la muerte como aniquilación, y sentirían su propia conciencia desprenderse de aquellas otras que graciosamente la acogen.



martes, 6 de julio de 2010

La Psique, los Lenguajes, y los dioses 1

Casi cualquier pregunta que puedas hacer acerca de Dios, con mayúsculas, puede legítimamente hacerse también para la psique. Te parece que te conoces a ti mismo, pero tomas la existencia de tu psique con base en la fe. Cuando dices: “Quiero encontrarme a mi mismo,” usualmente das por sentado que hay una versión de ti mismo completa, hecha y terminada que has extraviado en alguna parte. Cuando piensas en encontrar a Dios, con frecuencia piensas en los mismos términos.
Ahora bien, tú estás “alrededor de tú mismo” todo el tiempo. Estás siempre convirtiéndote en tú mismo. En una manera de decirlo, tú estás “compuesto” de aquellos patrones de tú mismo que están juntándose por todas partes. No puedes dejar de ser tú mismo. Biológicamente, mentalmente y espiritualmente, estás marcado como separado de todos los otros, y ningún pretexto de convencionalidad puede esconder jamás esa inefable singularidad. No puedes ser sino tú mismo entonces.
De una manera, físicamente eres un lenguaje molecular que comunica con otros, pero un lenguaje con sus propias peculiaridades, como si hablando una lengua aceptada te expresaras con un acento biológico que llevara su propio sabor y significado.
Cuando preguntas: “Qué es mi psique, o mi alma, o quien soy Yo?, por supuesto estás buscando tu propio significado como aparte de lo que ya sabes acerca de ti. En ese contexto, Dios es tan conocido y tan desconocido como tú lo eres para ti mismo. Los dos, Dios y la psique, se están expandiendo constantemente – son inexpresables, y siempre están llegando a ser.
Preguntarás muy probablemente, “Llegando a ser que?”, ya que para ti usualmente parece que todo movimiento tiende hacia un estado de terminación de uno u otro tipo. Piensas, por consiguiente, en términos de llegando a ser perfecto, o llegando a ser libre. Las palabras “llegando a ser” por si mismas parecen dejarte en el aire, por así decirlo, suspendidas sin definiciones. Si digo, “Estás llegando a ser lo que ya eres,” entonces mi observación suena sin sentido, puesto que si ya eres, como puedes llegar a ser lo que ya está cumplido? En términos más amplios, sin embargo, lo que tú eres es siempre más extenso que tu conocimiento de ti mismo, ya que en la vida física no puedes seguir el ritmo de tu propia actividad psicológica y psíquica.
De nuevo, en cierta forma, tu cuerpo habla un lenguaje biológico, pero, en esos términos, eres bilingüe, por decir lo menos. Te entiendes con ciertos tipos de organizaciones. Ellas pueden equipararse con verbos, adjetivos y sustantivos biológicos. Estos resultan en ciertas secuencias de tiempo que pueden compararse a frases, escritas y leídas desde un lado al otro.
Pretende que tu experiencia de vida es la página de un libro que tú escribes, lees, y experimentas de arriba abajo, de derecha a izquierda, frase por frase, parágrafo por parágrafo. Ese es el tú que conoces – la visión del mundo que comprendes. Sin embargo, otros “tú” tan legítimos pueden escribir, leer, y experimentar la misma pagina hacia atrás, o leer cada letra hacia abajo o hacia atrás de nuevo, tal como lo harías con una columna de figuras. U otros podrían mezclar y combinar las letras en formas totalmente diferentes, formando frases totalmente diferentes. Todavía otra, más extensa, podrías estar enterado de todos los diferentes métodos para experimentar esa página en particular, la que es tu vida, tal como la comprendes.
Piensas que tu propia conciencia es la única culminación lógica de la realidad de tu cuerpo. Te lees a ti mismo en una cierta forma aceptada. En la “totalidad del libro de la vida,” sin embargo, hablando solo físicamente, hay interrelaciones a niveles adyacentes que no percibes, a medida que otras partes de tu propia conciencia biológica, o lenguaje biológico, se relacionan con la totalidad del tejido viviente del mundo. En términos físicos, estás vivo por subestructuras – psíquicas, espirituales y biológicas – de las que difícilmente tienes comprensión alguna.
Estas están implícitas, sin embargo, en la naturaleza de tu propia conciencia, la que no podría existir de otra manera a como la conoces. Así como el lenguaje gana y logra su significado, no solo por lo que está incluido en él, sino también por lo que está excluido, así mismo tu conciencia logra su estabilidad también por exclusiones.
Lo que eres, está implícito en la naturaleza de lo que no eres. Por la misma razón, tú eres lo que eres por la existencia de lo que no eres.

sábado, 3 de julio de 2010

El Lenguaje del Amor. Las imágenes y el Nacimiento de las Palabras 4

Inicialmente, antes del nacimiento de las imágenes y las palabras – tal como las comprendes – el mundo existía en términos diferentes a aquellos que conoces. Las imágenes, tal como las consideras, no habían tomado la forma que reconoces. Te parece que visualmente, por ejemplo, el mundo natural se debe juntar o percibir en cierta forma.
Cualquiera que sea tu lenguaje, percibes los árboles, las montañas, la gente, los océanos. Nunca ves a un hombre fundirse con un árbol, por ejemplo. Esto sería considerado una imagen alucinatoria. Tu información visual es aprendida e interpretada de tal manera que aparezca como el único resultado posible de esa información. Las visiones internas te pueden confundir, porque en tu mente con frecuencia ves imágenes muy claramente, que descartarías si tus ojos estuvieran abiertos. En los términos en los que estoy hablando, sin embargo, las especies jóvenes utilizaron lo que he llamado “sentidos internos” en un grado mucho mayor de lo que tú lo haces. Visualmente, el hombre primitivo no percibía el mundo físico en la forma que parece natural para ti.
Cuando la conciencia de un hombre, por ejemplo, se mezclaba con la de un árbol, esa información se convertía en “visual”, para ser percibida por otros. Cuando la conciencia de un hombre se mezclaba con la de un animal, esa mezcla se convertía también en información visual.
En una manera de expresarlo, el cerebro juntaba la información visual de tal manera que los contenidos visuales del mundo no eran estacionarios como lo son ahora. Has aprendido a ser sumamente específico en tu visualización e interpretaciones físicas. Tu visión mental tiene indicaciones en cuanto a la información que podría ser percibida físicamente, pero no lo es visualmente. Te has adiestrado a ti mismo para reaccionar a ciertas indicaciones visuales que disparan tus interpretaciones mentales, y para ignorar otras variaciones.
Estas últimas pueden describirse como demasiado sutiles. Sin embargo, realmente no son más sutiles que aquellas indicaciones que reconoces.
La información está almacenada en los cromosomas, ensartada conjuntamente en una cierta forma. Ahora, biológicamente, eso es cognición directa. Los sentidos internos perciben directamente del mismo modo. Para ti, el lenguaje significa palabras. Las palabras siempre son símbolos de las emociones o de los sentimientos, de las intenciones o de los deseos. La cognición directa no necesitaba de los símbolos. El primer lenguaje, el lenguaje inicial, no involucraba imágenes o palabras, sino que se entendía con el libre flujo del material cognitivo directamente.
Un hombre, preguntándose como seria un árbol, se volvía uno con él y permitía a su propia conciencia fluir dentro del árbol. La conciencia del hombre se mezclaba y se fundía con otros tipos de conciencia con la gran curiosidad del amor. Un niño simplemente no miraba al animal, sino que permitía que su conciencia se fundiera con la del animal, y así, hasta cierto grado, el animal miraba al exterior a través de los ojos del niño.
En formas muy difíciles de explicar, el hombre “absorbía” el espíritu del animal antes de matarlo, de tal manera que el espíritu del animal se mezclaba con el suyo propio. Utilizando la carne del animal, el cazador creía que le estaba dando al animal un nuevo enfoque de la existencia. Podía sacar provecho de la fortaleza del animal, y el animal podía unirse a la conciencia humana. La naturaleza y el espíritu por consiguiente eran uno.
Tu propio tipo de enfoque surgió de ese trasfondo, de tal manera que dentro de ti mismo contienes miríadas de conciencias de las cuales no estás enterado. A través de tu propio enfoque particular, la conciencia del mundo natural se mezcló para formar una síntesis en la que, por ejemplo, podían surgir sinfonías. Actúas no solamente por ti mismo, sino también por otros tipos de conciencia que has olvidado a propósito. Siguiendo tus propios propósitos, que son los tuyos, también sirves los propósitos de otros que has olvidado.
Pensando tus propios pensamientos privados, también le agregas a una realidad psíquica y mental más grande de la cual formas parte. Tus lenguajes programan tus percepciones, y limitan tus comunicaciones en ciertos términos, tanto como ellos las facilitan.
Un músico escribiendo una sinfonía, sin embargo, no utiliza todas las notas que están disponibles para él. Escoge y discrimina. Su discriminación está basada en el conocimiento de la información disponible, sin embargo. De la misma manera, tus lenguajes están basados en el conocimiento interior de comunicaciones disponibles mayores. Los “secretos” de los lenguajes no están para ser encontrados en los sonidos, acentos, palabras o sílabas raizales, sino en los ritmos entre las palabras; las pausas y las vacilaciones; el flujo con el que las palabras se juntan, y las inferencias no expresadas que conectan la información verbal y visual.
Como especie “ustedes” buscaron cierto tipo de experiencia. Individualmente, y como tribus o naciones, siguieron ciertas “progresiones” - y sin embargo al hacerlo también actuaron de parte de la totalidad de la naturaleza. Ustedes toman dentro de sus cuerpos en forma trasmutada las conciencias de todas las cosas que consumen.
Aquellas conciencias que se mezclan para percibir el mundo en una forma, las llamas la propia. A través de tus ojos, las bestias, los vegetales, las aves y el polvo perciben el amanecer y la luz del sol como tú lo haces – como tú, y sin embargo, por otra parte, tu experiencia es la tuya propia.
Hasta cierto punto es verdad decir que los lenguajes surgieron a medida que empezaste a perder la comunicación directa con tu propia experiencia, y con aquella de los otros. El lenguaje es por consiguiente un substituto para la comunicación directa. Los símbolos de las palabras representan tu propia experiencia o la experiencia de alguien más, mientras te protegen a ti o a ellos al mismo tiempo.
La información visual, tal como la percibes, equivale al lenguaje visual; las imágenes percibidas son como palabras visuales. Un objeto es presentado a tu percepción visual de tal manera que puedas percibirlo seguramente desde el exterior. Los objetos, tal como los ves, son también símbolos.